Escrito por: Alemania CULTURA Historia

«Rotspanier»: memoria histórica en Berlín

Aquellos que hayan visitado el campo de concentración de Sachsenhausen o hayan visto alguno de los documentales que se han producido sobre el tema, es posible que les sea familiar que son muchos los españoles que huyendo del franquismo terminaron en campos de concentración o sometidos a trabajos forzados en Francia y África.

Gracias a la exposición “Rotspanier” (españoles rojos) que se puede visitar de forma gratuita en el Centro de Documentación de Trabajos Forzosos del Nazismo es posible indagar un poco más y enfrentarse a una realidad de la que, seamos realistas, poco se sabe en España (de hecho, buena parte de la bibliografía que recomienda la exposición está en francés).

En una de las naves que en otro tiempo acogió a trabajadores forzosos se desgranan los acontecimientos históricos, la cronología y las circunstancias en que miles de españoles terminaron sufriendo un destino del que habían tratado de huir en los años treinta. El periplo de muchos de ellos, como recuerda la exposición, comienza en Francia, donde eran trasladados a campos de refugiados en condiciones infrahumanas. Una vez allí, no fueron pocos quienes se unieron a la Resistencia francesa ni quienes terminaron deportados a campos de concentración, como le pasó a Jorge Semprún, y cuya vida es recordada en la muestra.

Especialmente espeluznante es la circular de August Eigruber que se reproduce: “Cuando invadimos Francia el mes de junio pasado, Pétain nos dio 6000 rojos y nos dijo no los necesito, no los quiero. Se los ofrecimos a Franco que los rechazó bajo el pretexto de que habían combatido para la Unión Soviética. Se los propusimos, transporte incluido, a Stalin, que tampoco los quiso. He aquí la razón por la cual los rojos están acabando sus vidas en Mauthausen”. Otros acabaron en campos de trabajo en Francia, África o en las islas del canal de la Mancha.

La exposición sigue a los supervivientes, a quienes se quedaron heridos y marcados, a quienes optaron por quedarse en Francia pese a no tener papeles y a quienes esperaron una indemnización, que como recuerdan en un noticiero de 1965 en la NDR, temían no llegar a recibir a tiempo, cosa que no sucedió con quienes combatieron junto a la División Azul, como bien recuerdan. A los plazos, como cuenta el locutor, se unían una farragosa burocracia y la necesidad de dirimir primero si se trataba de presos políticos.

Vale la pena acercarse a Schöneweide y ya de paso entrar en los demás barracones que albergan las exposiciones permanentes y en las que se repasa la vida de los europeos que terminaron trabajando de forma esclavista para el nazismo.

La exposición Rotspanier se puede visitar hasta el 30 de octubre en el Centro de Documentación de Trabajos Forzosos del Nazismo

Dokumentationszentrum NS-Zwangsarbeit
Britzer Str. 5, 12439 Berlín-Schöneweide

Entrada libre

www.rotspanier.net

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