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Lollapalooza 2018: broche al verano más largo de Berlín

Dicen que este ha sido el verano más largo que se recuerda en Berlín. El calor estival no se hizo esperar y ya brillaba con fuerza el sol a las diez de la mañana del sábado 8 de septiembre,  cuando se abrían las puertas del recinto olímpico que ha acogido la cuarta edición del Lollapalooza en Berlín.

El contraste espacial con las dos últimas ediciones no podía ser mayor, de los  verdes prados se ha vuelto a un gran espacio de acongojante arquitectura del Tercer Reich —la primera edición se celebró  en el antiguo aeropuerto de Tempelhof—, un lugar que en ochenta años ha pasado de embaucar al mundo en la megalomanía  olímpica de los nazis en 1936 a acoger a miles de jóvenes entusiastas de un festival que por su eclecticismo suele gustar a un variadísimo público. A veces el mundo aprende.

Sábado

The National

The National se presentó sabiendo a lo que jugaba. Despachó en hora y media su repertorio con la habitual solvencia de la banda. Con una importante presencia de canciones de sus último álbum Sleep well Beast, la bestia desbocada Matt Berninger se vino arriba embriagado de su enorme personalidad  y despertó a las masas frente a un escenario inmenso. Entre temas de Boxer, High Ultraviolet y de su último álbum, llegaron al final como viene siendo habitual con “Terrible Love”, en un cierre que dejó satisfechos a sus seguidores.

The Weeknd

Se presentaba como uno de los grandes nombres de la noche y no defraudó a los miles de jóvenes seguidores que esperaban con fuerza el soul electrónico del cantante canadiense. The Weekend hizo temblar la hierba durante algo más de hora y cuarto de concierto, entre covers y canciones propias. A estos dos reporteros nos dejó algo fríos.

K.I.Z.

La formación de Berlín jugaba en casa y el público local tomó posición mucho antes de empezar el concierto. Rodeados de una escenografía posapocalíptica e interpretando temas como “Ich bin Adolf Hitler” o el famoso “Hurra die Welt geht unter”, su concierto supuso uno de los puntos álgidos de la noche. Las letras se cantaron y se bailaron salvajemente entre los muchos saltos y olas humanas que tuvieron lugar en las primeras filas. Poco antes de abandonar el escenario y tras haber despachado una botella de vino a la salud del “Lolla”, bromeaban con el público para que se dieran prisa para el próximo concierto de David Guetta.

The Wombats

La banda destacó por su límpida voz en directo en un concierto que pudimos ver desde detrás del escenario. Desde la perspectiva de los músicos observamos las caras de un público radiante que disfrutaba temas del novísimo Beautiful People Will Ruin Your Life como “Cheetas Tongue” o “Black Flamingos”, así como las míticas canciones de álbumes anteriores: “Give me a try”, “Turn” y “Techno Fan”.

L.A Salami

El melódico folk de este intérprete inglés sonó ante un reducido grupo de admiradores. El artista estaba algo molesto por el sonido de bajos de los conciertos paralelos. Con su guitarra acústica y su armónica consiguió crear una atmósfera íntima que agradeció un público ya extenuado con los conciertos de gran formato.

David Guetta

El DJ comercial consiguió llenar la arena del Estadio Olímpico, por lo que una multitud de jóvenes desencantados se quedaron esperando a las puertas, mientras las gradas del estadio permanecían vacías. Seguramente el único error de planificación de un festival que por lo demás estuvo perfectamente organizado.

Domingo

Dua Lipa

Un poco antes de lo esperado se dio cita una multitud de más de 25 000 personas frente al escenario principal para recibir la música y los ritmos pop contemporáneos de la cantante británica de ascendencia albano-kosovar Dua Lipa. Tras una inesperada interrupción en “Lost in your Light” –debida a la caída accidental de un espectador en el foso de fotógrafos— el espectáculo continuó con la danza y las melodías de una artista que manejó a la perfección el concierto.

Con su voz privilegiada y enorme carisma, la intérprete estuvo bien arropada por sus compañeras y músicos interpretando uno a uno cada uno de los temas de su álbum homónimo Dua Lipa, lanzado en 2017. Tras algo más de una hora finalizó su actuación con “New Rules” y el acalorado público se fue a buscar la sombra a otro escenario.

Friendly Fires

El vocalista de esta banda británica demostró que el ritmo no es cosa de sureños, pues no paró de bailar al son de ritmo electrónico caribeño que contagió al público y a estos reporteros. Un dulce sabor de boca antes de arrancar con los grandes nombres de la jornada.

Liam Gallagher

El cantante británico reivindicó de principio a fin sus mandamientos rockeros con la habitual pose chulesca y frente a un público más bien escaso en comparación a otros escenarios a lo largo del día. “Rock and Roll Star” al inicio fue una declaración de intenciones por parte del de Manchester, que no paró de escupir en el escenario. El concierto fue correcto y sin alardes de emoción. Se escucharon los temas de su último álbum As you were here y los ya sabidos clásicos de Oasis: “Whatever”, “Supersonic” o “Live Forever”.

Imagine Dragons

Mientras el público del ex Oasis se retiraba un tanto frío por no poder asistir al karaoke de “Wonderwall”, quienes se congregaron para ver al grupo estadounidense de Las Vegas asistieron a un apoteósico inicio de concierto con el célebre hit contemporáneo “Radioactive”.

Imagine Dragons fue desgranando uno a uno los temas conocidos de su discografía con una energía apabullante, trabajando durísimo para resarcirse del pecado original de haber servido de banda sonora a la infame Cincuenta sombras de Grey. Tras el tercer tema el cantante Dan Reynolds, descamisado, bajó al público y recogió una bandera del arcoíris para hacer un alegato por la tolerancia y la música en tiempos de cólera.

Trettmann

El rapero Ronny se presentaba en el escenario alternativo del “Lolla” en su condición de figura ya consolidada dentro de la escena del hip hop alemán. A pesar de que el sonido no fuera contundente debido a problemas técnicos, el artista supo manejarse con tablas en el escenario, cercano al público y moviéndose de forma incesante mientras interpretaba los temas de #DIY, su último álbum, como “Grauer Beton”, “Gottseidank” o la emocionante “Billie Holliday”.

Kraftwerk

“Kraftwerk son Los Beatles de la música electrónica”, describió de forma certera The New York Times al grupo alemán fundado en 1970. Kraftwerk lleva cincuenta años reinventándose y cargando con la responsabilidad de ser los padres del género que ha marcado la Alemania de las últimas décadas.

El espectáculo que se presentaba en Lollapalooza, Kraftwerk 3D, había pasado previamente por algunos de los museos de arte contemporáneo de más renombre del mundo. La atrevidísima puesta en escena del espectáculo tridimensional se debatía entre la parodia de la estética fascista —en el lugar más idóneo de la tierra— y el futurismo de la Metrópolis de Fritz Lang.

El ritmo a veces ochentero de su electrónica, puramente sensual, encendió los cuerpos del público de mayor edad del festival. Entre tremendos  aplausos se despidieron con una reverencia, a la manera de los directores de orquesta en la Filarmónica berlinesa. Una muestra del culto a la electrónica en el país de Wagner y Beethoven. Una despedida por todo lo alto para un festival que finalmente nos dejó con ganas de más

Texto: Juanfran Álvarez Moreno y Pedro Martínez Cátedra (colaboración) para Berlín Amateurs © septiembre 2018
Fotografía: © Juanfran Álvarez Moreno
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