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Berliner Schule: la Bauhaus del cine

robot Metropolis de Fritz Lang en la Strasse der Giganten - Studio Bablesberg

Especial Berlinale 2013 IV: Otro espejo roto

No siempre es necesario llenarse la boca con palabras políticamente correctas que muestren abiertamente las pretensiones de denuncia y crítica social de una película apelando, por ejemplo, al género documental o a muchos otros recursos harto conocidos, para lograr una postura crítica. A veces la austeridad y la simplicidad pueden ser los mejores aliados para mostrar lo que no se ve y para plantear una problemática presente en nuestro mundo cotidiano. La Berliner Schule se inserta en esta búsqueda de un mostrar y decir que, más que una afirmación, conforman una pregunta.

El cine visto por esta escuela de realizadores, lejos de ser un espejo y reflejo ingenuo de la sociedad, se entremezcla en la vida cotidiana. Sus personajes se convierten en  compañeros que actúan y esbozan modelos que muchas veces generan grietas en nuestra vida y maneras de pensar, como si fueran un espejo roto frente a nosotros, donde vemos lo que de otra forma no podríamos ver.

La Berliner Schule rompe nuestros espejos cotidianos y nos ofrece una visión renovada de lo que es Berlín, el cine y de cómo nos vemos a nosotros mismos en nuestras pequeñas historias tratando de encontrar nuestro lugar en la macrohistoria que nos envuelve.

I. Orígenes

Los comienzos de esta corriente pueden rastrearse a finales de los  años 80 y principios de los 90 en Berlín, época marcada por la caída del muro. Si bien no todos sus directores y miembros son oriundos de Berlín, se tiene como marco común de referencia a los realizadores que han estudiado y surgido de la Deutsche Film- und Fernsehenakademie Berlin –DFFB.

Lo que une a estos directores a nivel histórico y teórico es la necesidad de distanciarse desde sus orígenes del cine mainstream y sentimentalista dominantes que parecían ya agotados. Esta corriente se hace eco de la impronta del Neuer Deutscher Film y de la Nouvelle Vague en su elemento disruptivo, con las cuales tiene la Berliner Schule continuidades aunque también busca su lugar propio y personal.

La DFFB juega un papel fundamental en el desarrollo de esta escuela. Ella fue la primera escuela de cine fundada en la Bundesrepublik Deutschlands en el año 1966 y su apertura estuvo influenciada por el llamado Oberhausener Manifest en donde se proclama un nuevo comienzo para el cine alemán. De acuerdo con Heinz Rathsach, la DFFB fue como la Bauhaus del cine.

El término Berliner Schule se originó en un artículo aparecido en 2001 en el Süddeutsche Zeitung, escrito por el crítico de cine Rainer Gansera para referirse a los nuevos directores alemanes salidos de la DFFB -aunque algunos directores que forman parte de la Berliner Schule no estudiaron aquí ni provienen de Berlín-. Allí se hacía referencia a la idea de equipo que agrupaba a estos directores, cuyo rasgo general era el de abastecer al cine mainstream de post-unificación de un toque de creatividad fresca.

II. Estética

Como elementos distintivos se puede mencionar la presencia de una estética minimalista, tomas largas y narrativas melancólicas situadas en la Alemania de hoy en día, la presencia de actores no profesionales, y la atención en la narrativa a la historia y memoria a nivel personal o familiar. Hay una búsqueda de realismo en la representación de la ficción que se ve en la lentitud del discurso, la precisión en la representación y la presencia del mundo cotidiano.

El realismo es entendido también como apego a la necesidad de mostrar a los hombres y a las cosas tal cual son y tal cual actúan sin necesidad de buscar significados profundos a las acciones. Las cosas deben mostrarse tal y como son, sin manipulaciones: “Die Wirklichkeit ist der Fetisch, ihre gerechte Darstellung ist Schönheit” (Angela Schanelec).

El cine es para esta escuela una manera de acceso al mundo. Sus personajes no tienen certezas y los directores tampoco pretenden encontrarlas. Es un cine abierto que expresa dudas y dilemas sin imponer respuestas sino encontrándolas a medida que las encuentran sus personajes.

Dentro de esta escuela se distinguen dos generaciones. La primera generación incluye a Christian Petzold, Angela Schanelec y Thomas Arslan. La segunda está conformada, entre otros, por Valeska Grisebach, Matthias Luthard, Maria Speth, Benjamin Heisenberg, Christoph Hochhäusler, Ulrich Köhler, Henner Wickler y Elke Haus.

Es importante mencionar que la Berliner Schule no sólo incluye directores de cine, sino también guionistas, productores, editores, camarógrafos, etcétera.

La escuela también expresa su cohesión y sus principios a través de la edición de la revista Revolver, fundada por Christoph Hochhäusler y Benjamin Heisenberg.

III. Para ver: selección arbitraria

-Christian Petzold (14 de septiembre de 1960, Hilden). Su película Barbara ganó en la última edición de la Berlinale en 2012 un oso de plata en la categoría de mejor dirección, que narra un drama ambientado en la época de la RDA.

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Otras películas para destacar son: Die innere Sicherheit (2000), Wolfsburg (2003) y Gespenster (2005).

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-Ulrich Köhler (15 de diciembre de 1969, Marburg). Estudió artes, filosofía y comunicación audiovisual en Hamburgo y luego se trasladó a Berlín en donde reside actualmente. Su largometraje Schlafkrankheit (2011) fue también premiada con el oso de plata por mejor director. Otras: Montag kommen die Fesnter (2006) y Bungalow (2002).

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-Angela Schanelec (14 de febrero de 1962, Aalen). Empezó siendo actriz y en los noventa realizó sus estudios de dirección en la DFFB. Nachmittag (2007), Deutschland 09 (2009) -corto junto con otros directores de renombre- y Orly (2010) son sus últimas realizaciones.

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-Thomas Arslan (16 de julio de 1962, Braunschweig). Especialmente conocida es su trilogía sobre la vida de jóvenes y adultos de orígen turco en Alemania: Geschwister Kardeşle (1997), Dealer (1999) y Der schöne Tag (2001). Las tres partes narran la historia de los personajes en la ciudad de Berlín, ofreciéndonos un recorrido por sus calles y una visión especial de la ciudad.

-Valeska Grisebach (4 de enero de 1968, Bremen).  Estudió germanística y filosofía en Berlín, Múnich y Viena antes de comenzar con sus estudios de cine. Su trabajo final fue Mein Stern (2000-1), obra que fue premiada y que narra las aventuras amorosas de adolescentes de 14 años. Otra película recomendable es Sehnsucht (2004-6).

Marina Ercolini para Berlín Amateurs © febrero 2013
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