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Una noche en la ópera #1: “La bohème” (Giacomo Puccini)

(con la colaboración especial de Deutsche Oper Berlin)

Promovida por la dinastía Médici, la primera ópera de la historia se representó, al aire libre, en el Jardín de Bóboli del Palazzo Pitti de Florencia. Era Dafne de Jacopo Peri. Cuatro siglos después, la ópera se ha convertido en un objeto de entretenimiento culto para élites minoritarias de intelectuales y melómanos de cualquier clase social.

La música en Berlín va mucho más allá de la electrónica, que siempre termina por hipnotizar a buena parte de los migrantes de una ciudad joven y sobrevalorada como Berlín. Deutsche Oper Berlin, Staat Oper y Kömische Oper son las tres óperas de Berlín; pocas ciudades en el mundo pueden jactarse de contar con más de un recinto dedicado a menesteres tales. La bohème, incluida en el programa de enero de la Deutsche Oper Berlin, nació como literatura, pasó a la ópera (1896), al cine (Boheemielämää, 1992) y a los musicales de Broadway (Rent, 1996). Y aunque ha sufrido diversas adaptaciones en cualquiera de estos géneros (en Rent, por ejemplo, los amantes se enfrentaban al sida), la esencia de la historia se mantiene en nuestros días vigente, que es precisamente lo que convierte a una obra en universal.

La bohème es una ópera universal porque, al igual que ocurre con la buena literatura, el contenido de la pieza trasciende la época en la que fue concebida. Hoy una versión de La bohème podría estar muy bien ambientada en una WG de Neukölln, donde comparten convivencia cuatro aspirantes a artista de diversa índole y nacionalidad, quien sabe si con talento, muertos de frío y muertos de hambre, que viven más bien de la beneficencia del Hartz IV que de los pingües beneficios de la venta que no generan sus obras. La tuberculosis de Mimì podría ser en ese escenario cualquier adicción, y el Café Momus del Barrio Latino de París fácilmente se presta a intercambiarse por alguno de los templos sórdidos y díscolos de la música electrónica que mantienen el arraigo de la principal religión lúdico-festiva de esta ciudad; la que consiste en salir y bailar a ritmo de dj’s, los nuevos dioses paganos.

Origen, trama y trascendencia actual

Aunque no tuvo éxito inicial, esta ópera en cuatro actos con música de Giacomo Puccini, una de las más sobresalientes y representadas del repertorio operístico estándar, aúna los diferentes episodios que conforman la novela Escenas de la vida bohemia de Henry Murger. Publicada por entregas en un periódico durante cinco años, versa sobre la vida de cuatro jóvenes bohemios que habitan en el Barrio Latino de París hacia 1830. La bohème permitió, al mismo tiempo, una cierta flexibilidad en la selección y el tratamiento de episodios de la novela original. La historia se centra en dos relaciones amorosas paralelas. Se estrenó en 1896 en el Teatro Regio de Turín. Calificada de verista, de última ópera romántica o de impresionista, Puccini tardó tres años en componerla con la colaboración de los libretistas Luigi Illica y Giuseppe Giacosa, trío perfecto para una trilogía que trabajó junta para crear además Tosca y Madame Batterfly.

La bohème es la historia de un joven poeta, pobre e idealista (Rodolfo, tenor), enamorado de una humilde costurera enferma de tuberculosis (Mimì, soprano). La historia de amor paralela entre Marcello (barítono), pintor frustrado, y la descarada Musetta (soprano), tan alejada de la ingenuidad de Mimì, sirve de contrapunto cómico. En el acto I, Rodolfo, Marcello, el filósofo Colline y el músico Schaunard sobreviven en una fría buhardilla del Barrio Latino de París. Rodolfo quiere trabajar; y sus amigos van a distraerse al Café Momus. Su trabajo es interrumpido por una vecina bordadora enferma de tuberculosis.; Mimì busca alguna forma de iluminar su vivienda. Así es cómo Rodolfo y ella se enamoran.

El acto II rebosa de energía, diversión, gentío. De la mísera buhardilla donde vivían los bohemios, pasamos a la luminosidad de la escena en la terraza del Café Momus. En este brillante segundo acto, el coro, en su papel de multitud compuesta, a ojo de buen cubero, por un de centenar de personas aupadas por un desfile y una orquesta militar y rematadas incluso por el colofón de unos fuegos artificiales finales en el escenario, se contrapone a la orquesta del teatro. Dos meses más tarde, Rodolfo abandona a Mimì; ya se vislumbra el carácter amargo y de mal presagio del acto III; la enfermedad empeora. La intención de Rodolfo es arrojarla en brazos de un amante pudiente que pueda costearle las medicinas.

Seis meses más tarde, ya en el acto IV, Musetta, la antigua amante de Marcello, trae de vuelta a la moribunda Mimì, quien finalmente muere. Y muere como alegoría de la muerte de la juventud y el inicio de la madurez. Conducida por Ivan Repusic, bajo la dirección de Götz Friedrich, el tenor maltés Joseph Calleja (Rodolfo), el barítono alemán Markus Brück (Marcello), la soprano italiana Carmen Giannattassio (Mimì), la soprano australiana Alexandra Hutton (Musetta), el barítono estadounidense Noel Bouley (Schaunard) y el bajo ucraniano Ievgen Orlov (Colline), La bohème está siendo representada en la Deutsche Oper Berlin durante enero de 2017.

Sì, mi chiamano Mimì

La ópera de las pequeñas cosas

Esta obra maestra del melodrama plasma con sencillez las diferentes relaciones y emociones de sus personajes, abordando temas que cualquier época y generación comparten, lo que contribuye a su vigencia global: alegría, ilusiones, sueños y esperanzas, despreocupación, amor, desilusión, celos, nostalgia, muerte, precariedad. La bohème explora la esperanza y la desesperación, los sueños y el dolor de la juventud, y los refleja en el escenario, en forma de imágenes, de acción y de sonido.

Descrita por el propio Puccini como “la ópera de las pequeñas cosas”, en ella se imponen las situaciones ordinarias y banales, a lo cual se reduce, al fin y al cabo, la vida. Con esta obra, Puccini logró finalmente un perfecto binomio de tema e interpretación musical. Sobre todo porque para Puccini, a diferencia de otros compositores italianos, la base de una ópera es el argumento y su tratamiento dramático, a partir de lo cual todo el aparato escénico y los recursos musicales están cuidados minuciosamente en una estructura artística más cercana.

 Che gelida manina

Apreciaciones de un tenor experimentado sobre La bohème

M. Á. Muñoz, tenor y apasionado de la ópera, antes que cantante: La bohème es una historia eterna. Amor, desamor, tragedia, la vida desde que el mundo es mundo, todo esto visto desde un prisma mediterráneo, luminoso, directo. Es una ópera en la que la palabra es básica. Tiene varias arias de las que han pasado a la historia de la ópera. Puccini usa un lenguaje que sale del corazón y va directo al hígado, donde duele y donde se entiende. Es una obra que está considerada, por su forma, como una ópera perfecta. Cuatro actos, el primero y segundo alegres, en los que describe a los personajes, su situación y sus emociones. Aunque el primero transcurre en la intimidad de una buhardilla y el segundo es una gran fiesta en el Barrio Latino.

Una vez que conoces a los personajes, empatizas con ellos, con sus carencias, con su honestidad, con sus pequeñas alegrías, llegan el tercer y cuarto acto en los que Puccini desarrolla la tragedia, te clava un cuchillo en el alma y hace que te desmorones con los personajes, siempre sobre un lenguaje musical directo y bello. Es imprescindible conocer el texto —porque se sepa el idioma, o porque haya subtítulos— para desentrañar, y disfrutar, los más sutiles matices. La bohème es ‘algo’ que está sucediendo en miles de hogares del mundo, ha sucedido, y seguirá sucediendo, gente con carencias extremas que las puede sobrellevar porque encuentra en el amor la confianza y energía para seguir adelante.

También es un canto a la vida, desde la muerte. No se puede ser más rica que Mimì al morir, aunque muera en la más absoluta miseria material. Cuando Mimì es encontrada desvanecida en la calle, moribunda, y sus amigos la suben a su pequeño cuchitril, a darle abrigo, Mimì se incorpora y entiende que ha sido bendecida al ver que va a morir con lo poco que tiene, rodeada de la gente que la quiere. Dice: ‘Déjame mirar alrededor, qué bien se está aquí, se renace, SI RINASCE‘. Uno percibe que la vida por momentos está entrando en ese cuerpo, mientras Rodolfo parece un animal herido a su lado”.

A partir de 1:40, Si rinasce

Crítica de ópera en la actualidad y la importancia de entender la obra

Libreto de La bohème en italiano y español AQUÍ

Parece que en las óperas, aunque uno no tenga ni idea de lo que cante el tenor o la soprano de turno, lo que importa es la belleza del sonido. Apelando ante todo al efectismo, en la actualidad, las reseñas sobre ópera mencionan «la voz nítida y el delicado fraseo de una soprano”, “la resonancia oscura y brillante del barítono” o que “el tenor lució un timbre de voz muy agradable y técnicamente refinado, a pesar de la opacidad y poca proyección de su voz”. Rara vez se lee de cómo se manejó el texto, si era incluso inteligible. Algo que precisamente crítica el compositor británico Dominic Muldowney. A veces, la review contiene una línea sobre la audibilidad, por no hablar de la necesidad de los subtítulos (alemán e inglés, en este caso), que algún crítico ha llegado a calificar como “ese tristemente esperanzador complemento de la ópera moderna”.

Aunque se trate de una ópera autoentendible y uno siempre pueda comprar el librero en la entrada, conviene llegar a la representación de cualquier ópera con los deberes hechos en casa, si no queremos enredarnos en los subtítulos y perdernos la interpretación. Saber italiano o el idioma original de la obra no ayuda mucho si uno no está familiarizado con este género musical. Según a lo que el que suscribe ha tenido acceso, los directores de ópera cada vez más piden a sus cantantes «cuidar» el sentido de lo que se está cantando, cuestionando la responsabilidad de los compositores. Dado que después de todo, son ellos los que supuestamente querían establecer el texto, ¿por qué establecerlo si no se puede entender? Bertolt Brecht describió la música como «la musa hermana», considerándola una hermana, no un arte superior. De igual importancia es la palabra: lo que se canta, y no solo cómo se canta.

TOP ÓPERA EN DEUTSCHE OPERA BERLIN, ENERO Y FEBRERO 2017

Don Giovanni (Wolfgang Amadeus Mozart): 26 de enero

Dido (Michael Hirsch y Henry Purcell): 31 de enero, y 9, 10 y 11 de febrero

Madame Butterfly (Giacomo Puccini): 13 y 18 de febrero

El lago de los cisnes (Tschaikovsky): 20 y 22 de febrero

Fausto (Charles de Gounod): 23 de febrero

Paco Arteaga con la colaboración especial del tenor M. Á. Muñoz para BA © enero 2017
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