Escrito por: CULTURA De noche Festivales Música OCIO

Así fue Heroines of Sound 2017

Que las mujeres están en la música electrónica no es nuevo, siempre han estado aquí, aunque casi siempre en la sombra dentro de un mundo dominado por hombres. Así que agradecemos a la organización del Heroins of Sound la gran oportunidad de ver y escuchar en directo a estas grandes trabajadoras y luchadoras de la música de vanguardia.

Arrancamos el festival paseándonos entre las instalaciones que se pueden disfrutar a lo largo de estos días de Zorka Wollny, “Resonance Assembly” y “Dark Polls” de Noa Gur, los encontrados puntos de vista sobre la perspectiva del panorama musical y el papel que desempeña la mujer en el mismo, mientras la gente empieza a llegar y esperar a los conciertos en el Halle del Radialsystem V, ya con un público presente muy diverso en cuanto a edad y a género para tomar parte en la 4.ª edición de Heroins of Sound 2017.

El punto de partida ha sido “Game Boys” de una de las figuras más populares de la escena musical contemporánea, Jagoda Szmytka, con una composición que mezcla la música, los videojuegos y los mundos virtuales que con una espectacular acústica en la sala, sonido tridimensional envolvente y en constante movimiento consiguió cerrarnos los ojos haciéndonos viajar a otros mundos que estaban entre la realidad y la ciencia ficción y en la que se mezclaron sonido y palabra.

Esta y las siguientes tres piezas de Elzbieta Sikora, presente en la sala, fueron interpretadas por la pianista polaca Malgorzata Walentynowick, que las convirtió en una sola pieza dedicada al arte del ruido junto a  grabaciones  de campo: gentes, coches, lugares, calles, sonidos de lo que pasa, de lo que se vive, de lo que se mueve…, creando nuevas realidades inquietantes, perturbadoras y relajantes con el sonido clásico del  Klavier  Yamaha tocado por Walentynowick. Hemos podido escuchar “Flashback”, “Chicago al fresco” y “Reflets irisés” de Elzbieta Sikora, con la proyección del vídeo “Sun Spot” de Katarina Glowicka de fondo.

Durante la pausa estuvimos en el Sound Bar, donde unos cascos invitaban a acompañarse de un refresco y escuchar las piezas sonoras de  las artistas que formaban este menú musical, preparándonos para que la llamada de la campana sonara y llegara el directo de la esperada Electric Indigo, que no dejó indiferente a nadie. Fascinante y hierática como una prodigiosa diosa egipcia de metal con su pieza “Tolkowsky’s  Refraction”, en la que la sutilidad de las estructuras de su composición penetró por nuestros oídos envolviéndonos mediante una suave progresión en una atmósfera ligera y vibrante que culminó en un apogeo de beats con el que incluso se sentía fortalecer el chakra raíz. Los visuales performativos acompañaban con sencillez pero con espectacular efectividad en un juego de acuoso color en el que se encontraba su favorito, el azul índigo, un híbrido con formas etéreas que simulaban organismos vivos, entrañas, dando sensación de que la música se respira.

Como guinda para terminar este primer día del festival y en la Saal, nos sobrecogió la aparición de la ecléctica y desenfadada Pilocka  Krack. Toda ella un terremoto de ritmo pasional y entusiasta que lo dio todo para el público que llenaba el Saal del Radialsystem V y que nos hizo levantarnos de los asientos y bailar con sus temas de puro electro fresco en el que utilizó filtros al límite mezclándolo con samplers y pinceladas en algunos temas con guitarras rockeras dándole un toque de un Electro Psicodélico y con teclados al más puro estilo del mejor Space Disco setentero, y cantando algún tema en español. Al terminar su actuación, el público reclamó la presencia de la artista que no dudó en salir de nuevo y marcarse unos bailes old school ante los presentes, cerrando este primer día del festival y dejando así un sabor de frescura tal y como nos dijo al final del concierto: “Me encantaría viajar a España para ir a la playa a comer papaya”.

El sábado el festival comenzó con llenazo total en el Halle del Radialsystem V. En las últimas filas, la gente permanecía de pie, pues ya no quedaban asientos. Silencio sepulcral para dar paso a la primera actuación donde pudimos escuchar “Zucker”, la obra de la compositora sueca Lisa Streich, seguida de la compositora bielorusa Oxana Omelchuck, con su obra “Staahaadler Aff”, de Joanna Wozny con “Like Little” y  de Marisol Jiménez presentando “Yiriya áteiyá”. La compositora mexicana salió a felicitar a los versátiles y experimentales Ensemble Mosaik, un reconocido conjunto de música contemporánea que fue el que interpretó todas las obras anteriores con una ejecución impecable. Cuando le llegó el turno a Iris ter Schiphorst, estaba el total de los Ensemble en el escenario dejándonos hipnotizados con su arte, habilidad y dulzura tocando sus instrumentos, terminando así la primera parte del sábado en el Halle con “Sometimes II” de Iris, que también salió a dar un abrazo a cada unos de ellos.

Durante la pausa, en el Sound Bar fue posible ver alguno de los filmportraits con entrevistas a Maryanne Amacher, Electric Indigo, Kritzkom, HiT͟Hərto͞o, Midori Hirano, Andrea Neumann & Sabine Ercklentz, estas últimas pioneras investigadoras al igual que Eliane Radigue, y también a la músico experimental Kyoka, que está en el cartel del próximo Semibreve 2017, un recomendable festival de música electrónica y arte experimental que se celebra a finales de octubre en Braga, Portugal.

Toque de campana para ir al Saal a ver a Heidi Montersen, compositora, productora y cantante danesa  que cantó su álbum Tid. Para terminar el segundo día, tuvimos el placer de ver a la artista y compositora sonora Jasmine Guffond, presentándonos Traced. En este segundo álbum, Guffond toma la estética de sensibles texturas de su anterior LP Yellow Bells, transmitiendo una sensación de sutileza y misterio que nos dejó con una especie de duermevela electroacústica.

Y llegó el domingo, último día para ver y escuchar a nuestras cercanas heroínas del sonido. Apertura con la compositora italiana Alessandra Eramo, con performance poética-sonora, a través de la cual explora los límites del arte. Impactó con su solo de voz, gritos y chasquidos de lengua, mezclados con grabaciones de campo en cintas de cassette y teremines, ruido y arte con reminiscencias dadá propias del Cabaret Voltaire. Un contraste entre la belleza y la desazón.

Heidrum Shramm, segunda protagonista de la noche, propició que siguiéramos en el Cabaret con su maravillosa “Cantanta profana”, una composición electroacústica en la que experimenta con una canción tradicional de su infancia y con grabaciones de campo como murmullos de voces y latidos, con una comprensión de la estructura polifónica cambiando con ello el carácter de dicha composición.

Y ya casi terminando el festival, dando un giro a la noche, la berlinesa HiT͟Hərto͞o con “ttbs withim” nos propuso una pieza de techno experimental con la que invitó a reflexiones sobre el tiempo presente. Chra cerró el festival con su último trabajo On a Fateful Morning, que nos trasladó a un trance oscuro e industrial; una buena forma de terminar el festival.

Como dijo Bettina Wackernagel, comisaria del festival: «Nuestra meta, sin duda era conseguir un programa diferente e inteligente. Preferimos la idea de que no deje indiferente porque encontramos esto personalmente mucho más emocionante que cuando te sientas en un concierto y tienes la sensación de que sabes lo que va a pasar”.

Texto: Ana Espín. Fotos: Virginia De. Berlín Amateurs © julio 2017
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