La noche berlinesa es mixta, es barullo, barahúnda, ensaladilla rusa de la sección de congelados del Mercadona mezclada con mayonesa barata y grasienta. Es gazpacho de capas sociales y mezcla de frutos secos con exceso de uvas pasas, a veces con almendras dulces y otras también con amargas.
En dos entregas diferentes he querido retratar el tipo de marica berlinesa que a lo largo de estos años me he ido encontrando en el mundo de la noche. Mi mundo de la noche. Mi Berlín nocturno. No pretendo hacer una clasificación en función de sus atributos físicos, pues ya se ha escrito demasiado sobre osas, musculocas, cacahuetes y piponazos.
Pretendo hacer aquí una nueva clasificación, mi clasificación “a la berlinesa” de lo que muchos se consideran y otros son sin saberlo. Mi reflejo frente al espejo, el de mis amigos, el de mis conocidos y el de mis desconocidos. Con el mayor de los respetos y sin ánimo de ofender a nadie, les presento un recorrido por los personajes maricas típicos de la noche berlinesa.
Techno-Schlampe
O también denominadas “hijas de la noche”. Muy abundantes en Berlín, de hecho se las puede considerar junto a la puerta de Brandeburgo imagen de la ciudad. Su hábitat natural es Berghain. Ellas van a bailar a la discoteca, a contonearse y a dejarse ver. Suelen ser por lo general de nacionalidad italiana o española/latina, de profesión DJ/artista, con algunas excepciones. Combinan Berghain y KitKat con otras fiestas de corte techno-marica como la Herrensauna, Members, CockTail d’Amore, etc., siendo sus DJ favoritos Steffi para el techno y Discódromo para el sexy-house.
Son fijas los domingos a las 15 horas en Berghain; allí las encontrarás bajo la escalera que sube a Panorama Bar, justo al lado del altavoz. Las Techno-Schlampen suelen enrollarse con otras de su misma especie, incluso llegan a formar parejas (abiertas). Politoxicómanas sociales por naturaleza, suelen alternar etapas de consumo muy pronunciado de drogas como el GHB, ketamina y éxtasis/M (fines de semanas) con periodos cortos de abstinencia (entre semana).
Con los subidones suelen restregarse entre ellas y comerse la boca con desconocidos, inclúyase también a mujeres, puertas, etc. Van en manada al aseo y tienen la capacidad de comprimirse hasta ocho personas en una cabina. Forman parte de su vocabulario habitual palabras como “puntichi”, “bolsa”, “chorri”, “varilla” o “pipetazo”. En la cama suelen ser totalmente inofensivas porque de tanta mefedrona que se meten se les suele quedar el pito como un chicle masticado.
Su básico es el arnés negro combinado con pantalón de deporte, riñonera y calcetín de fútbol. También suelen prepararse outfits muy estrambóticos para ocasiones especiales, tipo Nochevieja o Snax. La Techno-Schlampe profesional siempre, absolutamente siempre, lleva una llave encima y nunca pierde el ticket del ropero. Su lema es: “Techno, fiesta y fantasía”.
Variación Techno-Schlampe
Son las que a simple vista denominaríamos marica Techno-Schlampe, con la diferencia de que ellas no van a la discoteca a bailar, la música les da igual… Ellas van a follar. Aparte de ser Stammkunde de Berghain, mejor dicho, del cuarto oscuro de Berghain, son asiduas a todas las fiestas de corte marica-sexual que se organicen en la ciudad. Desde la naked Party de los jueves en el Lab hasta las fiestas leather del New Action. Ellas no dejan títere con cabeza, lo abarcan todo.
Suelen combinar las mismas drogas que una Techno-Schlampe pero además consumen viagra. Tras el ritual de apareamiento es frecuente verlas lavarse el culo con total impunidad en los lavabos de las discotecas, porque suelen acabar cagándolo todo a pesar de salir de casa con la lavativa hecha. Los domingos acostumbran terminar en el Bull o en alguna casa comiendo pitos o haciendo cosas de las que se arrepentirán al día siguiente.
Su putez y su promiscuidad es tan acusada que necesitan visitar a su médico de cabecera una vez al mes para sacarse las gonorreas y las clamídeas que han ido recogiendo por ahí. Toman PREP y aman los bares de desnudarse. Ellas son la esencia del Madrid de los noventa y los bares de timbre. Su lema es: “Por detrás todos son guapos”. Les encanta pasear por la sierra y aman el turismo urbano.
Fetichistas
Ellas viven por y para su fetiche. Sea plásticos, cuero, pis o encaje de bolillos. En esta ciudad cabe todo y hay para todos. Suelen invertir cantidades exorbitantes de dinero en sus fetiches. Acostumbran a empezar con látex y pasarse al cuero conforme su nivel adquisitivo aumenta con la edad. Por lo general, son de nacionalidad alemana o suiza y son frecuentes en las fiestas temáticas del Lab, a las que acuden no en busca de sexo, sino para lucir el modelito nuevo y hablar de fabricantes.
No toman drogas y solo beben cerveza o refrescos sin alcohol. Suelen frecuentar las fiestas leather del New Action, el Muttschmanns y el Scheune, donde juegan al amo y al esclavo o a los perritos. Es normal verlas en el Bull cuando se aburren o están cachondas. De ideas monotemáticas/obsesivas, su mundo suele girar en torno a la Folsom (festival anual fetish). Su sueño es visitar San Francisco y jubilarse en la Costa Brava.
Tineras
Bautizadas así por su adicción a la Tina (cristal-meth) por lo general fumada o diluida en agua e introducida por orifico anal. De nacionalidades diversas, acostumbran a vivir en pareja y rondan los cincuenta, aunque también las verás solas en busca de jaleo. Nunca las verás de fiesta; ellas la fiesta se la montan en casa de viernes a domingo. Suelen ir a comprar refrescos al Späti con cara de loca un miércoles a las tres de la mañana y son famosas por estar eternamente conectadas al Gayromeo y otras apps en busca de nuevas víctimas a las que llevar a su guarida.
Normalmente, utilizan muy sutilmente la consonante T en mayúscula (abreviación de Tina, droga en torno a la cual se basa el encuentro) en mitad de las palabras que aparecen en la descripción de su perfil. Vocablos como “ParTy”, “ffisT” y otros ya en desuso como “chemsex” o “chill” son su jerga habitual. El estrato social va desde jovencitos chaperos sin un duro hasta pilotos de aerolínea comercial. Cuando están sobrias les da por ir al gym para quemar toxinas. Son muy dadas al fist-fucking y les encanta ir de vacaciones a Mallorca.
Slammers
Su nombre proviene de la palabra inglesa slam, que significa portazo o golpe fuerte. Llamadas así por el golpetazo fuerte que les produce inyectarse el cristal-meth u otras drogas directamente en vena. Suelen ser Tineras experimentadas que ya no sienten nada fumando la droga y prefieren inyectársela. Generalmente, quedan en grupos de dos o más y suelen pincharse las unas a las otras, o bien una ejerce de practicante aficionada con el resto, porque pincharse es lo que realmente les excita.
Acostumbran a compartir jeringuillas cuando van muy puestas (con lo que ello conlleva), por lo que viven con el miedo constante de infectarse de Hepatitis C. Una Slammer experimentada suele ser de tez pálida, piel colgona y el músculo anal tan dado de sí que parece un bolso viejo. Al igual que las Tineras, las verás conectadas eternamente a todas las apps de ligue existentes, y por redes suelen entrarte con mensajes privados del tipo “Slm?” o directamente tienen la palabra Slam o Fly escrita sin ningún tipo de tapujos en la descripción de su perfil.
Al igual que las Tineras, consumen la droga combinándola con GHB. Ellas realmente no buscan sexo, lo que quieren es drogarse en grupo y metérselo todo por el culo. Lo suyo ya no es el fist-fucking, son más de experiencias fuertes como meterse berenjenas, conos de obra y calabazas hokkaido del Bioladen. Su hábitat natural es Londres y las dunas de Maspalomas. Ya que son muy dadas a los colapsos (sobredosis) y desgarros anales, las encontrarás fácilmente cualquier fin de semana en la sala de urgencias de tu Vivantes más próximo.
Pepe Müller para BA © enero 2019
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genial y exacta tu crónica! buen observador!