Las puertas de Berlin Atonal se abrían el pasado miércoles inaugurando una de sus ediciones más multitudinarias de la nueva era. Después de una larga espera en la puerta, nos encontramos dentro de la imponente planta eléctrica entre pilares de hormigón y vigas de metal. El sonido se esparce entre la totalidad del espacio y, a pesar de la penumbra, se distingue una masa uniforme de gente vestida de riguroso negro que va llenando la central y deambula entre los diferentes niveles. La escena es inquietante y a la vez sublime. Inequívocamente, esto es Atonal.
Comenzando por el masivo escenario principal de Kraftwerk, la experiencia se iniciaba con una de las actuaciones principales de la apertura. Moritz von Oswald —uno de los productores de techno más influyentes de los años noventa, integrante de Basic Channel y Maurizio— compartía escenario por segunda vez con Rashad Becker como parte de su proyecto Fathom. El elemento principal del concierto es un solo de piano, cuyos sonidos son arreglados, procesados y reconstruidos evocando ecos y clones.
La experimentación audiovisual era la tónica para el segundo día. El jueves, en el Main Stage, se pudo explorar el lado más abstracto de la electrónica y, especialmente, la conexión entre el sonido y la luz, la imagen y la visión. Empezando por el set de Yves de Mey, en el que se podía apreciar con evidencia su interés por el diseño de sonido más experimental, y acabando por el subversivo Mika Vainio, mitad del dúo Pan Sonic. El artista finlandés, conocido por crear sonidos físicos y únicos, desvelaba su colaboración audiovisual junto a Daniel Pflumm, trayendo imágenes y sonidos inesperados a la planta eléctrica.
Al caer la tarde del viernes, se trataba de traspasar las fronteras más oscuras e industriales entre el techno y el ruido rítmico. Por primera vez, podíamos ver al argentino Jonas Kopp uniendo fuerzas con el realizador visual experimental Rainer Kohlberger en la presentación del proyecto Telluric Lines. El gigantesco escenario principal lo cerraba UF, el proyecto hasta la fecha exclusivo para el festival que une al Samuel Kerridge y al dúo OAKE. En la actuación, se exploraban las dimensiones más distorsionadas de la armonía, el ritmo y el diseño de sonido.
Un año más no hay duda, Atonal es un éxito. Con muchas actuaciones y mucha experimentación todavía por delante, es ostensible que se trata del evento más vanguardista de la escena musical berlinesa y, en consecuencia, de la escena musical mundial.
24-28 agosto en Krafwerk Berlin (Köpennicker Str. 70)
Jessica García para BA – Fotos: Paco Neumann + cortesía del festival © agosto 2016
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