Escrito por: Actualidad Alemania Sociedad

¡Fuera los parados! – Verdades y mentiras sobre la posible expulsión de parados en Alemania

“Es una buena noticia… Los inmigrantes aportan bienestar a nuestro país”. Así saludaba recientemente el ministro de Interior alemán (Thomas de Maziére, CDU) la noticia de que Alemania se convertía en el segundo destino del mundo preferido por los inmigrantes. Cuatro meses antes, en un documento de trabajo del partido hermano en Baviera, la CSU, se afirmaba “Quien defrauda, vuela” (Wer betrügt, der fliegt). Estas dos declaraciones son un claro reflejo del clima social y político que reina en Alemania con respecto a la inmigración, debate que se ha ido recrudeciendo últimamente, hasta que hace unos días estallaba la bomba.

Alemania ultima la expulsión de parados españoles”, afirmaba de forma dramática (y no poco alarmista) el diario El Mundo. Este y otros artículos han tenido gran resonancia en el círculo de españoles en Alemania. Una vez las aguas se han calmado un poco, es necesario aclarar los puntos más polémicos y destacables de las medidas que propone este informe (que no proyecto de ley, como erróneamente se ha afirmado). A continuación los argumentos más escuchados.

1) “Se va a limitar la ayuda social”

A quienes soliciten ayuda social se le pedirá un número de identificación fiscal para controlar el número de personas que forman el núcleo familiar. En sí no consiste una limitación sino un control más exigente de la recepción (enfocado en teoría a la reducción del fraude).

Mención aparte merece el plan para un mayor control de los registros de autónomos. ¿Y esto qué tiene que ver con las ayudas sociales? Bien, desde hace unos años se ha disparado el número de “falsos autónomos”, figura que (así está plasmado en  eI Informe sobre los Gitanos en Neukölln) ha sido muy utilizada por rumanos y búlgaros. Siendo falso autónomo para uno o unos pocos (falsos) clientes se gana tan poco que el Estado ha de completar con ayudas su sueldo para llegar a la renta básica. Además se obtienen beneficios como el subsidio por hijo.

La afirmación de que la ayuda social se limite ahora no es, por lo tanto, cierta. Las limitaciones (como el derecho automático al Hartz IV) ya se habían ejecutado hace muchos años.

2) “Se va a expulsar a los parados, (también a quienes hayan trabajado en en el país y estén ahora parados en Alemania)”

El punto más controvertido es una verdad a medias. En realidad se pretende expulsar a quienes tras seis meses de ayudas sociales no encuentren empleo, porque (según la tesis gubernamental) se les considera una carga para el sistema social que debería asumir el país de origen, pero no serían expulsados aquellos que estén cobrando el paro alemán por haber trabajado anteriormente. Eso sí, una vez se les acabe la prestación por paro, tendrían un periodo de seis meses para volver a encontrar empleo.

Se pretende en definitiva expulsar a aquellos que tras seis meses de ayuda social sigan siendo parados en Alemania. Según el corresponsal de TVE en Berlín la medida no afectaría a quienes no soliciten ayuda social. De momento no queda claro si la medida afecta a los recién llegados o a todos. En cualquier caso, que se expulse a alguien no significa (como se ve en el quinto punto) que se le prohíba la entrada.

3) “La ley está motivada por los “abusos” al sistema de ciudadanos del Este europeo”

Ciertamente a estos ciudadanos (rumanos y búlgaros) ya se les había privado durante siete años del legítimo derecho como ciudadanos comunitarios a la total libertad laboral. Cuando este año se levantó la moratoria, se temía un gran crecimiento (que algunos ayuntamientos describen como “insostenible” para sus limitados recursos) del número de inmigrantes de estos países. Su número ha aumentado enormemente pero aún así apenas viven 267.398 rumanos y 146.828 búlgaros en Alemania y, ojo al dato, solo un 7 por ciento no está trabajando. Sólo el 10 por ciento del total cobra ayuda social (muy por debajo del resto de inmigrantes, como se expone en un excelente análisis en Die Zeit). Y bueno, si alguien teme que estos inmigrantes arruinen el sistema social alemán –en lo que pone mucho énfasis algún partido– habría que destacar que solo conforman el 0,7 por ciento del total de receptores del archiconocido Hartz IV. ¡Toda una amenaza!

4) “Es una limitación a la libertad de movimiento”

Uno de los principios fundamentales de la Unión Europea es el de la libertad de movimiento de los ciudadanos, que evidentemente queda restringida en este caso. Volker Beck, importante figura de Los Verdes en Berlín, afirmaba que la medida no sería “compatible con el derecho comunitario”.

La verdad es que el procedimiento no es ilegal, puesto que la libertad de residencia para los trabajadores no es ilimitada si se considera que se ponen en peligro un sistema social (quisiera saber cómo se cuantifica esto). Sobre el papel significa: cualquiera es libre de mudarse a otro estado miembro durante tres meses, a partir del cuarto ha de demostrar que tiene los medios para mantenerse y a partir del sexto ha de tener una dedicación. A partir de entonces, cada país decide sobre la situación de los que no tienen empleo. La expulsión a los seis meses se legalizó en 2004, pero exige que se analicen los casos individualmente y que se preste especial atención a los que llevan mucho tiempo en el país de acogida.

5) “Se expulsa (y prohíbe la vuelta) a quienes defrauden al sistema”

La ley pretende la expulsión de quienes den falsos datos, llegando en algunos casos a ser consideradas faltas graves. Si bien, como afirmaba en el cuarto punto, la expulsión es posible, la prohibición de volver a entrar en el país parece poco defendible atendiendo al derecho europeo, y será probablemente matizada o corregida en caso de que el informe se plasme en texto legal.

A fin de cuentas, se han mezclado muchos conceptos para embaucar a una importante parte de la sociedad (y a los socialdemócratas, que se han dejado), haciéndoles creer que el problema del sistema es la inmigración de la pobreza (y no otros como el agujero que suponen los falsos autónomos, el fraude en general y, lo más importante, los cambios demográficos que están por venir). Si ciertamente considero adecuado que se vigile y penalice a quienes defraudan (por ejemplo para cobrar ayudas mientras trabaja en negro, o cobre por hijos que no está manteniendo o viven en otro país); me parece un error creer que la solución es expulsar a nadie. Lo acertado sería un análisis que detecte las incongruencias y errores del sistema, adecuándose a las nuevas realidades, y un intenso trabajo para la integración laboral de los inmigrantes.

Por lo demás, es importante dejar claro que los inmigrantes contribuyen netamente con sus ingresos al sistema social alemán. Además –evidentemente, por su número– los principales receptores de ayudas sociales son ciudadanos alemanes. Me parece adecuado que se controlen las ayudas sociales y a sus receptores, pero erróneo afirmar que los inmigrantes constituyen una amenaza para el sistema.

Por último, no olvidemos que nos hallamos inmersos en un tiempo convulso de cambios políticos en Europa, donde los grandes partidos tradicionales temen ser devorados por alternativas más radicales, lo que lleva a estos partidos a intentar contrarrestarlos adoptando parte de su discurso y a cometer serios errores. En cualquier caso, como en cualquier crisis, se buscan culpables donde suele haber indefensos.

Juanfran Álvarez Moreno © Berlín Amateurs – mayo 2014
Créditos: Fotografía base Muhammad Ghafari (Creative Commons), montaje Juanfran Álvarez Moreno
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