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Bañarse en el Spree | Por qué está prohibido desde hace un siglo

París ha limpiado el Sena volviéndolo apto para el baño, mientras Berlín sigue dando la espalda a un río Spree que suele dar bastante asco. Las propuestas para cambiar la situación de la arteria fluvial berlinesa llevan lustros sobre la mesa, donde se quedarán durante un buen tiempo. Nadar en el Spree seguirá siendo un reto para los más atrevidos.

Más de trescientas personas se bañaron hace unos días en las aguas del río Spree junto a la Isla de los Museos. De uno en uno iban bajando en fila por una escalerita de madera colocada para la ocasión y se fueron zambullendo en las aguas algo turbias de uno de los brazos del río que bordean la Museumsinsel. Los bañistas en calidad de manifestantes se reunieron para conmemorar el centenario de la prohibición de bañarse en el río que cruza la capital alemana. La manifestación era, en términos estrictos, ilegal.

Casi un mes antes tuvo lugar el primer intento fallido. En la prensa berlinesa apareció un titular que parecía una broma: “Prohibida la manifestación contra la prohibición de nadar en el río”. Los activistas, convocados por la asociación Flussbad Berlin se quedaron en seco. La policía impidió la manifestación pocas horas antes del comienzo anunciado, argumentando peligro para los bañistas.

Prohibición de bañarse en el Spree desde 1925

En los días de bochorno veraniego, los berlineses que pasean junto al Spree miran sus aguas mientras se cruzan en sus cabezas dos impulsos contrarios: anhelo y repulsa. Y es que ¿quién no quisiera saltar en las aguas frescas del río, como hacen los afortunados habitantes de Múnich, Zúrich, Viena y desde hace poco también París? Yo admito haber sucumbido a la tentación: un refrescante baño en la zona del Spree en torno a la Insel der Jugend, en Treptow, tras saltar desde un bote. Cerré los ojos. Y la boca. No sé si sirvió de algo.

Según el gobierno de la ciudad-estado de Berlín, el agua está demasiado contaminada para permitir nadar en el río de forma regular. Especialmente problemático para el río son las lluvias fuertes que provocan que las canalizaciones de aguas fecales acaben desbordándose sobre las aguas del Spree, que tarda varios días en recuperarse. Para medir la calidad del agua se tienen en cuenta varios factores contaminantes. La presencia de bacterias E. coli es determinante: por encima del valor 900 organismos bacterianos por 100 mililitros de agua se considera problemático para el baño. Y aunque fuese legal, sería poco recomendable y posiblemente asqueroso.

No siempre se ha medido con tanto detenimiento la calidad del agua: hasta hace exactamente cien años estaba permitido bañarse en el río Spree. En mayo de 1925 entró en vigor una prohibición provocada por la creciente cantidad de residuos industriales que acababan en el río y empeoraban enormemente la calidad del agua. A principios de los años veinte del pasado siglo había más de 30 zonas de baño junto al río.

Asociación propone proyecto para permitir bañarse en el Spree

La asociación Flussbad Berlin lleva años intentando cambiar la situación y promoviendo una zona de baño en el brazo oeste del Spree (Spreekanal) junto a la Isla de los Museos. En esa zona no circulan barcos, otro de los argumentos con los que el gobierno de la ciudad justifica la prohibición actual. La asociación pretendía purificar el agua en ese tramo del Spree con un complejo sistema de regeneración natural. Y como nadie quiere financiar el proyecto, han decidido apostar por una solución más pragmática: que esté permitido bañarse aquellos días en los que la cantidad de bacterias en el agua no sobrepase el nivel legal. En una página web publican datos propios de la calidad del agua del río.

“Queremos demostrar que durante gran parte del año la calidad del agua es lo suficientemente buena como para nadar en ella”, dijo el jefe de Flussbad Berlin, Jan Edler, en declaración pública. “La prohibición de nadar en el río ya no es acorde a los tiempos”. Su asociación pide que a partir de 2026 se creen zonas piloto para el nado en el Spree. El gobierno local del distrito de Mitte se muestra abierto a estudiar la idea, pero con bastantes reservas.

Un levantamiento de la prohibición del baño en el Spree parece aún lejano e imposible. Nos queda un consuelo fluvial: el vasto territorio berlinés está surcado en sus flancos por otras dos aguas fluviales: el Havel en el oeste y el Dahme en el este. En ambos está permitido el baño. También en Müggelsee, el enorme lago que es atravesado por el Spree —antes de llegar a la capital, por suerte para el lago—, es apto para darse un chapuzón en él. Quien no tenga ganas de río, puede coger la bicicleta y bañarse en alguno de los numerosos lagos cercanos a la ciudad. Sus aguas apenas se mueven, pero están limpias y es legal bañarse en ellas.

Texto: Juanfran Álvarez para Berlín Amateurs © junio de 2025. Fotos @ Flussbad Berlin
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