Escrito por: Berlín Práctico Imprescindibles OCIO Sociedad

Herzlich Willkommen: consejos para unas vacaciones utópicas

Mercadillo navideño UdL

Queridos visitantes a la capital alemana, sean todos “bienvenidos de corazón”, y tengan ustedes en cuenta que esta sede europea de lo cool y los monumentos históricos, centro morboso del turismo de la barbarie y la fiesta non-stop, aquí donde uno puede hacer botellón –incluso andando– o maravillarse bajo el paraguas del Sony Center, guarda un espíritu adolescente en muchos de los aspectos vitales para el despistado turista. Berlín es el orden dentro de un aparente caos y en el tema de la calidad/servicios al turista hay a veces historias al modo de “sálvese quién pueda”.

Aquí, algunas advertencias a los viajeros primerizos:

Utópico verano

Vienen ustedes cansados de la triste canción de los recortes en España, acostumbrados a los 35º C y la solana del asfalto patrio. Un julio o agosto berlinés pinta fresco, aunque últimamente más que nunca. En Berlín se vive el verano en primavera y un abril de lluvias en verano. Así que no planifiquen sentarse un día en las hamacas de bar a orillas del Spree a tomar una cerveza, porque puede que estén más mojadas que el pozo del Tío Raimundo. Amárrense los impermeables, sujétense a los paraguas y, si se montan en un barquito, asegúrense de ocupar una silla en el piso cubierto (también asegúrense de que les funciona la audio-guía en español, que a veces está sin pilas).

Welcome Card

Curiosa iniciativa privada que ha conseguido pintar por toda la ciudad y los puntos de turismo oficial. Sin embargo, la Welcome Card puede acabar siendo un gesto no rentable. Echemos cuentas: una tarjeta de transporte de todo un día les cuesta 6,50€, zonas AB. La Welcome Card por 48 horas, zonas AB, les cobra 17.90€; más de cinco euros que vía tarjeta normal del día. ¿Qué ventajas implica pagar esos 5 euros de más? Se supone que una serie de descuentos en 200 puntos de la ciudad que –sinceramente, para dos días que van a estar aquí, nunca aprovecharán–  como el Museo de la Comunicación, el de las motos de la DDR, la Cámara de los Horrores o el de la Salchicha. También alguna importante rebaja en el precio de algunos cruceros… pero ¿y si llueve? Otro descuento para subir a la torre de la televisión, etc…

La tarjeta solo es recomendable si hacen ustedes cuentas para rentabilizarla acudiendo a los citados puntos. La más decente de las opciones de la Welcome Card es la que cobra 34€ por tres días de transporte, zonas AB, y entrada libre a la Isla de los Museos. Claro que, en esos tres días tendrían que ser ustedes amantes del arte clásico y chuparse las exposiciones de los cinco museos.

Tours gratis

De todos, quizás el caso más claro de la ausencia de regulación al respecto de los guías turísticos en la ciudad. Aquí cualquiera puede enseñarle y contarle lo que le dé la gana. La idea de tantos miles de usuarios de estos tour gratis es que los hacen unos chicos muy majos que viven en la metrópolis a lo moderno o son estudiantes Erasmus con un conocimiento muy simpático de su historia.

Ciertamente, los conductores de los tours son gente preparada en la mayoría de los casos. En otros, el rumor es que la empresa que se beneficia de la llamada del “Gratis” elige cada vez más chicos con poca experiencia vital y, en general, sobre Berlín. Les pasan un guión y, por supuesto, castigan a quienes sean capaces de revelar que, en realidad,  le den o no le den propina, el guía acaba  pagando 3 euros por persona a la empresa. Un tanto a lo “capitalismo salvaje”, la empresa que controla este emporio (tienen ya tours por toda Europa), tampoco contrata a sus trabajadores guías, obligándoles a convertirse en autónomos y correr con todos los gastos que ello supone.

En estos momentos, dicen que las autoridades alemanas conducen tres investigaciones en paralelo: una por fraude fiscal, otra por no contratar a su guías y la tercera por la dudosa nominación “gratis”. Hemos leído este artículo recientemente.

Si quieren ustedes conocer la ciudad a través de algún tour, existen sólo en español decenas de grupos que valen la pena: Vive Berlín, Cultour Berlín, Inside, Hola Berlín o Vaya Berlín son sólo algunos de ellos.

Museos gratis los jueves

Hace unos años era posible adentrarse en la Isla de los Museos un jueves por la tarde gratis, pero el flujo constante de turistas quizás ha revertido esta idea. La Isla de los Museos ya no ofrece ninguna jornada gratuita a los visitantes, aunque ustedes hayan leído en internet lo contrario. Otro truco: si no quieren esperar las enormes colas para adentrarse en Pérgamo, compren ustedes su entrada entre las 9h y 9.30h de la mañana. El museo aún está cerrado pero su oficina ya vende tickets a esas horas.

WI-FI y tarjetas de crédito

A los españoles, que andamos seducidos por nuestras ciudades vía móviles de última generación, ni se nos ocurriría pensar que un país de los más aventajados del mundo carece de líneas WI-FI en tantísimos puntos turísticos de su capital. Esto ocurre inclusive en hoteles, en los que hay que pagar una millonada por conectarse en el lobby. Y es que Berlín se toma esto de la tecnología moderna con mucha cautela. Lo mismo les ocurrirá si piensan pagar con Mastercard o Visa en muchos puntos de la ciudad. Así que vengan dispuestos a usar el billete y lo suelto.

Checkpoint Charlie

La llamada “Disneyland” por los berlineses no tiene mucho que ver con la real estructura de paso desarrollada durante el Muro de Berlín y la Guerra Fría. Una caseta post-bombardeos y unos actores que cobran por foto es lo primero que uno ve cuando acude a aquella esquina donde estuvo a punto de comenzar la Tercera Guerra Mundial. De hecho, las historias más dramáticas en torno a la separación de la ciudad durante 28 años se encuentran en los restantes pasos para el ciudadano alemán que podía disfrutar de un pequeño permiso. El más importante de ellos, exposición gratuita incluida, es el Palacio de las Lágrimas, junto a la estación en la Friedrichstrasse. No dejen de visitarlo.

Reservado el derecho de admisión

La noche berlinesa, uno de sus mayores atractivos (eso si la GEMA –especie de SGAE alemana centrada en los derechos musicales– no consigue cerrar todos sus clubes cobrando enormes cuotas musicales)… pero el chasco es grande cuando un grupo de españoles hace las interminables colas del verano ante los más conocidos templos de la electrónica sólo para ser rechazados. Conocido es el caso de Berghain/Panorama Bar. Un consejo: ir pronto, posiblemente con alemanes al frente (inviten a alguno que se encuentren en un bar), o pasen de mogollones y vayan a clubes más pequeños con buena oferta electrónica. Haberlos, haylos… aún.

La Señora Albóndioga para Berlín Amateurs © agosto 2012
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