Café am Neuen See es uno de los Biergärten más hermosos de Berlín. Está escondido en medio del Tiergarten (enfrente a la Embajada de España) junto al lago y a la sombra de grandes castaños. Tiene su encanto tanto en verano como en invierno, con mucha o casi sin gente, depende de lo que vayas buscando.
En verano, sobre todo los fines de semana de buen tiempo, se llena con el típico ambiente de Biergarten; pero durante la semana, especialmente a mediodía, es un tranquilo paraíso. Bretzels, Pizza, Leberkäse (una especialidad de carne típica de Baviera), mesas largas a compartir y por supuesto que no falte la cerveza. Lo frecuentan grupos de amigos, familias y turistas por igual. Hay recintos con arena para que jueguen los niños y en el lago se pueden alquilar barcas.
En otoño e invierno, el restaurante, con sus grandes ventanales, suelos de madera, chimeneas encendidas, velitas y luz tenue, se convierte en uno de los lugares más románticos de la ciudad. El menú es más elaborado que el de cualquier Biergarten: sopas, pastas, ensaladas y Flammkuchen (entre 7-15 euros) o platos de carne o pescado (entre 15-27 euros). A mediodía ofrecen platos principales por 9 euros.
También abren para desayunar; por la tarde es un lugar perfecto y muy acogedor a la hora del té o del Kaffee und Kuchen (café y tarta).
La mayoría de los (o los “auténticos”) Biergärten —terrazas al aire libre donde se sirve, como producto esencial, cerveza— pertenecen a cervecerías, por lo que es común que solo ofrezcan su propia marca, pero suelen tener diferentes variedades (Pils = cerveza rubia, Hefeweizen = de trigo, Schwarzbier = cerveza negra, Radler = mezclada con limonada, etcétera).
La tradición de los Biergärten empezó en Baviera en el siglo XIX. Debido a la cantidad de incendios provocados durante la fermentación, que ponían en peligro a la ciudad de Múnich, ya en el siglo XVI se dictó un decreto que limitaba la producción de cerveza a los meses más fríos (septiembre-abril). Con el fin de expenderla también durante el verano, las cervecerías construyeron sótanos aptos para su conservación. Sobre ellos esparcieron grava y plantaron castaños que, gracias a su densa sombra, ayudaban a mantener la temperatura adecuada en los sótanos.
En 1812, el rey Maximiliano I emitió otro decreto en el que se permitía a las cervecerías servir su cerveza para consumo inmediato directamente en sus bodegas. También podían vender pan, pero quedaba totalmente prohibida la venta de comida. Se colocaron largas mesas y bancos bajo los castaños, donde la gente podía tomar cerveza y llevarse su propia comida. Así nacieron los Biergärten, hace ya dos siglos. Hoy en día, aunque les está permitida la venta de alimentos y la mayoría funciona también como restaurantes, en los “auténticos Biergärten” sigue vigente la opción de llevarse la propia comida.
Café am Neuen See
Lichtensteinallee 2 – 10787
Más información sobre este y otros sitios de la ciudad aquí o en www.berlinenmiszapatos.com
Berlín en mis zapatos para Berlín Amateurs © abril 2015
SOBRE EL AUTOR:
¡Síguenos y comparte!
[DISPLAY_ULTIMATE_SOCIAL_ICONS]