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11.ª Bienal de Arte Contemporáneo de Berlín | parte II

Segunda parte de la 11.ª edición de la Bienal de Arte Contemporáneo de Berlín, La grieta comienza dentro (The Crack Begins Within) en display hasta el 1 de noviembre de 2020.

En la primera parte de la Bienal de Berlín titulada The Crack Begins Within recorrimos la sede histórica de la bienal, el KW Institute for Contemporary Art. En esta segunda parte, recorreremos la daadgalerie, dedicada al uso del vestuario y la moda como arma política de cuerpos resilientes y disidentes; la Gropius Bau, sobre la idea de museo como institución y como paradigma de las prácticas coloniales; y ExRotaprint, con su archivo de las actividades realizadas por el equipo curatorial desde hace un año.

Tienda de cuerpos disidentes en daadgalerie

Al escaparate de los cuerpos disidentes, la Bienal de Berlín le ha dado sede en daadgalerie. La vestimenta, las apariencias y la indumentaria son una segunda piel, son escudos de protección y elementos de resistencia, como los trajes de Santa Sara Kali George (2020), de la artista británica de origen romaní Delaine Le Bas. Le Bas ha instalado un escaparate de ropa improvisado y lúdico en homenaje a Santa Sara Kali George, fusión de una santa y un santo patronos del pueblo romaní. Las piezas celebran la sexualidad indeterminada que esta nueva santidad representa.

A través de la ficción especulativa, una dinámica variada de performances y elementos tecnológicos de la cultura “cuir”, pop y kitsch, Naomi Rincón Gallardo crea fábulas basadas en cosmologías mesoamericanas y feminismos decoloniales. En su vídeo Resiliencia Tlacuache (2019), cuatro personajes de diferentes origenes y épocas se unen en el presente para evocar el poder del fuego y el goce en la lucha contra el extractivismo moderno bailando y cantando en espacios abiertos y cerrados, con coloridos atuendos, objetos, y con su glamour lo-fi que resalta entre los colores de la naturaleza. Celebración, embriaguez, relajación e inconformidad.

Las cartografías de Andrés Fernández —miembro de la plataforma de artistas Debajo del Sombrero, dedicada a resignificar la palabra “discapacidad”— parecen patrones de planificación urbana, recuerdan la topografía de la ciudad o del sistema de tráfico; sin embargo, las composiciones de Fernández son mapas íntimos para la autoconservación: atajos y caminos en forma de visitas virtuales por Madrid, cuando salir de casa no era una opción.

El museo invertido en Gropius Bau

La Bienal de Berlín presenta en Gropius Bau un museo invertido, con fragmentos de otros museos. También en conexión con Flávio de Carvalho se exhibe una selección de obras del  Museu de Arte Osório Cesar. La comprensión y el reconocimiento del trabajo artístico de los pacientes de hospitales psiquiátricos tienen una historia muy singular en Brasil.

En 1933, Osório Cesar se asoció con Carvalho, ambos compartían el interés por exhibir la creatividad de los pacientes en instituciones psiquiátricas, que entendían como conectada a una aptitud natural, ajena al artificio promovido por las academias de arte.

Cesar tenía la convicción de que esas obras debían salir del hospital y entrar en el museo. Estos artistas, aún considerados por muchos como outsiders, muestran la relación entre el concepto de locura y la enfermedad de la modernidad, fruto tanto de su normatividad como de su afán de control.

En esa misma línea, el Museu de Imagens do Inconsciente provee de obras como las de Carlos Pertuis (paciente psicótico), que dibujó en toallas de papel hasta que fue internado en un centro psiquiátrico, donde realizó unos 21 500 grabados y dibujos. Adelina Gomes, una paciente negra de clase trabajadora que desarrolló psicosis cuando su madre la obligó a rechazar a un pretendiente, realizó más de 17 500 obras, entre pinturas y esculturas que representan su cuerpo transformándose en una flor.

El Museo de la Solidaridad Salvador Allende (MSSA) tiene su origen en una campaña de contrainformación denominada Operación Verdad, ideada para defender la presidencia de Salvador Allende y la “revolución sin armas”. Como un acto de solidaridad política con la lucha del pueblo chileno, se solicitó a artistas de todo el mundo que donaran obras para la creación de una institución de arte experimental antiimperialista para los “desfavorecidos del Tercer Mundo”. La selección presentada en bb11 se centra en obras, en su mayoría de artistas latinoamericanos, que muestran las luchas que dieron vida al museo.

Replicando la lógica expositiva de un museo antropológico europeo, las obras de la serie El Museo del Ostracismo (2018) de Sandra Gamarra Heshiki representan cerámicas antropomorfas de origen pre-Inca e Inca tomadas de varios museos en España —procedentes de donaciones y saqueos coloniales—. Las cerámicas parecen flotar misteriosamente en el aire y están dispuestas detrás de un vidrio en ordenadas filas.

Caminando por las vitrinas, los objetos se revelan como pinturas trompe l’oeil bidimensionales en cuya parte posterior han sido inscritas palabras utilizadas para designar peyorativamente a los pueblos indígenas de América del Sur, una genealogía de prejuicios que se extiende desde la conquista hasta nuestros días.

En diálogo con las cerámicas, se muestran cuatro pinturas oscuras pertenecientes a la serie Cryptomnesia  (o en algunos museos el sol nunca brilla). Estas pinturas “retratan la exhibición científica” de objetos no occidentales en diferentes museos antropológicos europeos, destacando el persistente impulso europeo por objetivar y clasificar a los “otros” y revelando la geopolítica de un mundo aún moldeado por la matriz colonial.

Parte de las piezas en Gropius Bau tratan del maltrato de pueblos indígenas de la Amazonía en el cono Sudamericano. En la instalación inmersiva The Moon is in the Amazon: Index # 1, Index # 2, Index # 3: an ethnofiction (2020), el colectivo con sede en Bogotá Mapa Teatro evoca un evento que tuvo lugar en la Amazonía colombiana en 1969, el año en que un ser humano puso el pie por primera vez en la luna.

En la historia original, una expedición de tres hombres —un comerciante, un traficante de pieles y un buscador de oro— se topó con una maloca (espacio ceremonial) de una comunidad indígena en aislamiento voluntario. Después de este encuentro, dos de los hombres desaparecieron para siempre; solo el buscador de oro, que también era guaquero, regresó a Bogotá, donde se convirtió en orfebre, exorcizando a los fantasmas que volvían en sus sueños mediante la fabricación de falsificaciones de estatuillas precolombinas.

Mientras los incendios devastaban su hábitat nativo en la Amazonía en 2019, un solitario pájaro guajojó hizo un viaje poco probable; voló a alturas extraordinarias para encontrar un refugio seguro en La Paz, Bolivia. Su avistamiento allí causó sensación y fue reportado en la prensa local. En la oscuridad de esta inmersiva instalación, el guajojó se escucha, pero no se ve; su latido y su llamada resuenan en un espacio tenuemente iluminado.

Para Andrés Pereira Paz, la tenacidad del pájaro habla del trauma colectivo contemporáneo de la migración y el desplazamiento, en el que escapar es excepcionalmente duro y el regreso, a menudo, imposible. También encarna el deseo instintivo de superar la adversidad y florecer.

Reinvidicando la escena queer y el extractivismo mencionado antes en la pieza de Naomi Rincón Gallardo, Bartolina Xixa, el alter ego del artista y bailarín de origen Coya Maximiliano Mamani, cuestiona la imposición colonial de las categorías de raza y género. Bartolina es una drag andina de la provincia de Jujuy, en el norte de Argentina, un personaje creado en homenaje a la líder revolucionaria boliviana Bartolina Sisa Vargas (c. 1750-1782), quien fue ejecutada por tropas españolas y que luchó junto a su marido contra la colonización del territorio actualmente ocupado por Perú y Bolivia en el siglo XVIII.

En bb1 se puede ver su film Ramita seca, la colonialidad permanente (2019), en el que Xixa baila en medio de un vertedero ataviada con una mezcla de vestimenta indígena actualizada y extravagante, a la vez que denuncia en las letras de sus canciones el despiadado extractivismo neocolonial de empresas como Monsanto.

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Más obras en la Gropius Bau:

Archivo viviente en ExRotaprint

En septiembre de 2019, la Bienal de Berlín se instaló en un espacio temporal en el complejo ExRotaprint. Este espacio se cerró cuando la pandemia golpeó al mundo, pero se reabrió tan pronto como la administración de la ciudad de Berlín permitió la apertura de espacios dedicados al arte en Berlín.

Durante el último trimestre de 2019 y hasta que se ha abierto la bienal, se han realizado multitud de actos y tres exposiciones —llamadas experiencias de nuevo inspiradas por las experiencias de Flávio de Carvalho— de tres meses de duración cada una. La primera, exp.1 fue Os Ossos do Mundo/Los Huesos del Mundo, seguida de la exp.2 con Virginia de Medeiros & Feminist Health Care Research Group y de Archivos de Afectos, la exp.3 con Sinthujan Varatharajah y Osías Yanov.

Todas ellas en display en ExRotaprint hasta el 1 de noviembre, en estas “experiencias” se abordaron las historias que subyacen a la maternidad, los cuidados, el tiempo, el trabajo reproductivo, los cuerpos extraños o la necesidad de comprender otras creencias.

Este proceso de largo recorrido ha dado paso al epílogo final La grieta se produce dentro, muestra central de la Bienal de Berlín que abarca todas estas realidades con un cuidadoso sentido de la continuidad.

Primera parte aquí

11th BERLIN BIENNALE FOR CONTEMPORARY ART
The Crack Begins Within
Del 5 de septiembre al 1 de noviembre de 2020 en KW, daadgalerie, Gropius Bau y ExRotaprint

Texto publicado con algunas modificaciones en Neo2.com © septiembre 2020. Foto portada: Naomi Rincón Gallardo, Resiliencia Tlacuache (2019)
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