Aquellos que quieran casarse en Berlín y estén buscando un reportaje distinto, están de suerte: hemos tenido la oportunidad de charlar con Mónica y Pol, fundadores de The Richters, un proyecto de fotografía y vídeo para bodas que retrata la celebración del matrimonio de una forma original y alternativa. El color, la música, el cine y el collage visual son sus sellos de identidad. Sus reportajes hablan por sí mismos.
Es curioso cómo teniendo una idea preconcebida sobre Berlín como una ciudad salvaje, divertida y donde prima la libertad por encima de todo, hay tradiciones que aún cuesta romper. En la capital alemana el amor está en las calles, en los clubes, en sus pintadas, en cada rincón. Pero ¿cómo sería una boda a la berlinesa?
The Richters
The Richters es un proyecto de fotografía y vídeo que tiene como fin romper con las normas establecidas en el mundo de las bodas. Están al acecho de lo salvaje, de parejas dispuestas a jugar con la tradición en su propia boda. Y que estén dispuestas a dejarse capturar.
Mónica, licenciada en fotografía, y Pol, especializado en vídeo, están detrás de este proyecto, con base en Berlín, y proyección internacional. Ambos proceden de proyectos similares, y entre ellos comentan que el flechazo fue inmediato. “Ambos sostenemos idéntica filosofía respecto a cómo entender y resolver una boda frente a lo que en esencia sigue siendo la profesión: una mirada cargada de clichés sobre lo que es romántico, algo ñoña y en definitiva, con poca identidad y originalidad”.
Para ellos es esencial entender que su trabajo se basa en “ayudar al recuerdo”. No solo de una manera estética, creando imágenes idílicas, sino desde lo más puro, lo más real, lo más salvaje. Richter es la escala que mide los terremotos. Se definen así, ya que en su trabajo canalizan la energía que se libera en una boda, y la traducen en imágenes. Visitando su página web, salta a la vista que su trabajo dista bastante de lo que alguien con ideas más tradicionales se pudiera imaginar.
En sus trabajos contemplamos historias narradas a través de fotografías. Percibimos pasión, y somos testigos de los momentos que se convierten en anécdota. “Mónica trabajó en una boda entre una payaso y una trapecista (fue en un circo); y en el lanzamiento del ramo, este cayó encima de la mesa de la tarta junto con varios de los invitados. Al ser todos de la comunidad del circo, parecía más un sketch cómico que algo dramático. Afortunadamente la tarta sobrevivió”.
¿Cómo son las bodas en Berlín?
A pesar del carácter único de la ciudad, cuando les planteamos a The Richters la pregunta sobre cómo son las bodas en Berlín, quedamos bastante sorprendidos: “Austeras, clásicas y algo aburridas”, subrayan con ironía. No dudan que Berlín es una ciudad creativa, moderna y contemporánea, pero no es lo que han visto reflejado en los trabajos que han realizado en la ciudad.
“Las parejas (sobre todo en el norte de Alemania) invierten menos recursos aun teniéndolos y probablemente tienen menos sentido de la celebración. Nos da la impresión de que para ellos casarse se acerca más a un acto que conlleva ventajas civiles que a un ritual de celebración como en las culturas mediterráneas o anglosajonas, pero no perdemos la fe de conectar con parejas como las nuestras”.
Entender el trabajo de estos artistas es comprender que aún queda bastante para romper con las tradiciones. Por mucho que nos opongamos al amor Disney, a la hora de la verdad, cuesta dejar de lado algunos ritos. “Las bodas siguen teniendo un punto de rigidez, de pasar por el aro, de esto es así porque siempre ha sido así. Es un mundo donde falta frescura; ese ser uno mismo. Nosotros tratamos de abrazar a los que tienen esa vibración propia”.
Berlín: boda tradicional vs. boda alternativa
A la hora de trabajar, es importante que se genere una química, una conexión entre la pareja y The Richters. En general, las parejas que les contactan son más alternativas y abiertas de mente, con ganas de alejarse del proceso clásico de lo que debería ser una enlace matromonial. “Sigue habiendo gente que se “escandaliza” un poco con nuestro estilo. En cualquier caso, una boda es una boda, al final todas tienen la misma estructura, no importa el país, religión o moral. Una boda no es un concierto punk por muy salvaje que se ponga la cosa. Al final se trata de la visión que uno tiene a la hora de documentarla más que el tipo de boda”.
Respecto a su proceso creativo, lo tienen muy claro: una boda está llena de imprevistos. Es importante entenderlo, abrazar el caos y sentirse a gusto en ello. Pol, además, argumenta que en el caso del vídeo, el montaje es el 50 % del trabajo. El proceso creativo comienza cuando llega a casa y revisa todo el material. Es entonces cuando decide qué dirección tomar.
El amor es como un baile, es importante mantenerse bailando y que fluya bien, sentir que el baile es de los dos, estar pendiente del otro para que se mantenga así. Sentir que entre los dos se genera algo cada vez más interesante y que haga sentir mejor. El amor se hace, no solo sucede.
THE RICHTERS | REPORTAJES DE BODA EN BERLÍN Y ALEMANIA
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