Escrito por: CULTURA Literatura

Una hache intercalada

una hache intercalada by Merce Soler

¿Cómo escribir sobre un libro híbrido e inclasificable? No es fácil, así que empezaré agarrándome a esta interpretación del título del libro: “La hache intercalada, muda, silenciosa, no pinta nada pero es necesaria su presencia”.

La protagonista de Una hache intercalada camina y camina, sola por una ciudad, cada poema es un paso, un alto en el camino, un paladear de imágenes extravagantes dosificadas con delicadeza, una incógnita y una vuelta a casa… al final siempre acaba volviendo a casa.

En algún punto de la lectura me doy cuenta de que lo que escribe no son poemas, ni siquiera poemas en prosa como pensé en un principio, son momentos de una vida, retazos, lienzos en movimiento y a veces congelados, y sigo leyendo como si estuviera ante una novela, muy frágil y quebradiza, una historia tallada con una cadencia poética lenta y en la que puede que todo lo que se cuente sea verdad, aunque suene a inventado.

Y de repente veo a Berlín aunque ella nunca lo nombre, y si la leéis y vivís aquí también la reconoceréis en las pistas que Mercè Soler nos va dejando en sus frases: canales, mercados de pulgas, fiestas inverosímiles a deshoras, frío, sensación de extrañeza y de libertad o personajes literarios con los que la narradora se cruza una y otra vez, entre ellos la niña de los tres ojos o azul chico.

Y aunque la trama avance despacio y uno se pierda en su universo onírico y surrealista, hay una historia, aunque esta no se presente transparente y requiera: atención, indagar en las palabras para encontrar los significados, seguir los saltos temporales y espaciales, acompañar a la narradora en su viaje, que también es una ruptura amorosa que se nos cuenta entrecortada y a dos voces. Y es la voz del hijo que esta pareja nunca tuvo, y la del galerista esquivo, y la de la pareja oriental que les casó… y una historia de lienzos y pintura, de sexo, soledad, nuevos caminos y heridas sin cerrar.

Preguntándole a la autora, me da alguna pincelada de autores e intereses, y aparecen Marguerite Duras, los relatos de Judith Hermman y de Carver, la poesía de Susan Buzzi y los escritos filosóficos de Henri Lefebvre. A mí algo en su escritura también me recuerda a Clarice Lispector. Para terminar me quedo con una frase suya que puede ayudar a situar Una hache intercalada: “Me gusta la literatura que intenta cazar el espacio: Bachelard, Perec y sus especies de espacios, me gustaría cazar el espacio. Masticarlo”.

Y eso os recomiendo, que busquéis su libro y lo mastiquéis.

Una hache intercalada de Mercè Soler está publicado por Libros.com

Aida Blanco para Berlín Amateurs © marzo 2015 / Fotos www.mercesoler.com

www.meriendolibros.blogspot.de

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