Escrito por: Alemania Escapadas OCIO Schönes Wochenende Ticket

Schönes Wochenende Ticket IV: Bremen

Bremer Bank - fachada prototipo Weser - Renaissance bremen

Bremen le debe buena parte de su popularidad a Wilhelm y Jacob Grimm. Y a la cerveza Becks, producto estrella local. Los Músicos de Bremen están en todas partes. Con un tipo de descarada omnipresencia impuesta casi como castigo. Y eso que los músicos de Bremen, en realidad, jamás llegaron a la ciudad y nunca formaron un conjunto musical. Paradojas de la literatura. Y de la vida. También a esta fábula debe Bremen parte de los ingresos que factura con la venta de souvenirs. Postales, el cuento disponible en mil lenguas, delantales, bolsas de tela, figuritas de cerámica o vidrio soplado, camisetas, abridores, dedales. Digamos que los hermanos Grimm le dieron al estado más pequeño de Alemania un buen símbolo que explotar hasta el paroxismo. Exento del pago de royalties, suponemos. Allí donde mires, ahí los encontrarás. Hasta el punto de aborrecerlos.

Markt, St. Petri, Rathaus, Kirche Unser Lieben Frauen

Ciudad hanseática liberal y abierta al mundo, Bremen es algo más que un pueblo grande por el que discurren tranvías. Bremen, segundo puerto comercial de Alemania, cuenta con poco más de medio millón de habitantes, el estándar de muchas ciudades principales alemanas. Un espacio compacto, fácil de visitar a pie, de incuestionable aire provinciano, a qué negarlo. Markt es el corazón de la ciudad y palpita desde la edad media.

Reúne un puñado de edificios ilustres con fachadas preciosistas (estilo Weser-Renaissance), de hormigón labrado, de frontispicios repujados repetidos en Grasmarkt o Ansgarikirchhof. El conjunto arquitectónico de este mercado incluye Dom St. Petri (1200 años de antigüedad) y sus torres gemelas, Rathaus (construido en el siglo XV) que custodia la estatua de los músicos de Bremen (1953) en una de sus esquinas, Rolando (o figura del caballero Roldán) que simboliza el estatus de ciudad libre del que goza Bremen y Kirche Unser Lieben Frauen (iglesia de Nuestra Señora).

www.bremen.de

Böttcherstrasse, fantasía art nouveau expresionista

El art nouveau expresionista alemán, no tiene demasiado que ver con la delicadeza de Víctor Horta, su promotor belga, ni con el modernismo español de Gaudí. Sin embargo, ideada por Ludwig Roselius (magnate del café) y concebida en gran parte por el arquitecto Bernhard Hoetger, el ladrillo rojo dispuesto como modalidad decorativa muy lograda de los edificios de la Böttcherstrasse, otorga a esta calle peatonal angosta la categoría de obra maestra. 110m construidos en la década de 1920 que sobrevivieron a la destrucción nazi y a los bombardeos.  Situada al sur de Marktplatz, esta calle une la plaza del mercado con el río Weser, cauce comercial de la ciudad en todos los tiempos.

Un arcángel luchando con dragón en relieve dorado, corona la entrada de la Böttcherstrasse que da acceso a espacios de arte, un casino y tiendas artesanales en las que incluso se puede observar la fabricación de golosinas en vivo y en directo. El Museo Roselius Haus (colección privada de arte medieval de Ludwig Roselius) y el museo dedicado a la artista expresionista Paula Modersohn-Becker son ejemplos de las colecciones privadas de arte que alberga esta calle. Böttcherstrasse gana enteros de encanto por la noche, libre del ajetreo de turistas ansiosos.

Asombran los faroles incrustados en la fachada ciega de lo que hoy es el Hotel Hilton (Haus Atlantis). La calle desemboca en un paso subterráneo que te deposita directamente en Schlachte, el paseo ribereño a orillas del Weser. En la trayectoria del Weserpromenade Schlachte, encontramos barcos transformados en restaurantes, bares o incluso un teatro flotante.

www.boettcherstrasse.de

Schnoor o la invasión turística

Esta zona de la ciudad es azotada por un baño de multitudes perpetuo. Antiguo barrio de putas, comerciantes, pescadores, marineros que en conjunto confluían en un solo término: depravación. Este distrito medieval artificial tiene hoy mucho de decorado a lo Nikolaiviertel (los cimientos más antiguos de Berlín se sitúan en este barrio remodelado) y de la calle del Oro (donde se cree que nació y vivió Kafka) de casas diminutas ocupadas hoy por artesanos en el centro histórico de Praga. Calles estrechas, serpenteantes, de las que emergen una ristra de casas pequeñas y abigarradas (con aspecto de casas de muñecas por dentro y por fuera) repletas de tiendas artesanales, cafés y restaurantes.

En Gulliver Musikspieldosen (Hinter der Balge 8), su propietaria, Christiane Etmer-Baden representa muy bien la particularidad del barrio y lo recrea en cajas de música de madera que ella misma elabora con forma de casa y motivos naïf. También confecciona sus propias postales. Para los amantes de las miniaturas en cartón recomendamos Atelier GAG Papier Modelle und Bastelbögen aus aller Welt (Schnoor 31).

La parada turística del millón está frente a Hochzeithaus (Wüste Stätte 5), el hotel más pequeño del mundo, una tradicional casa medieval restaurada que sólo admite a una pareja con cada reserva. En la tienda Noten Thein (Kolpingstrasse 1B) uno encuentra cualquier artículo asociado de alguna o de muchas maneras a la música: desde partituras a corbatas, lápices, bufandas o papel de regalo con notas musicales como estampado.

www.schnoor-in-bremen.de
www.ateliergag.de
www.hochzeitshaus-bremen.de
www.musikspielhaeuser.de
www.thein-noten.de

Cultura

El arte moderno queda recogido en Kunsthalle y otros espacios dedicados a los artistas bremenses miembros de la Bauhaus, como Gerhard Marcks Haus y Wilhelm Wagenfeld Haus. Neues Museum Weserburg no debe ser jamás pasado por alto: aquí se presentan exposiciones itinerantes de coleccionistas de arte contemporáneo que incluye instalaciones de Maurizio Cattelan o fotos de Götz Diergarten. Y si lo que interesa es la cultura pop, una visita a la Fábrica de Becks (de lunes a sábado) en recorrido de dos horas y media (¡dos horas y media!, sí, has leído bien) por sus instalaciones (también en inglés) te devolverá la fe en esta cerveza.

www.kunsthalle-bremen.de
www.marcks.de
www.wwh-bremen.de
www.weserburg.de
www.becks.de

Ostertorviertel, donde viven los residentes

Dejando a nuestras espaldas Kunsthalle, dirección opuesta a Markt, bajando por la Kulturmeile, nos adentramos en el Ostertorviertel, también conocido como das Viertel. A través de Ostertorsteinweg y Vor dem Steintor (práctica común alemana de designar con varios nombres tramos diferentes de una sola y misma, aunque larga, vía) se despliegan bares, cafés, restaurantes y galerías de arte.

Conviene saber que en sus calles se concentra todo tipo de activismo cultural asociado. Se compone generalmente de edificios bajos de distintos colores, la mayoría de dos plantas –que se extienden por calles adyacentes en los que hay muchos árboles-, fachadas con mirador que evocan cualquier barrio de Londres. Utilizar una comparativa de ciudades para describir otra ciudad, quizá no sea la mejor de las ideas para esbozar un retrato urbano, pero a lo mejor ayuda un poco en el ejercicio de imaginación.

Entre sus locales, escogemos la pulcritud del Café Engel (Ostertorsteinweg 31). Piano (Fehrfeld 64) está siempre lleno; suponemos que lo que aquí ofrecen está muy bien. Perdonamos las pretensiones estilísticas de Drei Viertel (Fehrfeld 58-59) con sofás negro de cuero de imitación porque el servicio es bueno. Aunque no sepan preparar un verdadero Gin Fizz, de Wohnzimmer (Ostertorsteinweg 99) nos gusta casi todo: la carta de bebidas camuflada entre revistas juveniles tipo Bravo, el mobiliario de segunda mano dispuesto en lotes a modo de mini salones de estar –de ahí el nombre- y la cama elevada del fondo, muy apta para voyeurs. Además de la milla de la cultura, este barrio también acoge el teatro Goethe (Goetheplatz) y el Designzentrum.

Die Bremen Stadtmusikanten. Un burro, un perro, un gato y un gallo

Dicen que los deseos serán cumplidos si al ser formulados se acarician las patas del burro, muy lustrosas por el roce de tantos incautos. Nos referimos a la estatua que hay en Markt. Los músicos de Bremen son el emblema de la ciudad junto al Rolando. Animales que huyen del sacrificio sólo porque son mayores y poco productivos. Un cuento que habla de la inutilidad para el mercado laboral y de la emigración como solución de escape. Exiliados que huyen de la condena a muerte. La moraleja del cuento grita un mensaje internacional muy actual: en cualquier parte se puede encontrar algo mejor que la muerte.

Constancia de los músicos de Bremen tuve a través de una serie de dibujos animados que emitía TVE en 1989 en la sobremesa del sábado o del domingo. Lo de Bremen me sonaba a lugar inventado. En aquel tiempo, no teníamos al alcance la eficacia inmediata y tan socorrida del Google Maps. Y mis padres no eran los típicos padres que resuelven dudas de este tipo a sus hijos. Tuve que crecer un poco para averiguar que aquella serie de animación en realidad se basaba en un cuento de los hermanos Grimm y descubrir dónde estaba geográficamente situado Bremen, ciudad a la que finalmente pude llegar y de la que ahora mismo me despido.

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Redacción Berlín Amateurs © marzo 2012
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