El nombre del diseñador alemán Karl Lagerfeld siempre ha estado asociado a mitos y polémicas. Su autoridad en el mundo de la moda nunca fue discutida, sin embargo, aquello no lo salvó de ser objeto de cotilleos y rumores de todo tipo. Y ahora, con la publicación del libro Ça va, cher Karl? (¿Cómo estás, querido Karl?), muchos de los secretos de Lagerfeld por fin saldrán a la luz.
Esta obra constituyen las memorias de Sébastien Jondeau, quien fuera guardaespaldas del diseñador, además de su chófer, modelo y acompañante. Ahora, a sus 45 años, ha decidido narrar varias experiencias que vivió junto a Lagerfeld, a quien califica como un obsesionado del perfume. «En efecto, el alemán produjo múltiples perfumes con su nombre, dándole prioridad a los aromas de tabaco, limón, madreselva y salvia esclarea. En la perfumería masculina, estas esencias se emplean para transmitir carácter», subraya Olivia Márquez, columnista de SuperGuapas.
Jondeau cuenta que conoció a Karl cuando era un adolescente. El francés se dedicaba a trabajar en la reforma de la casa del diseñador y, en un arrebato de valentía, le pidió laborar para él. Así comenzó siendo chófer del modisto y, posteriormente, se ganó su confianza gracias a su profesionalismo y amabilidad. Pronto el joven formaría parte de las campañas de moda y tendría una relación muy personal con El Káiser.
La generosidad de Lagerfeld también ha sido resaltada por el modelo francés. Señala que, pese a tener un salario de 3500 euros al mes, el diseñador le regalaba ropa, vehículos, perfumes finos, entre otros lujos. Además, solía vivir en apartamentos que habían pertenecido a personajes famosos gracias a la influencia de Karl.
Una situación peculiar que revela Jondeau es el desdén que Lagerfeld mostró hacia Kanye West. El rapero siempre intentó acercarse a él, pero el diseñador lo ignoraba y hasta llegó a decirle que no le interesaban sus canciones. También evoca muchos de los últimos días del modisto, quien falleció en 2019 debido a un cáncer de páncreas. Por ejemplo, recuerda que jamás quiso ceremonias tras su muerte. «Me incineras, coges las cenizas y vas con Carolina de Mónaco a esparcirlas en el mar desde su barco», fueron las palabras de El Káiser de la Moda. Lamentablemente, su deseo no fue respetado.
Jondeau se considera como un hijo del diseñador, aceptando la manera en que Lagerfeld llevó su enfermedad. Jondeau narra que contribuyó a ocultar este secreto a los amigos del modisto. Asimismo, ha confesado que Karl Lagerfeld mantuvo su ácido sarcasmo incluso en sus horas finales: «Es cuanto menos estúpido tener tres Rolls-Royce y terminar en una habitación horrible como esta».
Sébastien Jondeau ha sido una de las siete personas beneficiadas por el exorbitante testamento del modisto nacido en Hamburgo. El principal heredero es el modelo Baptiste Giabiconi, de quien Jondeau se expresa muy duramente, tildándolo de egoísta e interesado. «Baptiste sentía una envidia enfermiza de mi estrecha relación con Karl», afirma en sus memorias.
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