El Castillo Martin Benchimol Berlinale 2023

Escrito por: Actualidad Cine CULTURA

Berlinale 2023 | Los hijos, esos maestros que la vida regala

El castillo, la película más reciente del argentino Martín Benchimol, se estrenó el domingo 19 de febrero en la Berlinale. Parte de la sección Panorama, compite por el premio del público.

Alexia es una joven que ronda los 17 o 18 años y que anhela ser piloto de Fórmula 4. Vive en un enorme castillo que se cae a pedazos, emplazado en lo profundo de la pampa argentina, junto a su madre Justina, heredera de esa propiedad. Juntas encaran los trabajos cotidianos que implica tener esa mansión plagada de recuerdos y la crianza de los animales, que les da parte del sustento, mientras ven cómo se acerca el momento de su inminente separación.

Esa es la trama planteada por el director argentino, Martín Benchimol, en El castillo, película que compite por el premio del público en la sección Panorama de la Berlinale, Festival Internacional de Cine de Berlín que se desarrollará hasta el 26 de febrero. En términos de estética y forma, Panorama toma el pulso al cine internacional contemporáneo. Benchimol, por su parte, es director de otras dos películas –El espanto (2017) y La gente del río (2012)– y aporta a esta muestra dos personajes entrañables: la madre y la hija.

En esta película el director argentino construye imágenes que interpelan, que evocan la memoria, pero que también recaen en un presente que invita a pensar en esas transformaciones que ya hace un tiempo viven las sociedades latinoamericanas, donde las familias que tradicionalmente ostentaban el poder son cada vez menos.

En el film, las protagonistas hilan una historia que revela diversas problemáticas, como los prejuicios de clase y la relación madre-hija. Además, retrata el cierre de un ciclo y la liberación de la madre, que a lo largo de la película va abandonando esas ideas y fantasmas que la atan a una vida de servidumbre.

Para ello, Alexia es fundamental, pues se convierte en esa maestra con la capacidad de transformar en Justina aquello que se hace impensable en su universo. A diferencia de la madre, la hija sueña, tiene planes, quiere salir de ese castillo que le resulta, más que un hogar, una carga que ha decidido compartir con su madre, pero no atarse a ella.

Porque los orígenes de Alexia distan mucho de los de Justina, una indígena que a los cinco años fue “adoptada” por la patrona del lugar para ayudar en las labores del hogar. Alexia nace en esa mansión arropada por su madre y la dueña de la casa y se cría bajo otros parámetros alejados de la servidumbre pero, ante todo, libre de complejos. Su fortaleza la convertirá en un pilar fundamental de ese castillo que se cae, pero que a la vez se renueva simbólicamente como un auténtico hogar para Justina.

Texto: Carla Hannover; Fotos: créditos en las imágenes
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