La cineasta española Eva Libertad presenta su ópera prima Sorda (2025) en cines alemanes, una mirada delicada y potente sobre la maternidad vista desde la experiencia de una mujer sorda en pareja con una persona oyente. La película participó en la sección Panorama del Berlinale de 2025, donde fue reconocida con el premio del público.
El germen del proyecto lo encontramos en un cortometraje (también llamado Sorda, 2021) que Eva dirigió junto a su hermana y protagonista, Miriam Garlo. Esa pieza inicial estaba inspirada en una conversación real entre ambas sobre los miedos y las expectativas de una mujer sorda que piensa en la posibilidad de ser madre.
Ahora, con el largometraje, Libertad amplía ese universo: combina dramaturgia, documental y exploración sonora para sumergir al espectador en una experiencia donde los mundos de la sordera y de la audición se encuentran, se rozan y se tensan.
El pasado 29 de octubre, con motivo de la première de Sorda en Berlín, tuvimos la oportunidad de conversar en persona con Eva Libertad sobre el proceso creativo detrás de su ópera prima, el reto de representar la maternidad desde la experiencia sorda y la recepción del filme tras su paso por la Berlinale 2025.
BA: ¿De dónde surgió la idea de rodar una película sobre este tema?
Eva Libertad: Todo esto empezó con un corto de 2021 que se llamaba igual. Nace de un momento de la vida real de Miriam Garlo, mi hermana y protagonista del largo y del corto, cuando se estaba planteando ser madre. Me comentó los miedos y lo que sentía cuando se pensaba como una madre sorda en un mundo oyente, y de esas conversaciones nació el corto. Hablando con ella de todo esto me di cuenta de que nunca había pensado en eso y quise hacer algo con ello. Cuando terminé de grabar el cortometraje, me dije que había mucho más. ¿Qué pasaría si nace el bebé y si la criatura es sorda? ¿Cómo cambiaría la relación con los padres o con la pareja?
El corto fue nominado a los Goya y fue una contestación de que había una historia potente, y de ahí hice una fase de documentación y entrevistas a madres sordas para ayudarme a construir todo el arco de la maternidad y del parto.
BA: ¿Crees que los miedos de esta capacidad se acrecientan con la maternidad?
Eva Libertad: Creo que los miedos de las mujeres, en general, se acrecientan con la maternidad y también creo que la maternidad la estamos explorando ahora en el cine. Desde otras miradas, lejos de la tradicional o la más convencional. Estamos profundizando en esas oscuridades y en los miedos e inseguridades o en las zonas más oscuras de la maternidad que hasta hace poco no nos han contado.
Creo que la maternidad sí hace que tu relación con el mundo cambie, que tu relación de pareja cambie y también en una relación donde tu pareja es oyente. Tú eres sorda y el mundo es capacitado y te ve como una persona discapacitada. En el caso de Ángela, ella ya se relacionaba con su sordera como una condición, no como una carencia. Pero la llegada de la criatura vuelve a abrirla a ese mundo y a esa sociedad que le devuelve una imagen de sí misma de discapacitada que le genera una crisis muy grande.
BA: Sorda ganó el premio Panorama concedido por el público en la Berlinale de este año. ¿Por qué crees que tuvo tan buena recepción?
Eva Libertad: Buena pregunta. Que es lo mismo que preguntarme por qué creo que sigue teniendo tan buena recepción, porque la trayectoria que está teniendo está siendo asombrosamente bonita, porque nunca sabes cómo va a ir. Estoy comprobando que hay una conexión muy grande con el público sordo, pero también con el público oyente, porque nos transmite un impacto al entrar en una realidad y una experiencia de vida desconocidas, en general.
Lamentablemente es así, no tenemos contacto con personas con diversidad, con discapacidad a no ser que tengamos algún familiar o alguien muy cercano y sepamos cómo es esa manera de estar en el mundo. Ha sido muy bonito ir asumiendo o comprobando que había un deseo de saber más y ver cómo el público nos dice “qué bien que esta historia exista” y hace mirar el mundo y a las personas sordas de otra manera. Esa recepción del público es de lo más bonito de este viaje.

Eva Libertad en Berlín. (Foto Diego Aracil)
BA: ¿Cómo se consiguió y trabajó el efecto de sonido para sumergir al público en una experiencia parecida a la que vive una persona sorda? ¿Cómo fue este reto?
Eva Libertad: Es cierto que la estructura narrativa sonora fue lo más difícil de concebir para mí, porque era una película muy tentadora para hacer grandes virguerías con el sonido. Por ejemplo, en el cortometraje entrábamos y salíamos en el sonido en varios momentos, pero en la película sentía que eso no iba a funcionar. Primero, porque iba a ser un recurso que se iba a agotar a lo largo de la hora y 40 minutos que dura y, luego, porque me daba mucho miedo caer en un uso de lo sonoro un poco maniqueo.
Era un logro que el sonido ayudase a Ángela a vivir el viaje, pero no de una manera que dirija la emoción. Entonces surgió la posibilidad de acompañarla con un sonido aparentemente naturalista y usarlo solo en el momento en que la protagonista se quiebra, entra en crisis y ha perdido su lugar en la casa. Está muy nerviosa e impaciente porque piensa que no logra generar el vínculo con la niña y la relación con Héctor también empieza tambalearse, en este punto dirigirse al público oyente y con el sonido decirle “ahora vamos a entrar dentro de ella, a ver si acabamos de entenderla”.
BA: Una parte importante de la recepción de la película es todo lo que se se ve y se siente sin hablarlo. ¿Cómo se consigue este equilibrio con el guion?
Eva Libertad: Tuve una obsesión para escribir este guion y sobre todo para escribir la relación de Ángela y Héctor, que era contar lo que no nos dicen. Al final, toda la película está atravesada por la comunicación y la incomunicación. Hay algo que me ayudó muchísimo desde el primer momento que empecé a escribir, una idea que está presente, aunque no se ve y es que en cualquier vínculo, no solo amoroso, sino con nuestras madres o nuestras amigas, en cualquier momento intenso o difícil, por mucho que tú quieras acompañar a una persona, cuidarla y estar cerca, siempre hay un lugar al que no puedes acompañarle, donde estamos solos. A la inversa igual. Siempre hay un lugar en el que estamos solas y no no nos pueden acompañar.
Teníamos que crear un vínculo donde primero el lenguaje verbal no fuera lo principal y además la manera de comunicarse el amor o los problemas era generando un código diferente, por lo que hay mucho que se cuenta sin contar lo que pasa. Ángela va acumulando malestar y no se lo sabe comunicar. Cuando las relaciones están construidas sobre el amor, la comunicación y todo funciona muy bien, cuesta mucho dar el paso a cómo se transforma eso cuando empiezan los problemas. Ángela y Héctor saben relacionarse solo ahí, pero no en la oscuridad, y creo que es lo que van a aprender al final de la película.
Película Sorda | Ya en cines alemanes
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Belén Lucas para Berlín Amateurs © octubre 2025; foto: Diego Aracil
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