Escrito por: Actualidad CULTURA Literatura Tipps Literatura por Bartleby / Co.

TIPPS LITERATURA by Bartleby & Co – enero 2017

Este ha sido el mes dedicado a los libros sobre madres e hijos en Bartleby & Co. No ha sido algo consciente, sino pura casualidad. Cualquier interpretación freudiana será negada hasta la saciedad por la persona que teclea estas frases. Aquí van dos recomendaciones como dos pinos: dos monumentos bibliográficos a dos madres muy distintas, pero al fin y al cabo madres y pertenecientes a la raza humana, paraguas que a todos nos cobija (el de tener madre y el de venir también de los primates).

MI MADRE

Richard Ford

Editorial Anagrama – 12 €

(…) Y sin embargo mi madre, a quien amaba y conocía muy bien, me vincula a ese territorio extraño, a eso otro que fue su vida y de lo que en realidad no sé ni supe nunca demasiado. Es una cualidad de la vida con nuestros padres que a menudo nos pasa inadvertida y por consiguiente no le damos importancia. Los padres nos conectan —por encerrados que estemos en nuestra vida— con algo que nosotros no somos pero ellos sí; una ajenidad, tal vez un misterio, que hace que aun juntos, estemos solos.

Este libro breve de Richard Ford (apenas 75 páginas con caja pequeña y tipografía generosa) se aborda desde un punto de partida algo dubitativo: Richard Ford pretende trazar un esbozo de esa persona desvaída por el recuerdo que fue su madre. El relato se sirve de pinceladas breves que no intentan abarcar un fresco completo, mucho menos cronológico, sino que más bien se trata de una carta que el autor se escribe a sí mismo para hacer un pequeño homenaje a su madre, a su infancia, a los recuerdos que guarda de los dos juntos, a su padre y al mundo en el que creció. La madre de Richard Ford es algo mayor que la madre de la novela que recomendaremos a continuación, pero sus antecedentes son similares: el paisaje árido y desesperado de la Gran Depresión americana, que también fue el paisaje de los buscavidas, los fuleros, la trashumancia, el alcohol de contrabando y los vendedores de biblias a domicilio que escondían siempre un as en la manga.

Los padres de Richard Ford viajaron durante quince años en busca de trabajos para sobrevivir antes de que él naciera. Su madre era mayor para la época cuando lo tuvo (33 años), y a partir de su nacimiento sus progenitores dejaron la carretera y se establecieron en el pueblo de Jackson, en Misisipi, para echar raíces y dedicarse a la crianza del primogénito.

La casa de Richard Ford estaba justo enfrente de la casa en la que creció Eudora Welty, para que se hagan una idea del tipo de América de la que hablamos y que tan bien retrató Welty en sus novelas. Su madre se quedó viuda a los 50 años, cuando él tenía 16. Su relación parece fruto del afecto casi impuesto que comparten las personas que se quedan solas en el mundo. Y así es como Ford recuerda a su madre, sola con él mientras su padre viajaba, sola con él cuando su padre murió. Richard Ford no hace ningún panegírico de la madre ni trata de exponer sus virtudes. Ni siquiera sus peculiaridades. Este es un libro en el que se reflexiona acerca de la capacidad de relatar una vida y de asir el recuerdo. El resultado es algo delicado y maravilloso. Si estas pocas líneas han logrado despertar vuestra curiosidad, aquí podéis leer más.

ME LLAMO LUCY BARTON

Elizabeht Strout

Duomo – 16,80 €

Mi primer contacto con Elizabeth Strout fue a través de la miniserie de televisión Olive Kitteridge, dirigida por Lisa Colodenko, producida y protagonizada por Frances MacDormand y basada en una novela homónima que la autora norteamericana publicó en 2008 con un guion adaptado por Jane Anderson. Olive Kitteridge narra la vida de una profesora de matemáticas y de su familia en un pequeño pueblo norteamericano a lo largo de varias décadas. Olive es un personaje arrollador, carismático y en cierta medida cruel que MacDormand borda y que condensa a la perfección la esencia de la figura de la madre compleja, distante, inteligente y sarcástica. Un personaje que muchas veces provoca rechazo pero al que no podemos evitar tomar cariño.

Strout es muy hábil poniendo sobre la mesa las contradicciones de esa generación de mujeres que nacieron y crecieron en medio de la dureza de la América de la Depresión y el Dust Bowl y que vieron el paisaje de sus vidas cambiar radicalmente en los años cincuenta y sesenta en Estados Unidos. Mujeres fuertes y acostumbradas a sobrevivir a mil penurias que criaron a sus hijos en ese nuevo mundo de libertades y oportunidades que fue la América soñada de los sesenta.

A Elisabeth Strout no solo le interesa entender cómo pensaban, sentían y vivían esas mujeres, sino que le interesa mucho cómo fueron las relaciones con sus hijos y en sus matrimonios. Y así es como llegamos a otra novela de la autora de Olive Kitteridge: Me llamo Lucy Barton es una obra de una extensión razonable que condensa en los cinco días en los que transcurre la narración la compleja y fascinante relación entre una madre y una hija. Lucy está ya bien asentada en la treintena, tiene dos hijas pequeñas y padece una enfermedad que la dejará postrada casi dos meses en la cama de un hospital. Apenas mantiene el contacto con su madre, pero esta convalecencia en un hospital de Nueva York une a madre e hija durante unos días en los que hablarán, guardarán silencio, recordarán el pasado de la familia, los vecinos y la gente que pobló su pasado y se harán compañía durante largas horas.

Estos diálogos están construidos con mucha delicadeza. En ellos, se dice más a través de lo que se omite que a través de lo que verdaderamente se dice. Muchas veces las relaciones más complejas y profundas de nuestras vidas se vehiculan a través de gestos sencillos, silencios y omisiones. Las palabras, llegado cierto punto, dejan de ser necesarias.

Me llamo Lucy Barton es una de las novelas sobre las relación entre una madre y una hija más reveladora y brillante que he leído nunca. Un libro que emociona y que, como toda buena novela, dispara muchísimas conexiones enterradas con nuestra propia vida. Podéis encontrarlo o bien acercándoos a la librería o bien entrando en este link

Ana S. Pareja (Bartleby & Co.) para Berlín Amateurs © enero 2017
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