Escrito por: Actualidad Festivales Música OCIO

Pop Kultur 2015. It began in Berlin!

tonje-thilesen-popkultur-day2--40NENEH CHERRY

Detrás de Neneh Cherry aparece proyectada la palabra “Bullshit” en rojo. Estamos en el coloso del hormigón socialista, entre pilares infinitos que recuerdan al muro mortal berlinés, en la meca del hedonismo o de cualquier ingeniero de sonido que es hoy Berghain, y durante la semana en la que se nos hiela la sangre viendo a sirios morir a las puertas de Europa. La incomparable artista, por la que parece que no han pasado los años, advierte: “El mundo está lleno de mierda; como no hagamos nada, va a ocurrir algo muy gordo”. Su tema «422», un lamento envolvente con imágenes de disputas políticas al fondo, es el ecuador de un concierto sublime, el de una estrella única, cuya pulsión —entre tribal y contestataria, siempre matizada por una voz refinada— se complementa con otros dos triunfadores, los hermanos Page, o dúo electrónico RocketNumberNine. Entre los tres, el acto musical en el gigantesco Halle rebotó sin fisuras por cada esquina y alma del lugar, dando un nivel de excelencia al recién nacido festival Pop Kultur o primera convocatoria gafapasta del recinto del techno mundial.

Tras versionar Woman y Manchild, el espectáculo ganó garra, de tal modo que, en el antepenúltimo tema, «Out of the black», ese público tan difícil que es el berlinés —poco amigo de regalar efusiones— ardía en aplausos, silbidos y alaridos, impidiendo que la banda casi descansara para el bis final de «Buffalo». Neneh no dejó de lado su actitud a favor de cualquier struggle o lucha social, pero moviendo el esqueleto —y a los presentes— con un brillo espectacular entre lo gris. Batería de luces final y, al término del concierto, una frase discurriendo sobre la pantalla del fondo, cual virus de ordenador: “Click to go forward. Hold to see history”.

Otro ejemplo de integridad artística fueron, sin duda, los directos de Herbert y Owen Pallet. Músicos ante y por todo —capaces de producir a los más exitosos o de montarla fina usando una complejidad de sonidos—, ambos sonaron plenamente orgánicos; aunque especialmente Herbert —que ha vuelto a ser ‘Herbert’— con una banda de ocho y dos cantantes ejecutando el disco —al fin bailable— «The Shakes».

Sin embargo, a la hora de innovar, el éxito fue de una mujer de aspecto delgado y versatilidad apabullante llamada Inga Copeland. Fue la que más sacó todo el provecho de ese sistema de sonido Meyer del Panorama Bar. Presentó su EP Relaxing with Lolina, una mezcla de ambiente y contundencia, realmente compleja, bailable e incluso hipnotizadora. Si hay que citar del pop electrónico del siglo próximo a sus responsables, sin duda su nombre estará en la lista.

Mientras tanto, en el espacio principal de Berghain, debutaban las madrileñas Hinds, con un formato de tres niñas guapas con aspecto de rebeldillas, y el empeño —muy a lo indie español— por guitarrear. Tampoco anduvo muy acertado el DJ set del célebre actor, Elijah Wood, Wooden wisdom & DJ Fitz, ya que, a pesar de pinchar temas de la cumbia a lo árabe, su mezcla supo peor que un gazpacho aguado.

Con las entradas para todo el festival absolutamente agotadas —incluyendo las de la charla del cofundador de New Order, Bernard Summer—, el jueves fue la jornada de los seguidores en masa de Kiasmos. La pareja nórdica tocó cuarenta minutos de gloria, frente a un público ya embelesado desde el tema inicial «Looped», y esa exploración minimal, de profundidades emocionales, que ejecutan lentamente para acabar explotando a la mitad.

Y para pop puro y duro, el corazón aún latente y coleando de DFA Records: Juan Maclean y Nancy Whang —con peluca gigantesca a lo Donna Summer— aparecieron junto a una misteriosa y elegante mujer a los samplers y sintetizador llamada Monika Heidemann. Esta tercera vale un potosí, dando la impresión de llevarse la palma de un show muy pasional. Debutaron en Alemania interpretando el álbum In a dream, y sus temas más aplaudidos fueron «I’ve waited for so long y Charlotte».

Todo el espacio mítico de la antigua planta eléctrica, incluyendo jardines con sofás y puestos de comida o merchandising, se puso a disposición de artistas y asistentes durante el festival. Una gozada disfrutar de otros géneros, abriendo el lugar a un público diverso, que ya ha supuesto todo un éxito. Atención al segundo año de esta cita, porque será con seguridad mucho más multitudinaria. Saquen pronto las entradas y, de paso, sus mejores galas.

Lara Sánchez © Berlín Amateurs – agosto 2015
Fotos cortesía del festival. Copyrights en los pies de foto
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