Escrito por: Actualidad Alemania Política

Berlín da un giro político con un alcalde conservador y una Gran Coalición

Berlín tiene nuevo gobierno: la ciudad pasa de un gobierno de izquierdas a una gran coalición con un alcalde de centroderecha. El nuevo programa de gobierno promete reformar la administración y ser inclusivo. En muchos aspectos no parece haber grandes cambios, aunque el problema de la vivienda perseguirá al nuevo gobierno.

El cambio de gobierno en Berlín empieza con un importante revés: en primera votación del jueves 27 de abril el candidato a alcalde de la CDU no consigue la mayoría absoluta. En la segunda, tampoco. ¿Traición en las propias filas o desencanto de algunos socialdemócratas con el conservador? A la tercera va la vencida, solo hace falta mayoría simple. Con 86 votos a favor y 70 en contra, el parlamento regional elige al cristianodemócrata Kai Wegner como alcalde de Berlín. Wegner apenas sonríe mientras toma su asiento en la bancada gubernamental. Solo la mitad del pleno aplaude, la otra muestra su desacuerdo mientras intenta entender cómo han llegado hasta aquí.

Berlín vuelve a tener, 22 años después, un alcalde de la CDU. Y cambia un tripartito de izquierdas por una gran coalición de conservadores y socialdemócratas tras una bochornosa repetición electoral en febrero, forzada por la mala organización de las elecciones regionales de 2021 y cuyo resultado fue declarado nulo por un tribunal debido a numerosas irregularidades en los comicios.

En una carambola política, la anterior alcaldesa socialdemócrata, Franziska Giffey, tras quedar diez puntos porcentuales por detrás de los conservadores, y pese a haber podido seguir como alcaldesa y reeditar el tripartito con los Verdes y la Izquierda, decidió apostar por una coalición de solo dos partidos con los conservadores y perder la alcaldía.

Y las condiciones no eran favorables: la CDU berlinesa es más conservadora que en el resto del país, mientras que el SPD berlinés –que apoyó su propuesta de gobierno en una votación muy ajustada– tiende a verse como más de izquierdas que el resto del partido. Los socialdemócratas siguen en el gobierno a cambio de una tremenda división interna.

Kai Wegner: ¿derechista o centrado?

El flamante alcalde Kai Wegner —50 años, divorciado y con tres hijos— empezó su carrera política en el distrito de Spandau y fue ascendiendo puestos en la política local berlinesa hasta convertirse en diputado en el Bundestag alemán. Se le atribuyen posiciones muy conservadoras, aunque él afirma haberse centrado con el paso de los años. En 2021 se hizo con los mandos de la CDU berlinesa y, tras un decepcionante resultado en 2021, el pasado febrero consiguió el 28 % del voto en la capital alemana. Kai Wegner no tiene experiencia política en puestos de gobierno.

Durante la campaña electoral, Wegner fue criticado por apoyar una petición parlamentaria en la que se exigía conocer los nombres de las personas que habían cometido altercados durante la última Nochevieja —unos altercados que hicieron mella en una parte importante de la población—. La intención era saber si los responsables tenían nombres no alemanes, por lo que se le reprochó a la CDU tener tics xenófobos e intentar pescar en el caladero de la derecha dura.

De portero de discoteca y músico heavy a político del partido conservador

Quizás para eliminar sospechas, o quizás porque la CDU había hecho sus deberes antes de las elecciones, el equipo de gobierno que se ha propuesto es de apariencia poco conservadora: de los cinco puestos de gobierno ocupados por los conservadores, dos los ocupan personas hijas de inmigrantes, dos son mujeres y uno es homosexual. Se quedan con las carteras de Hacienda, Movilidad (temblad ciclistas, quieren una “ciudad amigable para los automóviles”), Educación, Justicia y Cultura. El SPD se queda con Economía (a cargo de la exalcaldesa), Urbanismo, Interior, Empleo y Salud/Ciencia. Siete de diez puestos son ocupados por mujeres.

De especial interés es la figura de Joe Chialo, nuevo consejero de Cultura de la CDU. Chialo, hijo de una familia de diplomáticos de Tanzania, no terminó sus estudios y fue portero de discoteca en Núremberg. Allí sería miembro de la banda de heavy metal Blue Manner Haze en los noventa, época en la que era miembro del partido verde. En los 2000 forjó su carrera como mánager musical con grupos de origen africano. Chialo prometió en una conversación con el Berliner Zeitung apoyar la escena de los clubs berlineses y pretende reconocer sus locales como espacios culturales. Quiere que haya y se mantengan los clubs en todos los distritos.

Un programa de gobierno que parece de izquierdas

El programa de gobierno aprobado por la coalición incluye un fondo de hasta 10 000 millones de euros para la protección del medio ambiente, además de un gran programa de construcción de viviendas tanto públicas como privadas y de compra de vivienda para las sociedades públicas de alquiler a fin de conseguir “viviendas pagables”. Pretenden estudiar la construcción de viviendas en las zonas periféricas del Tempelhofer Feld, propuesta rechazada por los berlineses en un referéndum en 2014 y que actualmente podría contar con un mayor apoyo, dada la situación de escasez de viviendas en la ciudad. Se augura conflicto.

Los dos partidos prometen apoyar la diversidad de los ciudadanos berlineses y su igualdad. Prometen también mano dura en las políticas de seguridad pública (o sea, más apoyo a la policía) y tomarse en serio el cambio climático. Todo un popurrí en el que destaca la intención de reformar y digitalizar la administración pública berlinesa, entre otras cosas, para que no haya que esperar dos meses para conseguir una cita para un sencillo trámite burocrático.

El catálogo de medidas para combatir la discriminación y mejorar la posición social de mujeres, personas queer, con origen migrante o refugiados llama la atención por lo voluminoso y detallado, así como por su sello progresista. Aquí parece haberse impuesto el SPD, o quizás es que en Berlín no puede hacerse otra cosa.

Transporte público por 29 euros

Queda un tema de campaña electoral que unía a conservadores y socialdemócratas: el reconocimiento del automóvil como medio de transporte necesario para una gran parte de la población, especialmente la que vive fuera del centro de la ciudad. Ambas fuerzas mostraban su desacuerdo con el tono —no tanto con las políticas, apenas implementadas y solo a medias— de los Verdes, hasta hace poco responsables de movilidad en la ciudad. La nueva coalición pretende perseguir una política “de ofertas de transporte y no de prohibiciones”. Y va a prolongar el abono de transporte público de 29 euros al mes de forma indefinida.

Kai Wegner y su nuevo gobierno tienen tres años y medio hasta las próximas elecciones para intentar marcar diferencias ante los éxitos y fracasos de la anterior coalición de gobierno. Es poco tiempo para demostrar que son capaces de reformar la administración y de mejorar en algo la complicada situación de la vivienda. Al SPD de Franziska Giffey le tocará demostrar que la ruptura con sus socios de izquierda no lleva a la ciudad hacia políticas conservadoras. Y el nuevo alcalde Wegner tendrá poco tiempo para apartar los fantasmas del pasado y vender un perfil liberal y poco reaccionario. Si lo consigue, habrá CDU en Berlín para rato. 2026 está a la vuelta de la esquina.

Texto: Juanfran Álvarez para Berlín Amateurs © abril 2023
Foto: Jugendpresse Deutschland/Saad Yaghi (CC BY 2.0)
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