“Berlin ist die Zukunft”. Así lo publicaba hace poco la edición inglesa de The Economist. Klaus Wowereit –alcalde de la ciudad– ha modificado su antigua máxima “Berlín es pobre, pero sexy”: ahora Berlín quiere ser “reich und sexy” (rica y sexy). El conglomerado empresarial Media Spree que pretende urbanizar la ribera del Spree, especialmente en el tramo que va de Jannowitzbrücke a Treptower Park, en el distrito de Friedrichshain-Kreuzberg, es uno de los aspectos fundamentales de la escena empresarial berlinesa que vendría a contribuir a riqueza tal. Contra estos inevitables propósitos, la iniciativa “Media Spree Versenken” organizó una manifestación el pasado 14 de julio por cuarto año consecutivo. En este escenario –halagüeño para unos, desalentador para otros– tampoco falta la gentrificación, fenómeno común a todas las grandes ciudades del mundo que en Berlín toman casi como problema local exclusivo. Al calor de este peculiar caldo de cultivo florecen las empresas startup de la capital alemana.
Startup, el gremio de los emprendedores
Encontrar inversores, crecer, vender más hasta ser asquerosamente ricos es el leitmotiv de cualquier empresa, no es patrimonio de las startups. Los hermanos Alexander, Marc y Oliver Samwer, además de empresarios y multimillonarios, son los reyes indiscutibles de la escena startup berlinesa. Las estrellas de la inversión. Los propietarios de Rocket Internet y de la empresa de inversiones European Founders Fund han cimentado su fortuna –estimada en unos 350 millones de euros por la revista Managemagazin– a través de la “estrategia Samwer”, consistente en copiar modelos de negocio de empresas americanas que venden poco después, la mayoría de las veces, a la firma que inspiró el plagio.
Así pasó con Alando.de (más tarde vendida a eBay) o lo que probablemente termine ocurriendo con Wimdu.es (versión clónica de Airbnb.com). Desde 2006, los Samwer Brüder son grandes inversores especialmente interesados en el sector startup, y en concreto en el ámbito del E-Commerce asociado a los teléfonos inteligentes (de hecho, empezaron con la empresa de tonos para móviles Jamba!) e internet. También son accionistas clave de Zalando (venta online de ropa y calzado), Groupon y eDarling. Para muchos constituyen el estandarte del éxito del universo startup.
Pero, ¿qué es una startup?
Se entiende por startup una empresa de nueva creación, pequeña o mediana en busca de un nuevo modelo de negocio, cuyo fundamento suele estribar en la tecnología. Un laboratorio donde a veces el servicio o producto es el propio modelo de negocio. Gran parte de este tipo de empresas ha florecido al abrigo del desarrollo tecnológico web. Se caracterizan por contar con pocos socios promotores, por norma general jóvenes. No requieren de grandes inversiones iniciales, aunque podrían atraer –y de hecho lo hacen– el interés de inversores privados que no se asustan ante el factor riesgo elevado que las define; si la startup despega, éstos obtendrían un jugoso porcentaje en compensación.
Los emprendedores que impulsan las empresas startup se encargan de explotar nichos de negocio poco explorados. Generalmente, se trata de productos o servicios fuertemente demandados, asociados a la compra-venta en internet. Ejemplos de este tipo de empresas afincadas en Berlín tenemos a Amen, aplicaciones para smartphones que permiten compartir y crear opiniones sobre las cosas extra ordinarias de la vida; Twago, plataforma online en la que cualquier profesional puede ofrecer o encontrar servicios cualificados; Wooga, especializada en desarrollar social games; o tape.tv, lo que ya se considera la nueva MTV online; entre muchísimas otras.
Desarrollan ingeniosas ideas lucrativas con el fin de volcarlas en el mercado. Diversas startups siguen un modelo de orientación internacional y Berlín cuenta con la atmósfera idónea para ello. En la mayoría, el idioma predominante es el inglés, lo que supone una interesante oportunidad laboral para extranjeros que no dominan el alemán, el gran hándicap de la capital alemana. Algunas desaparecen, otras se establecen. Berlín se está convirtiendo en una gran comunidad de “Hightech developers”.
Universo startup
Dicen que Berlín es una ciudad llena de energía y creatividad en la que surgen cosas nuevas todo el rato. Aquí confluyen ciertos elementos que favorecen la esfera boyante de las empresas startup. Según un informe reciente publicado en Reuters, en los últimos cinco años, los alquileres asequibles y la abundancia y superávit de talento internacional, sumado al espacio disponible que todavía queda en la ciudad, han atraído a Berlín a alrededor de 1.300 empresas startup que mueven 136 millones de euros en inversiones. La escena tecnológica sigue creciendo, lo que a su vez capta el interés de otros emprendedores e inversores internacionales.
Fue el caso de Konstantin Geurike, cofundador de LinkedIn, inversor de EarlyBird Ventures, empresa con sede en Berlín dedicada a financiar empresas startup europeas. SoundClouds sería otro ejemplo. En esta plataforma musical sueca en la que inicialmente los djs colgaban sus mixes, trabajan ahora unas 100 personas. SoundClouds estrenará pronto nuevas oficinas en Berlín. Será una de las 30 empresas startup que ocupen el espacio de lo que en su día fue una fábrica de cerveza.
Silicon Valley vs. Silicon Allee
Silicon Valley (California) está considerado uno de los centros neurálgicos de la escena startup global. Para Steve Blank, emprendedor indispensable y figura clave en la escena startup de Silicon Valley, hoy dedicado a la docencia en la universidad de California, una startup es una compañía joven (normalmente tecnológica) capaz de lanzar un producto dirigido al gran mercado cuyo grado de innovación es tal que aún no existe un modelo de negocio validado para su comercialización.
Es la misión de dichas empresas encontrar ese modelo, preferiblemente escalable, esto es, que permita un crecimiento fuerte y constante. Se les atribuye un alto potencial generador de empleo y de riqueza. Y su crecimiento va ligado al del internet, tanto en el ámbito doméstico como en el profesional. Se cree que Berlín podría ser el nuevo Silicon Valley de la industria startup.
Antes de trasladarse a Berlín, los fundadores-emprendedores de Silicon Allee ya habían trabajado en la escena paradigmática startup de Silicon Valley. Considerando que en Berlín faltaba justamente esa infraestructura de conexión entre empresas startup que en California a su parecer era tan sólida y determinante, se decidieron a crear una plataforma que actuara como foro de discusión, espacio para el debate y el intercambio de ideas. Desde siliconallee.com quieren potenciar el dinamismo de una red de contactos entre este tipo de empresas, además de promover la cooperación mutua en la organización de eventos. Una herramienta de conexión que también sirva de ventana exterior y escaparate de lo que pasa en el ámbito startup de Berlín y Alemania.
Silicon Allee: conexión startup
En los últimos 18 meses, Silicon Allee ha construido su propia red y comunidad, como parte de una comunidad más amplia que engloba la escena de Berlín como un todo. Este proceso se lleva a cabo a través del intercambio de conocimientos, el asesoramiento y el contacto personal. “Las conexiones son vitales en cualquier ámbito y especialmente en el de las empresas startup ligadas a la tecnología”, nos cuenta David Knight, promotor de este proyecto.
El equipo de Silicon Allee está integrado por nativos angloparlantes residentes en Berlín, emprendedores y entusiastas de la tecnología, todos ellos con años de experiencia cualificada. Este blog de noticias en inglés se centra en la tecnología dentro de las fronteras alemanas, con énfasis particular en empresas startup, especialmente de Berlín. “No estoy muy seguro de si somos específicamente un ‘journal’ que abarque esta área, pero las startups se sitúan en el núcleo de lo que hacemos”. La sección “Internet made in Berlin”, además de enumerar algunas empresas con las que Silicon Allee colabora, sirve también de herramienta para buscar trabajo: las que reclutan personal aparecen con el indicativo “hiring”.
Aunque muchas definiciones coinciden en describir al personal de una startup como joven, David considera que la edad no tiene importancia cuando se trata de startups: “Hay muchas personas que sobrepasan los 35 años trabajando en startups en Berlín. Como dice un refrán inglés sobre fútbol, ‘if you’re good enough, you’re old enough’”.
BA: ¿Cuándo podemos considerar que una startup ha perdido el rango de startup? ¿Podría decirse que empresas como Groupon o tape.tv –que a día de hoy facturan millones- puedan seguir siendo vistas como empresas startup?
DK: Todo esto depende de tu definición personal. En el caso de Groupon, seguramente no podamos considerar que una empresa multinacional y multimillonaria como ésta sea ya una startup, pero mantiene ciertas similitudes con una startup en términos de ethos (valores, actitudes), etc… que no tienen otras empresas de tamaño similar. Una empresa como tape.tv, sin duda, se puede calificar como una startup, al menos en mi opinión.
BA: ¿Qué es realmente atractivo y/o novedoso en una startup para el trabajador? ¿Qué ofrece una startup a sus empleados que sea realmente nuevo, aparte de Club Mate gratis, una enorme sala de descanso con mesa de ping-pong, una pantalla de plasma gigante y una terraza donde los viernes organizan barbacoas?
DK: Que te guste tu trabajo. Muchas cosas son diferentes de un trabajo más tradicional; la atmósfera, la sensación de estar realmente creando o logrando algo, una mayor sensación de libertad y flexibilidad. A cambio, quizá se pierda cierta seguridad laboral.
Groupon, la startup modelo
Generalmente, cuanto más prospera una empresa, peores son las condiciones para sus trabajadores. La avaricia rompe el saco; la codicia, pues también. Groupon, startup fundada en Chicago en 2008, ha experimentado en los últimos años una expansión inaudita, aunque actualmente sus acciones anden a la baja. Esta mega-startup no pasa por un buen momento, a pesar de que en 2010 hubiera rechazado una oferta de compra de Google por 6.000 millones de dólares.
Groupon copa la franja de mercado de las ofertas promocionales y cupones descuento. El pasado 19 de julio inauguraba nuevo head quarter en Berlín, concretamente en Oberwallstr. 6 –lujosas inmediaciones de Gendarmenmarkt–, antigua sede de Sat.1, que dará espacio a mil empleados. En esta sede internacional se controla la actividad que la empresa desarrolla en 40 países. Berlín es un importante centro de operaciones para Groupon desde que en 2010 adquiriera CityDeal (propiedad de los consabidos hermanos Samwer), su clon alemán. Ésta es su segunda sede en orden de importancia después de la principal ubicada en Chicago.
Trabajar en Groupon, desmitificando el mito
Cuando P.A. (Madrid, 1983) comenzó a trabajar para Groupon en el departamento “Travel Bereich” en régimen de prácticas ganando 400 euros al mes, se sintió muy contenta y afortunada. “En Berlín no es muy fácil encontrar trabajos si eres extranjero, excepto en call centers o de camarera, independientemente de tu formación”. Las oficinas eran increíbles y el equipo muy joven, comenta. “Eso me inspiró confianza”. Desde el principio trabajaba todos los días dos o tres horas extras, sin lunch break. “Necesitaba el trabajo”.
El clima laboral era pesado; se dividía en dos grupos: alemanes que odiaban la empresa y el mal trato a los empleados –siempre a la búsqueda de otros trabajos con mejores condiciones- y los que estaban dispuestos a trabajar 12 horas diarias y hacer carrera en Groupon. Gente muy joven y muy preparada. De sus jefes recuerda: “Se notaba que era gente joven jugando a ser ejecutivos”.
Falso sentimiento de seguridad
Una gran diferencia que P.A. señala entre las empresas “serias” y las empresas startup, es precisamente la falta de seriedad con la que empresas como Groupon trata a sus empleados. Las únicas personas que llevaban más de un año en la compañía eran los managers. Todos los sales representatives y el personal de la oficina no permanecen en Groupon más de 6 meses, “lo que se usa hoy en día: mano de obra barata como practicantes”.
De su paso por Groupon P.A. subraya ahora la falta de respeto con la que tratan a los trabajadores y el falso sentimiento de seguridad que les dan. Si Groupon u otras startups existen, es gracias a que el sistema gubernamental alemán protege a las empresas cuya plantilla está prácticamente llena de becarios. “Es una pena, porque somos profesionales capacitados y nos hacen sentir como servilletas de usar y tirar”.
Las startups revolucionan el mercado con sus innovaciones y novedosos métodos y productos, pero desde dentro la jerarquía y el funcionamiento siguen siendo tan clásicos, arcaicos e imperturbables como los de la empresa más antigua y establecida del planeta. Al amparo del auge de internet y de las autopistas de la telecomunicación, quizá cambie el escenario, pero no la representación.
Redacción Berlín Amateurs © agosto 2012
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