Berlín se ha convertido en uno de los destinos favoritos de toda Europa para muchos viajeros. En los últimos años el número de visitantes ha ido creciendo, llegando en 2014 a casi los 12 millones de turistas. En la capital alemana, conocida por su historia reciente y todo el arte que la acompaña, llegan personas de todas partes del mundo. Algunos aterrizan en Berlín para ver cosas tan interesantes como el Muro de Berlín y su East Side Gallery, donde se pueden contemplar auténticas obras de arte impregnadas sobre el muro al aire libre. La famosa puerta de Brandeburgo, el símbolo de reunificación del país y un monumento muy apreciado ,o el Check Point Charlie, el que fue un punto de acceso para extranjeros en el Berlín Este y por tanto un sitio de peso para la historia de la ciudad.
A pesar de que Berlín ofrece infinidad de cosas por hacer y por visitar, aprovechando el viaje hasta la capital alemana, es interesante visitar sus alrededores para descubrir más cosas. No solamente Berlín es el gran reclamo de este país, cerca de la capital hay interesantes sitios a los que acudir. Te presentamos algunos lugares que quizás no conozcas y que aunque hayas estado ya en Berlín te provocarán ganas de regresar.
Potsdam
Se trata de una ciudad a pocos kilómetros de Berlín y de muy fácil acceso. Podrás llegar en tren desde la capital, no tardarás más de 20 minutos o media hora. Potsdam es seguramente una de las ciudades más interesantes del país, seguramente por esto fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1990. La ciudad cuenta con uno de los conjuntos arquitectónicos más espectaculares de todo el país, construidos a lo largo de los siglos XVII, XVIII y XIX. Hay tres barrios característicos que no puedes perderte: Alexandrowka, donde se asentó la colonia rusa, el barrio de los tejedores Weberviertel, y por supuesto el llamativo barrio holandés. El vecindario fue construido entre 1734 y 1742 por los inmigrantes holandeses y se compone de 150 casas de color rojo. Antes de irte deberás visitar, aparte de otros encantos, el parque Sanssouci, con diez construcciones y palacios.
Dresde
También cuenta con un centro histórico Patrimonio de la Humanidad. Se encuentra al sur de Berlín y muy cerca de Praga, la capital de la República Checa, a tan solo 150 kilómetros de ella. Hay dos palacios que no puedes perderte: el barroco, construido en el año 1709, y el Palacio Real del siglo XIII, considerado entonces una fortaleza. Hay también distintos jardines, castillos e iglesias que hacen de esta ciudad un sitio realmente interesante para el visitante.
Campo de concentración de Sachsenhausen
Es uno de los campos de concentración que se conservan en todo el país y constituye un testimonio vigente de los errores vividos durante el siglo XX. El de Sachsenhausen fue construido en el año 1936, primero era un campo para encarcelar a políticos, pero al final acabó por acoger a judíos, prisioneros de guerra y todo tipo de ciudadanos. Visitar el campo permite conocer cómo era la vida de las personas que estaban encarceladas. Este recinto cuenta la historia a través de las experiencias de algunos de sus supervivientes y con fotografías tomadas por la SS, la guardia nacional de la Alemania nazi. Más de 200 000 personas pasaron por este campo sufriendo todo tipo de tragedias y horrores.
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