Aunque el nombre de Paul van Ostaijen no nos sugiera mucho, vale la pena conocer a quien se esconde detrás de este poeta de apellido belga. La exposición “BOEM! Paul van Ostaijen en Berlín” sobre su figura y su obra está disponible hasta el 30 de diciembre de este año en el museo instalado en el Palacio Ephraim del Nikolaiviertel, el centro más antiguo de la ciudad.
El Museo Ephraim Palais –que además alberga parte de la exposición sobre arte en el Berlín comunista– es un palacio barroco situado en la discreta linde del Nikolaiviertel. Una vez franqueada la fachada –la cual se conservó pieza a pieza en el subsuelo del oeste de Berlín en un exitoso intento de sobrevivir a todos los cambios históricos a los que estaba destinada la ciudad– verás que el propio lugar invita a quedarse y a recorrerlo con el pretexto voyeurista de visitar una exposición. El esqueleto interno del edificio desvela también otro secreto, y es que estos pasillos y pisos circulares fueron residencia y lugar de trabajo de Veitel Heine Ephraim, quien durante el siglo XVIII fue joyero del rey Friedrich II de Prusia. El edificio fue reconstruido en 1987, fiel al original.
En lo que queda de año, y partiendo del primer piso, se puede descubrir la emocionante historia de Paul van Ostaijen, un joven artista belga de la región flamenca que tuvo una discreta e intensa participación en el centro cultural y artístico del Berlín de los años veinte. Su breve repertorio y su temprana muerte lo relegaron casi a los archivos de la cultura belga, holandesa y alemana. Boem! es el título en holandés de uno de sus poemas más conocidos.
Un recorrido por su obra no solo significa asistir al resultado creativo de un espíritu dadaísta con dibujos, letras y grafías en movimiento, que tan bien encajó en el clan de artistas berlineses expresionistas-futuristas-cubistas, sino también ser testigo de la pasión de la juventud del siglo XX, que entonces respondía a grandes ideales sociales de cambio. En su caso, la rebelión era fruto de su lugar de origen, muy unido a la defensa de la lengua holandesa en Flandes, ante una Europa de amenazantes imperialismos y hegemonías alemanas y francesas.
Berlín sirvió para Van Ostaijen como lugar de exilio tras la Primera Guerra Mundial y como espacio de revolución antimperialista y socialista donde encontraría una correspondencia artística de gran influencia. En ocho salas y por medio de fotografías, textos, pinturas, tres grandes obras y juegos de letras de todos los tamaños y direcciones, se recorre la evolución político-artística del poeta desde sus inicios en la flamenca Amberes hasta su huida a la capital alemana.
Llegar a Berlín tiene su magia, pero llegar siendo artista antes de la Revolución de 1918 (o Revolución de Noviembre) justo terminada la Gran Guerra, supuso para Paul van Ostaijen la firme esperanza de que el arte moderno jugaría un papel importante a la hora de renovar la sociedad e impulsar así una Europa socialista y pacífica.
Sin embargo, era muy pronto para eso, se retiró en 1921 de vuelta a Bélgica, decepcionado por el fracaso de la revolución en Berlín y con la impresión de que, a sus ojos, los artistas berlineses eran muy poco radicales. De todas maneras, gracias a su novia Emma Clément –quien se encargó de organizar toda la fuga– entró por la puerta grande del llamado Grupo de Noviembre y de la conocida galería y revista Der Sturm. Por eso, entre la obra de van Ostaijen, veremos también la de sus contemporáneos, como Stuckenberg o Grosz, y fotografías de la que debió ser la primera feria dadaísta internacional de Berlín en 1920.
Sus series de poemas experimentaron con el lenguaje y con el diseño de las palabras y las letras, pues una poesía desmembrada es lo que resonaba con un mundo en el mismo estado. Así surgió el desarrollo de una nueva forma tipográfica de poesía. La tipografía rítmica era resultado de la influencia experimental del movimiento Dadá, de los montajes y cortes aplicados en las filmaciones o de la libertad de la música jazz, a la que asemejaba con la revolución y la finalidad del arte.
Tras cien años de ausencia, vuelven a Berlín las obras de este poeta, y la ciudad se reúne con su entonces perspectiva revolucionaria y el desarrollo artístico que vivió la capital alemana de 1918 a 1921. Al final de la exposición, hay un espacio dedicado a la reflexión protagonizado por nuevos artistas en torno a la actualidad de los temas de Paul van Ostaijen: la guerra, la crisis y la decepción ante la idea de un mundo libre y social.
La exposición está organizada en colaboración con la Fundación Stadtmuseum Berlín, Letterenhuis Antwerpen, el Gobierno flamenco de Bélgica y la organización cultural belga-flamenca Vlaams-Nederlands Huis deBuren. La obra de Paul van Ostaijen empezó a ser reconocida a partir de los años cincuenta y pertenece hoy en día al legado artístico de la poesía en lengua holandesa.
“BOEM! Paul van Ostaijen en Berlín” | Hasta el 30 de diciembre de 2022
Museum Ephraim-Palais (Poststr. 16, 10178 Berlín-Mitte)
Para obtener más información, visita su web aquí o echa un vistazo a este vídeo
Horario: de martes a domingos de 10 a 18 horas. Lunes: cerrado.
Tickets: 5 euros (tarifa regular), 3 euros (reducida). Menores de 18 años: gratis. Las entradas se pueden adquirir online hasta con 14 días de antelación haciendo clic AQUÍ.
Texto: Belén Lucas para Berlín Amateurs © octubre 2022; imágenes cortesía Stadtmuseum Berlín (créditos en las fotos)
SOBRE EL AUTOR:
¡Síguenos y comparte!
[DISPLAY_ULTIMATE_SOCIAL_ICONS]