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Robo de bicicletas en Berlín: lo que hay que saber

Forma parte de Berlín como el Späti y la cerveza barata: tras una larga noche, vuelves al lugar donde habías dejado aparcada tu querida compañera de dos ruedas. De repente, un escalofrío te recorre la espina dorsal y te deja en un estado de gélida frustración: te han robado la bicicleta y no te lo puedes creer. Eres uno entre miles más.

Y es que en esta ciudad, en la que el quince por ciento de los desplazamientos se realizan sobre dos ruedas, no ha parado de aumentar el robo de bicicletas: 26.513 casos denunciados en 2014; 73 al día. La cifra real podría ser mucho mayor, puesto que no se sabe el número de robos no denunciados. Para hacernos una idea: al año “desaparecen” ocho bicicletas por cada mil berlineses (la mitad que en Magdeburg, capital del hurto de velocípedos, pero diez veces menos que la ejemplar Wuppertal).

Intentaremos pues, vistos los terroríficos datos, aclarar algunas cuestiones acerca del robo de bicicletas en Berlín: ¿Dónde se produce el mayor número de robos? ¿Quién los comete? ¿Y cómo? La información se completa con un mapa interactivo y con consejos para prevenir el hurto o qué hacer si a pesar de todo te han robado la bicicleta.

Dónde se roban más bicicletas

En este mapa interactivo (realización propia, datos de la Policía de Berlín, 2013) puedes comprobar el número de bicicletas robadas (con posterior denuncia) en cada barrio. Dos distritos sobresalen en esta aciaga estadística: Pankow, con 3.900 (2.200 de ellas en Prenzlauer Berg, el barrio que encabeza los robos, probablemente por la elevada renta de muchos de sus habitantes) y 3.400 en Kreuzberg/Friedrichshain. Robar, se roba en cualquier sitio, ya sea en escuelas, aparcamientos privados, patios, o en zonas aparentemente seguras como las estaciones o los supermercados.

Además se conoce que una décima parte de los robos se producen junto a las estaciones de S-Bahn. Pero hay grandes diferencias. Mientras que en la estación de Treptower Park se robaron el año pasado más de ochenta bicicletas (casi una cada cuatro días), en Sonnenallee se denunció un único robo. Por el contrario, los alrededores de las estaciones de U-Bahn son relativamente seguros. Por todo ello se pide desde algunos colectivos ciclistas la construcción de garajes de aparcamiento para bicicletas en las estaciones, medida que ha reducido el robo en otras ciudades europeas.

Y lo más apabullante: en Berlín se resuelven tan solo el 4 por ciento de los casos (uno de cada veintitrés). En Múnich la cifra es de una de cada tres, la media alemana se sitúa en una de cada diez. La peculiaridad berlinesa se justifica, en parte, en el siguiente interrogante: quiénes son los ladrones.

Quién roba las bicicletas

“A la bici le da igual quién la robe… El robo surge de una buena oportunidad”. Así intentaba apaciguar el debate sobre la procedencia de los ladrones de bicicletas Olaf Sundermeyern, periodista de la cadena pública rbb. Y es que la policía ha informado en los últimos tiempos de un creciente número de bandas organizadas que se llevan bicicletas en grandes furgonetas en dirección a Polonia, donde el mercado de bicicletas usadas está en boga. Se han detenido en repetidas ocasiones furgonetas cargadas de bicicletas en las cercanías de la frontera.

Pero no nos dejemos engañar: a pesar de que los robos organizados por polacos expliquen, solo en parte, la baja cifra de esclarecimiento de los delitos, los datos de la Policía son reveladores: de los más de mil sospechosos detenidos, solo el 12 por ciento eran polacos. El 64 por ciento alemanes. Además, casi el 40 por ciento eran menores de veintiún años. El robo parece ser cosa de hombres (nueve de cada diez ladrones de bicis).

Cómo se roban las bicicletas

“Un pequeño furgón se detiene, tres hombres salen con un cortapernos (una especie de alicates gigantescos) y se llevan cinco bicicletas que cargan en el vehículo. En seguida desaparecen”. Eva-Maria Scheel, presidenta en Berlín del ADFC (Allgemeiner Deutscher Fahrrad-Club), relataba así en la cadena rbb el robo organizado del que había sido testigo. Este es un procedimiento habitual, que se hace más fácil cuando la bicicleta no está enganchada más que a sí misma (repito, enganchad las bicicletas a un objeto vertical de metal). También el robo individual de una bicicleta cuyo candado se rompe in situ es muy frecuente.

Desde hace cierto tiempo se están dando casos de bicicletas de alta gama, aseguradas con candados en U de gran calidad, que están siendo robadas con gran facilidad. “Lockpicking” se denomina el método usado para forzar candados con dos ganzúas (en ocasiones sirven dos clips o una horquilla del pelo). Pero también los candados que mayor seguridad ofrecen se pueden forzar con un objeto de metal creado  al efecto:

Cómo prevenir el robo de bicicletas en Berlín

Si bien se admite que no hay una fórmula infalible, y que a pesar del más caro de los candados y del lugar aparentemente más seguro una bici siempre puede ser robada, los siguientes puntos pueden ayudarte a reducir la probabilidad de robo:

1. Apuntar el número de serie

Se trata de las medidas más básicas y de las que desgraciadamente nos solemos acordar cuando ya es demasiado tarde: apuntar el número único que cada bicicleta (al menos las actuales) trae de fábrica. El número puede estar según distintos fabricantes en el tubo del sillín, el tubo frontal (junto a la luz delantera), tras los platos de los pedales o en el encaje de la rueda trasera. Este número eleva las posibilidades de identificación de la bicicleta en caso de que sea decomisada por la policía. 

2. El candado de la bicicleta

Lo barato puede salir muy caro. Se debería comprar un candado por un precio aproximado del 10 por ciento del valor de la bicicleta; para bicicletas de alto valor no menos de cuarenta euros. Según la policía, los candados más seguros son los candados en U de acero templado. También las cadenas de metal son bastante resistentes. Es mejor evitar los candados de cables de metal, extremadamente fáciles de cortar con un cortapernos.

3. Dónde enganchar la bici.

Fahrradjäger recomienda dejar la bici en un lugar luminoso, lo que espanta a un considerable número de ladrones. Además es imprescindible enganchar el cuadro de la bici (y en el mejor de los casos también la rueda trasera) a un objeto firme como las barras de metal para el aparcamiento de bicis, farolas o rejas y barandillas gruesas,  y el adjetivo es importante, de metal.

4. Dejar la bici en interior

Si es posible, lo más seguro es subirse la bici a la vivienda. Se recomienda no dejarla en el patio aunque a la mayoría no nos quede otro remedio o siempre en el mismo lugar de la calle, para evitar que las bicicletas sean “fichadas” por los posibles ladrones.

5. Codieren

Así se denomina el proceso por el cual la policía genera un código que sirve de documento para identificar la bicicleta y que además se pega como pegatina de alta resistencia. En esta página encuentras las fechas en las que se realizan las llamadas “Codierungen” Necesitas un documento de identidad y una factura o documento donde se demuestre que la bicicleta te pertenece.

Además existe una página Web, Fahrradjäger, desde la que se intenta combatir el robo de bicicletas: se puede registrar la bicicleta añadiendo una foto y varias informaciones acerca de ella, todo de forma gratuita. Por nueve euros ofrecen una pegatina con un código QR que es muy difícil de arrancar. Al escanear el código se puede comprobar si una bicicleta ha sido robada. Merece la pena echarle un vistazo.

En caso de robo:

[simnor_accordion][simnor_toggle accordion=”1″ icon=”eye-open” heading=”Guarda las pruebas” onload=”closed” text=”Guarda todo lo que los ladrones hayan dejado, pues podría servir como prueba para la policía o para el seguro. Si quedan restos del candado, no dudes en guardarlos, así como las partes de bicicleta que puedan haber quedado olvidadas. Algunos seguros quieren también tener la llave del candado, así que mejor no la tires.”] [simnor_toggle accordion=”1″ icon=”bullhorn” heading=”Denuncia” onload=”closed” text=”Denuncia policial. El anuncio sirve además para engordar las estadísticas y forzar que se destinen mejores medios. Sin denuncia no tienes derecho a nada. Además, puedes avisar del robo en Fahrradjäger.”][simnor_toggle accordion=”1″ icon=”phone-sign” heading=”Llama al seguro” onload=”closed” text=”Informa al seguro (si tienes), normalmente por teléfono. Te enviarán después documentación que has de rellenar y enviar junto con una copia de la denuncia policial.”][simnor_toggle accordion=”1″ icon=”trophy” heading=”Fundbüro” onload=”closed” text=”Revisa la información sobre objetos encontrados de las Fundbüro (oficina de objetos perdidos) cercanas. Puedes informarte en su página web http://www.berlin.de/ba-tempelhof-schoeneberg/organisationseinheit/buerger/fund/”][/simnor_accordion]

 (Fuente: Fahrradjäger)

“Hätte, hätte, hätte… Fahrradkette” (“Si hubiera, si hubiera, si hubiera… cadena de bicicleta”). Este dicho alemán, utilizado en situaciones en las que nos hubiese gustado hacer las cosas de otra manera, viene que ni pintado. Así que tomad precauciones, apuntad el número de serie, pensad dónde y cómo dejáis vuestras bicicletas aparcadas y, lo más importante, no compréis bicis que puedan ser robadas. A la bici le da igual que la roben, quién y cómo lo haga; es cierto. Pero el dueño lo ve de otra manera.


Texto de Juanfran Álvarez ©  Berlín Amateurs – noviembre 2014; revisado 2016
Fotografía: Abus, André Hofmeister, Astrid Kopp, John McNicholas


Si te quedas con ganas de más, este reportaje de rbb merece la pena:

www.rbb-online.de/doku/die_rbb_reporter/beitraege/mein-rad-ist-weg–fahrraddiebe-in-berlin.html

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