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Una noche en la ópera #13: “Carmen” (Georges Bizet)

Carmen - foto cedida por Deutsche Oper Berlin

(Con la colaboración especial de Deutsche Oper Berlin)

Cada nueva representación de Carmen no pasa inadvertida. Ni siquiera lo hizo en su estreno primigenio, que escandalizó al público de la época acostumbrado a las tragedias edulcoradas. Solo hay que echar un vistazo a los titulares recientes sobre la puesta en escena de esta ópera en Florencia, donde Leo Muscato se ha arriesgado a cambiar el final (es Carmen quien mata a Don José y no al revés, como indica el libreto original), generando un aluvión de críticas o mera publicidad, según se mire. En Deutsche Oper Berlin, el director de escena ha sido ahora recibido entre insolentes abucheos por el exigente (y a veces también reaccionario) público alemán.

Carmen en Deutsche Oper Berlin – tráiler

Amores destructivos

Carmen (Clémentine Margaine, mezzosoprano), joven y provocadora gitana que trabaja en una fábrica de tabaco, es la protagonista de esta ópera. De ella se enamora Don José (Charles Castronovo, tenor), un soldado que termina enrolándose en una banda de contrabandistas por mediación persuasiva de Carmen. Sin embargo, Carmen pronto pasa a interesarse por el torero Escamillo (Markus Brück, barítono). Los celos de Don José lo conducen a asesinar a Carmen, mientras el torero es ovacionado al terminar una faena en la plaza de toros. Trágico final en el que se funden lo macabro y lo festivo.

Carmen subraya que el amor no es únicamente una fuerza subversiva sino además destructiva; no solo trastoca la vida, sino que a veces también conduce a la fatalidad. Ya lo dijo Oscar Wilde: “El hombre mata lo que ama”. El amor entre Carmen y Don José es ante todo pasional. Y esta pasión no se rige por las reglas sociales establecidas. El conflicto ya queda descrito en el aria “Habanera” (pasaje clave de esta ópera): Una persona solo puede amar a alguien que no se interese por ella.

“Habanera” – Deutsche Oper Berlin

Una corrida de toros podría definirse metafóricamente como una pieza de teatro sobre el cortejo y la muerte, que es precisamente la esencia que también resume Carmen. En esa transición de la vida a la muerte, la muerte y la libertad están indisolublemente ligadas en una ópera que destapa los lados oscuros de la existencia humana. La corrida de toros en el tercer acto cobra un mayor valor simbólico en Carmen, en el momento de la confrontación del amante con la amada, del torero con el toro. Y en ambos casos, el conflicto se resuelve con la muerte.

Carmen: “Malvada, refinada, fatalista”

Con su visión clara de la desolación de la condición humana y en un rechazo de la imagen estereotipada ofrecida por muchas producciones, la España de Bizet proyecta la fealdad de la pobreza a través de una luz que es a la vez tenebrosa y verdadera.

Obra descrita por Nietzsche como malvada, refinada, fatalista, rica y precisa, Carmen de Georges Bizet significó una ofensa deliberada y directa contra la tradición operística romántica. El espíritu ferozmente independiente de su antiheroína era justo el polo opuesto del sufrimiento pasivo de los personajes femeninos que habían poblado la historia de la ópera hasta ese momento.

Sin embargo, Carmen, aunque de acentos trágicos dolorosos, es antirromántica en un sentido más amplio: la ópera de Bizet presenta un mundo en el que el amor como sentimiento entre dos personas está desfasado y ha sido suplantado por el sexo y la violencia. Carmen y Escamillo, el torero, son seres emblemáticos de esa nueva sociedad, donde la supervivencia del más fuerte es la única ley que cuenta, un mundo donde Don José —de moral reaccionaria, dominado por el concepto de posesión, azuzado por el demonio de los celos, cual Otelo—, con su ideal burgués del amor posesivo, está condenado al fracaso.

Después de su triunfante debut en la Deutsche Oper Berlin con Lady Machbeth of the Mtsensk distric de Shostakovich, el director escenográfico noruego Ole Anders Tandberg se ha propuesto la tarea de revivir para el público las facetas elementales retratadas en la obra maestra de Bizet. Para ello cuenta con la ayuda de una de las grandes intérpretes de Carmen en la actualidad, la francesa Clémentine Margaine, que comenzó su carrera internacional precisamente aquí, en la Bismarckstr.

Carmen – “Marcha de los toreros”

Carmen: introducción del realismo en ópera

Esta obra dramática en tres actos con música de Georges Bizet y libreto en francés de Ludovic Halévy y Henri Meilhac es la ópera francesa más representada en todo el mundo. Además, con la irrupción de Carmen en los escenarios se esfumó la tradicional distinción entre la ópera seria y la ópera cómica, despertando la tendencia realista en ópera, conocida como verismo.

Este drama poblado de contrabandistas, cigarreras, gitanos, corridas de toros y pasiones sangrientas, ambientado en Sevilla, está considerado una obra maestra, tanto en cuanto a su música como a su libreto. Carmen expone un magnífico esquema musical de los personajes, sus interacciones y el ambiente en el que se desenvuelven. Basada con cierta (o bastante) libertad en la novela Carmen de Prosper Mérimée, Bizet creó esta pieza para la Opéra-Comique de París en 1875. La partitura original ha sufrido diversas alteraciones desde entonces. No obstante, la gran fama de Carmen no sobrevino con el estreno inicial, que escandalizó al público parisino por los tintes tenebrosos del argumento, sino tras su representación en el Parsifal de Viena.

Carmen – ópera completa – subtítulos en español

Carmen enarbola vehementemente el rol de la femme fatale contemporánea, pasional, libre, sensual, provocativa e indómita, que se zafa airadamente de prejuicios y presiones. Una mujer visceral, fiel únicamente a su temperamento salvaje, que se rige por su propio código moral. En definitiva: una mujer libre en medio de un sinfín de restricciones sociales, en una ópera en la que, al igual que en Don Giovanni, prevalecen los sentimientos por encima de los conceptos maniqueos de la bondad y la maldad.

Carmen: estreno en Deutsche Oper Berlin

Esta ópera presenta un ramillete de temas polarizados: amor-odio, libertad-cautiverio, ternura-ira, posesión-autonomía, amor frustrado y celos. La pasión predominante en Carmen camina de puntillas por el desfiladero que separa el amor de la muerte. Admirada por Wagner, Nietzsche, Chaikovski o Puccini, una de las grandes novedades es que el papel de Carmen recae en una mezzosoprano, de canto fuerte y seguro, sin sensiblerías.

El simbolismo está muy logrado, incluso potenciado de forma exagerada, en la escenificación de Oler Anders Tandberg para Deutsche Oper Berlin. Se abre el telón: el escenario muestra una parte del tendido de la plaza de toros en cuyas gradas se encuentra Carmen fumando. Sobre ella cuelga un toro muerto cabeza abajo; es su particular espada de Damocles que ya anticipa su final. La estructura, presente durante toda la pieza, gira despacio. La escenografía se reduce a ese graderío, aunque muy bien explotado, que es animado por la presencia y el colorido vestuario de los numerosos integrantes del coro, entre el que se cuelan también representaciones del concepto mexicano de la muerte. Carmen y las gitanas ataviadas con vestidos rojos con volantes, y el torero, con traje de luces amarillo, componen una castiza bandera española sobre el lúgubre escenario.

Sin embargo, los primeros abucheos de la noche llegaron cuando el torero Escamillo entrega a Carmen los testículos enormes cortados al toro, un escroto gigante a modo de corazón invertido que Carmen trata con mucho mimo. Desde luego las obscenidades nunca faltan en las representaciones de Deutsche Oper Berlin… El público volvió a revolverse en las butacas al descubrir que en lugar de joyas, los contrabandistas comercian con órganos humanos. La estocada mortal sobrevino al final: Don José muestra el corazón sangriento que le acaba de arrancar a Carmen después de asestarle algunas puñaladas. La mayor ovación se la llevó curiosamente la soprano Heidi Stober (interpretando a Micäela, prometida de Don José) y no Clémentine Margaine, en el papel de Carmen. Cuando apareció Tandberg en el escenario, los abucheos rozaron entonces el desgarro. Se cierra el telón.

Carmen – “Habanera” – Maria Callas


TOP ÓPERA/BALLET EN DEUTSCHE OPERA BERLIN, TEMPORADA 2017-2018
Carmen (Georges Bizet): 27 de enero; 4 y 10 de febrero; 30 de mayo; 1, 7, 9 y 16 de junio
Salomé (Richard Strauss): 28 de enero; 3 de febrero
Don Quijote (escenografía de Víctor Ullate – Música de Ludwig Minkus): 16, 18 y 22 de febrero; 4 y 15 de marzo; 22 y 27 de abril; 4 de mayo; 17 de junio; 2 de julio
La flauta mágica (Wolfgang Amadeus Mozart): 23 de febrero; 11 de marzo; 26 de mayo; 14 de junio

Paco Arteaga para BA © enero 2018
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