Escrito por: Actualidad CULTURA Música

Muse en Berlín: crónica de un concierto perfecto

El pasado 3 de junio, la banda de rock progresivo Muse tocó en la capital alemana frente a una multitud de seguidores cuyos cuerpos y gargantas vibraron en sintonía con una música que parece querernos llevar a un futuro no muy lejano. Un futuro que la banda inglesa ve ensombrecido por el uso mortal de la sofisticada tecnología de control cuyo máximo exponente son los drones de guerra; de ahí el nombre de su último álbum de los de Teignmouth.

La actuación comenzó con la oda coral de nombre «Drones», acompañada en lo material de unos enormes artefactos voladores que alternativamente se alineaban y esparcían por encima de las cabezas de un público ya absorto. Le seguirían  la durísima «Dead Inside» y otras piezas del nuevo álbum: «Psycho», «Reapers», «Defectors» y «The Globalist». Todo ello en medio de un alucinante espectáculo que combinaba la sobriedad de unos cuantos focos con las apocalípticas videoproyecciones que mostraban al ser humano, ya descompuesto y fusionado con la tecnología y a punto de destruir su mundo.

Con la la excelsa y emocionante historia del último álbum se mezclaban, a modo de intermezzi, las más conocidas y por el público añoradas composiciones de la banda:  «Starlight», «Undisclosed Desires», «Madness», «Supermassive Black Hole» o «Time Is Running Out», con las que el público enloquecía y soltaba lágrimas de alegría.

Muse volvió a demostrar en Berlín por qué es una de las bandas más exquisitas del rock; para muchos seguidores, entre los que se incluye el que suscribe, la mejor. Cierto, hay quien dice que esta banda solo ha compuesto dos canciones en sus veinte años de historia: la canción rock de tiempo acelerado y la balada elegíaca. Si esto es cierto, son las dos canciones más hermosas que el rock moderno ha visto, rescritas una y otra vez en mil formas perfectas.

 

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