El motivo de este artículo no es juzgar a DJ, políticas de entrada o desmentir mitos sobre actividades extravagantes. Este es un discurso meramente de arquitectura, y en esencia, un ejemplo de cómo el diseño influye en la experiencia humana.
Berlín es considerada la meca del techno; y para muchos, Berghain, el templo que lo corona. En especial los domingos en la mañana, como feligreses en una parroquia, la juventud de Berlín se congrega en sus interiores oscuros de hormigón armado. Los que nunca han ido o no consiguen entrar se preguntan: “¿Cómo es Berghain por dentro?, ¿qué lo hace tan especial?”. La mejor manera de describirlo es con las palabras del arquitecto Louis Kahn: “Cada edificio que se construye es un mundo en sí mismo, y que este mundo en sí mismo sirve a una institución”. Y entrar en Berghain es eso, internarse en un mundo completamente aparte, que está al servicio de la música electrónica, y en consecuencia, al arte.
Sabiendo esto, y de manera objetiva, podríamos decir que el misterio de su poder magnético y su atractivo de culto es la música, pero más allá, también lo es en gran medida la caja que lo contiene. Por eso analizaremos Berghain desde un punto de vista arquitectónico, ya que no simbolizaría para los berlineses lo que hoy representa (al menos no con tanta fuerza), de no ser por el edificio que lo alberga, y la manera en que fue restaurado.
En Berghain no se pueden hacer fotografías, así que explicaremos con bocetos esquemáticos cómo se comportan sus espacios. Después de varias visitas, tenemos un mapa mental bien definido de sus recorridos. Y tras varias horas de dibujo, hemos concretado un esquema de las plantas de manera proporcionada (con medidas que, por supuesto, no son exactas). Hay muchos detalles que no hemos incluido y muchos otros que seguro se me nos han olvidado. Si ves algo que no cuadra, te invitamos a escribirlo en la sección de comentarios.
Interconexión de espacios
Empecemos por lo básico y para evitar confusiones. Existe una ambigüedad en la palabra Berghain que confunde a los primerizos, pues es el nombre con el se conoce al complejo entero del edificio, y también específicamente al nivel principal. Piensa en Berghain como un cubo de Rubik gigante de distintos espacios que, según el evento, no siempre están conectados entre sí, y no siempre en la misma combinación. Estos son: Berghain, Panorama Bar, Säule, Garten, Lab y Halle.
Las alturas
Estar en Berghain puede resultar una experiencia abrumadora, en gran medida, por sus juegos de alturas. Este recurso arquitectónico permite separar las estancias en varios niveles, resolviendo problemas funcionales y enalteciendo el espacio pues, como bien lo decía Le Corbusier, es el espacio lo que habitamos y no la superficie.
En lugar de una secuencia de habitaciones cerradas y relacionadas entre sí a través de puertas, las áreas internas de Berghain se enriquecen porque ofrecen diferentes escalas. Esto ocurre frecuentemente con el uso de mezzaninas. Ejemplo: el corredor abalconado del Säule, también el Eisbar (heladería) sobre el bar principal, y el Panorama Balcony o balcón que conecta visualmente la pista de Panorama con su áreas de descanso.
Pero el caso perfecto es sin duda el hall o núcleo de distribución con la estatua desnuda de Baco (dios de la ebriedad y de los excesos). Sobre él, un inmenso vacío (hueco) da un vistazo a la pista de techno, a la cual se llega subiendo la escalera principal, de casi 37 contrahuellas. Este vacío sobre el hall determina que esta es un área de importancia. En otros casos, la altura se reduce en lo que llamamos espacios de transición o de servicio; como área de cabinas detrás de la pista de Panorama y o el minibar y baños de la pista de techno.
Circulación vertical
Sabiendo que distancias variadas entre piso y techo cambian virtualmente los espacios, y nos proporcionan sensaciones distintas, no podríamos dejar de mencionar la circulación vertical; pues es aquella que conecta los espacios entre niveles. Para algunos, Berghain puede sentirse como un laberinto que se experimenta subiendo y bajando escaleras metálicas constantemente. En este edificio son un elemento esencial, porque en ella se está en constante recorrido entre los espacios.
Las escaleras en Berghain son en su mayoría abiertas y expuestas a las sensaciones que el club brinda (música, luz-oscuridad, texturas). Son así un área no solo de transición, sino al mismo tiempo una antesala de lo que ocurrirá en el nuevo espacio. Las escaleras de emergencia son las únicas tradicionalmente cerradas, y funcionan también como un atajo que utilizan los usuarios más fieles, para llegar más rápidamente desde Panorama Bar al primer nivel (guardarropa y Säule) sin tener que atravesar la pista principal.
Materiales vistos
Los edificios que dejan al desnudo su estructura tienen una belleza que no puede compararse a los recubrimientos más costosos. Dejar al descubierto la técnica constructiva y el material crudo tal y como es, sin ornamentos, ennoblece a Berghain como edificio. Originalmente fue una planta eléctrica, y por eso el cemento u hormigón armado es el material que predomina. Sus grietas y cicatrices del encofrado aportan un carácter industrial.
El vidrio es usado no solo en ventanas sino como cerramientos que dividen virtualmente algunos espacios, dejando pasar luz infernal entre estancias (como ocurre entre la pista de techno y el bar, y entre el Säule y el hall principal). El hierro por supuesto se repite en sinfín de lugares, y el material que predomina en los baños es el acero inoxidable (en puertas, sanitarios, urinarios y lavamanos). Los espejos NO existen.
Hay, por cierto, al menos siete baños en Berghain (sin contar los de las áreas de oficinas, el Halle y Lab). Son unisex y no solo funcionan como espacios de servicios sino también de permanencia, pues gran parte de las conversaciones ocurre en sus cubículos y en las filas que se forman para entrar a ellos. Esto es un ejemplo interesante de cómo el uso intrínseco de un espacio se transforma según la naturaleza de los usuarios y sus necesidades.
Jardín
El Garten (o jardín) abre solo en primavera y verano, cuando funciona como reemplazo de Panorama Bar a media jornada, y también sirve de desahogo del flujo de almas cuando el edificio está repleto. Las paredes perimetrales tienen mesadas de hormigón que hacen las veces de asientos. El paisajismo es sutil pero bien pensado. Un bar abierto y central divide el patio en dos. Contenedores de reciclados e interconectados funcionan también como pista de baile secundaria, terraza y cabina del DJ, quien se enfrenta a la pista principal. Esta pista está siempre semiabierta al cielo con una cubierta metálica que dispara agua de vez en cuando, para refrescar los cuerpos calientes al sol.
Luz natural
En arquitectura, la luz natural es un recurso gratuito que “debe” ser aprovecho al máximo. Pero en Berghain el sol es marginado, pues es un edificio donde el tiempo no existe y la oscuridad prevalece. Esto ocurre porque en las tinieblas la mente se relaja y el cuerpo se desinhibe. El usuario siente el ímpetu de explorar y de expresar sus deseos más primitivos sin sentirse demasiado expuesto.
Sin embargo, la luz natural tiene un papel pequeño pero primordial, particularmente en el nivel de Panorama Bar. En el corredor, dos ventanales grandes y particularmente altos tienen cuadrantes rojos y amarillos, dejando pasar el sol de manera similar a los vitrales de una iglesia. Esta técnica de filtrar la luz con vidrios de color se ha usado desde hace siglos para enaltecer los espacios religiosos y dar la sensación de estar “cerca del cielo”. Este detalle refuerza en este edificio la calificación de lugar sacro que muchos le atribuyen. La luz natural se infiltra a través de ellas cuando, en la pista de Panorama Bar, abren y cierran las persianas en el momento cúspide de la mezcla, generando furor en la multitud.
En contraste con la penumbra casi perpetua, existe un espacio que algunos llaman The Glass Box. Originalmente concebido como Raucherbereich o área de fumadores. Es un cubo acristalado adicionado a la fachada con escaleras extra de emergencia y espacio de descanso. Aunque pequeña, es la parte más iluminada de todo el edificio, y sirve de escape para los que necesitan luz natural y silencio después de estar varias horas danzando en la oscuridad. Allí tenemos una pequeña dosis del mundo exterior y que hemos dejado atrás. Pero los vidrios reflectores no permiten que la ciudad nos vea desde el exterior; solo suponer lo que ocurre adentro.
Iluminación artificial
“La luz crea el ambiente y la sensación de un lugar, así como la expresión de una estructura”. En Berghain, este principio arquitectónico se manifiesta magistralmente, como una herramienta usada más para oscurecer que para iluminar. La cantidad de luz artificial está meticulosamente administrada y colocada en puntos estratégicos, exponiendo tuberías y detalles industriales, creando una atmósfera en igual medida infernal y placentera. En el nivel de descanso de Panorama, tubos verticales de luz son fijados a las columnas. Se transforman gradualmente de matices azules a magenta o verde.
Con un poder casi hipnotizante, atrapa a los cautivados que clavan la mirada en ellos mientras cambian de color. En el nivel del Säule, bandas metálicas delgadas abrazan cada uno de los pilares, desprendiendo con sutileza luces que también cambian al ritmo de música experimental, y que se mantienen tenues y rojas cuando el Säule no funciona como pista, sino como lugar de reposo. En la pista de BH (techno) existen sets de iluminación LED y láseres que atraviesan tu cuerpo. Estos últimos se manifiestan muy sutilmente, pues allí no se abusa de ese tipo de parafernalia y pirotecnia como hacen en otros clubes. En Berghain el protagonista será siempre la música.
Texto y bocetos: Moisés Osio para Berlín Amateurs © junio 2018
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