9 de noviembre de 1989. Puerta de Brandenburgo

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9 de noviembre en Alemania: el día más fatídico

9 de noviembre. Probablemente ninguna otra fecha en la historia alemana sea capaz de despertar tantas emociones y sentimientos encontrados como este día. La caída del Muro de Berlín, la Noche de los Cristales Rotos, el golpe de estado de Hitler o la proclamación de la República fueron los hechos que han dado en bautizar a este día como Schicksalstag, el Día Fatídico o Día del Destino.

Este día tiene muchísimo significado para Alemania, pues simboliza tanto la esperanza como la opresión. En este artículo explicamos cuáles son los momentos de la historia que hicieron de este día una jornada para conmemorar o para avergonzarse.

9 de noviembre de 1848: la Revolución de Marzo y Robert Blum

Para entender este día hay que saber que Alemania antes se llamaba Prusia, y era una monarquía muy rancia. En aquellos tiempos, había comenzado una era revolucionaria entre el otoño de 1848 y la primavera de 1849. A este momento histórico se le llamará Revolución de Marzo.

El fundamento de esta revolución fue la exigencia de una constitución que lograra un equilibrio entre la caducadísima monarquía autoritaria y la soberanía popular. Se pedían las libertades civiles, la legalización de los partidos políticos y la creación de un Parlamento. La idea era básicamente modernizar esta cosa apolillada y viejuna que se llamaba Prusia. La revolución trajo como consecuencia el tan ansiado Parlamento alemán. Allí los líderes (en masculino, no había ninguna mujer) demócratas más destacados abogaron por un modelo de constitución republicana para el futuro y ansiado Estado Nacional Alemán. No more Prusia.

Entre estos líderes estaba Robert Blum. Cabeza de la izquierda moderada, defensor de la democracia y miembro de ese Parlamento. Pero en octubre de 1848, las tropas imperiales, que no entendían aquello de la democracia y las libertades civiles, atacaron Viena. Robert Blum, formó parte de la insurrección vienesa, pero fue apresado, sometido a consejo de guerra y ejecutado el 9 de noviembre de 1848. Sus últimas palabras fueron Ich sterbe für die Freiheit (muero por la libertad). Su asesinato supuso el final de los movimientos democráticos en Alemania en la década de 1840, y señaló el primero de esos “días fatídicos” que han marcado la historia alemana contemporánea.

9 de noviembre de 1918: Revolución de noviembre y República de Weimar

La Primera Guerra Mundial (1914-1918) acabó con la vida de casi diez millones de personas. La situación en los últimos meses de guerra era desesperada. El 30 de octubre de 1918 un grupo de marineros se negó a sacar los barcos para combatir contra Gran Bretaña. No podían más con la guerra. A estos se unieron más tarde soldados y trabajadores, y esta revolución se fue expandiendo rápidamente en forma de protestas por todo el imperio. En pocos días la revolución se extendió por todo el país, y forzó la abdicación del káiser Guillermo II el 9 de noviembre de 1918, quien se fue a vivir a Holanda.

Ese mismo día, dos políticos quisieron ser los primeros en proclamar la república. Y lo hicieron casi a la vez desde dos lugares importantes de Berlín. La carrera la ganó el político socialdemócrata Philipp Scheidemann, quien corrió a una ventana del Reichstag en Berlín para declarar la nueva república antes que su competidor comunista, Karl Liebknecht. Este lo hizo más tarde desde uno de los balcones del Berliner Schloss original, en la Isla de los Museos.

Aquel 9 de noviembre de 1918 el discurso de Scheidemann terminó con estas palabras: Das alte und morsche, die Monarchie ist zusammengebrochen. Es lebe das Neue. Es lebe die deutsche Republik. (La vieja y podrida monarquía se ha derrumbado. Viva lo nuevo. ¡Viva la República Alemana!).

9 de noviembre de 1923: Hitlerputsch, el golpe de estado de Hitler en Múnich

Después de la Primera Guerra Mundial y tras la humillación que supuso para Alemania la firma del Tratado de Versalles, el país estaba hundido en la m…iseria. A principios de los años veinte, y pese a la recién estrenada República de Weimar, había una inflación brutal, disturbios comunistas y surgieron cada vez más corrientes reaccionarias y nacionalistas. En esta situación política tan inestable, el presidente del NSDAP, Adolf Hitler, y el exjefe de Estado Mayor del Comando Supremo del Ejército, Erich Ludendorff, formaron la «Liga de Combate Alemana».

El programa de esta liga anunciaba como su principal objetivo una dictadura nacional que sirviera para “purificar” internamente Alemania y restaurar su antigua posición de poder dentro de Europa. ¿Qué día eligieron para derrocar al gobierno? El 9 de noviembre de 1923, que era domingo. La policía tomó medidas para reprimir el golpe, y todo terminó en tiroteos. Ese día murieron cuatro policías y 16 manifestantes. Hitler escapó levemente herido, pero fue arrestado el 11 de noviembre de 1923. Por este suceso se ilegalizó el NSDAP y Hitler acabó encarcelado en la Fortaleza de Landsberg, donde en el poco tiempo que pasó allí escribió el primer volumen de su libro Mein Kampf (Mi Lucha).

9 de noviembre de 1938: La Noche de los Cristales Rotos

Quince años después del Hitlerputsch, justo el 9 de noviembre de 1938, con Hitler ya más que asentado en el poder, los nazis organizaron la horrible Reichspogromnacht (Noche del pogromo del Reich), más conocida como Kristallnacht (la Noche de los cristales rotos). En el transcurso de esa noche, miles de negocios judíos en todo el país fueron atacados, saqueados e incluso destruidos. Se profanaron cementerios y vandalizaron colegios, 1200 sinagogas se incendiaron, 97 personas de origen judío fueron asesinadas y 30 000 deportadas a campos de concentración. Esto sucedió en toda Alemania, pero en Berlín se llevó a cabo en la zona del Scheunenviertel. Esa noche, quienes se encargaron de los ataques no fueron solo las tropas de las SA. También gran parte de la ciudadanía alemana se ocupó de llevar a cabo estos ataques violentos.

Este 9 de noviembre en concreto es uno de los capítulos más oscuros de la historia alemana. Este pogromo —linchamiento multitudinario, espontáneo o premeditado, hacia un grupo particular, étnico, religioso u otro, acompañado de la destrucción o el expolio de sus bienes— marcó el verdadero comienzo de la persecución legal por parte del Estado a la raza judía. Representó el cambio hacia un desarrollo que condujo al asesinato de millones de personas.

Berlín y muchas otras ciudades de Alemania están llenas de unas placas de latón incrustadas en el suelo. Son placas con los nombres y apellidos de personas judías que fueron deportadas y acabaron muriendo o siendo asesinadas en campos de exterminio. Muchas de ellas salieron de Berlín ese día. Estas placas llamadas Stolpersteine (escollos) son obra del artista Gunter Demnig. Cada 9 de noviembre la gente, de manera personal, se encarga de limpiarlas, ponerles flores y velas.

9 de noviembre de 1989: caída del Muro de Berlín

A partir de 1949, Alemania quedó dividida en dos países: la República Federal Alemana (RFA) en el oeste y la República Democrática Alemana (RDA) en el este. La RDA fue una dictadura. Solo había un partido político al que votar, el SED, y a la gente no se le permitía decir o hacer libremente. Tampoco se les autorizaba a viajar a países que no formaran parte del bloque comunista. En Berlín, además, estaba el Muro que, levantado en 1961 alrededor de Berlín Occidental, formaba una frontera entre los dos lados de la ciudad. El muro era, sin duda, el símbolo más escalofriante del conflicto Este-Oeste, y durante 28 años el emblema de la división de Alemania. Hasta 1989.

Durante este año, la gente en la RDA ya no podía soportar más a ese gobierno represor y tomaron las calles y protestaron, pidiendo derechos civiles, libertad de expresión, elecciones democráticas y la posibilidad de viajar. A estos acontecimientos se les llamó la Revolución Pacífica. A esto hay que sumarle las miles de personas que en el verano de 1989 escaparon en masa a través de la frontera entre Austria y Hungría, y también las manifestaciones que cada lunes se celebraban en Leipzig y otras ciudades de Alemania Oriental. El 4 de noviembre de 1989, más de medio millón de personas se reunieron para participar en una manifestación en Alexanderplatz.

A estas alturas Honecker (al que le podemos agradecer la idea de levantar ese muro), ya no ejercía más como el presidente del Consejo de Estado de la RDA. Un nuevo presidente estaba al mando y no sabía lo que se le venía encima. Egon Krenz entró a ocupar el cargo en octubre; un año después, la RDA ya no existirá. Si la manifestación en Alexanderplatz se celebraba el 4 de noviembre, cinco días después, Krenz organizaría una reunión para decidir qué hacer ante las protestas.

Ese 9 de noviembre de 1989, y mientras todavía duraba la reunión, Günter Schabowski (portavoz del Partido de Unidad Socialista de Alemania Oriental) acudió a una rueda de prensa. Y cuando un periodista le preguntó para cuándo la apertura de fronteras, él contestó: Das tritt nach meiner Kenntnis… Ist das sofort, unverzüglich (Hasta donde yo sé… sucederá de inmediato, cuanto antes).

Berlín Oriental acudió en masa a los pasos fronterizos. En el paso de la Bornholmer Str., la guardia de frontera ya no podía soportar la avalancha de personas. El primer paso fronterizo estaba abierto, y aquel 9 de noviembre, último de los que hoy nos ocupan, el muro de Berlín cayó.

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