Como en Alemania un empleador puede despedir legalmente siempre que cumpla con los plazos y las normas vigentes, con la crisis del coronavirus muchos trabajadores temen actualmente por su puesto trabajo. Pero no todos los despidos serán legales, por eso conviene informarse y actuar con diligencia.
Hay dos tipos de despidos: el extraordinario (außerordentliche Kündigung), de efecto inmediato, y el ordinario (ordentliche Kundigung), en el que tanto el empleador como el empleado tienen que respetar unos determinados plazos si quieren rescindir la relación laboral.
Aunque la situación que vivimos no es razón suficiente para plantear un despido extraordinario (ni por parte del empleador ni por parte del empleado), que se da, por ejemplo, en los casos de ausencia o retraso continuado del trabajador, insultos, delitos, etc., el despido ordinario sí será posible siempre que se cumplan, junto con los plazos, determinados requisitos legales.
Salvo que en el contrato de trabajo se haya acordado otra cosa, se ha de aplicar el artículo 622 del Código Civil alemán: los plazos se cuentan a partir del día 15 o desde finales de mes y son por lo general de cuatro semanas. En el caso de despido por parte del empleador, tales plazos aumentan en función de la duración de la relación contractual. Es importante tener en cuenta que los convenios colectivos tiene prioridad sobre los contratos de trabajo y los acuerdos contenidos en ellos.
Si la relación laboral dura más de seis meses y la empresa tiene más de diez empleados, se aplica la ley de protección contra el despido (Kündigungsschutzgesetz), que exige que el despido esté socialmente justificado por el empleador. De esta forma, las empresas podrían intentar plantear despidos por motivos operativos, como, por ejemplo, por descenso en los pedidos, y que habría que analizar caso por caso.
Si en la empresa existe además un comité de empresa, el empresario tendrá que consultarle primero, de tal forma que, si no cumple este requisito, el despido no es legal. Por ello se recomienda acudir al comité de empresa, que tendrá un plazo de una semana para oponerse al despido ordinario (y tres días para el extraordinario).
Me han despedido, y no estoy de acuerdo, ¿qué puedo hacer?
Ante todo, conviene saber que en Alemania un despido solo será válido si se notifica por escrito. Un despido verbal, por email, fax, SMS o WhatsApp no tiene ninguna validez legal. Lamentablemente, sí es posible despedir a alguien mientras está de baja por enfermedad.
De ser despedido, el trabajador tiene un plazo de tres días desde la recepción del escrito para comunicárselo a la Agentur für Arbeit, en caso contrario podría ser penalizado.
Y lo más importante, solo tiene un plazo de tres semanas para presentar una demanda de protección contra el despido (Kündigungsschutzklage) en el juzgado de trabajo correspondiente (donde tiene su residencia o domicilio social el empleador o donde se realiza el trabajo). Pasado ese plazo, el despido será firme y el trabajador ya no podrá hacer nada.
La buena noticia es que no es necesaria la representación de un abogado en la primera instancia, por lo que se puede acudir directamente a la oficina de peticiones jurídicas (Rechtsantragstelle) del tribunal e interponer la demanda. Si la demanda prosperara, el despido sería declarado nulo y la relación laboral se restauraría, a no ser que durante el transcurso del procedimiento se pacte el pago de finiquito.
Tal pacto no será necesario, si el derecho a finiquito del trabajador estuviera contemplado en su contrato o en el acuerdo de empresa o convenio colectivo aplicable. De otra forma, el trabajador no puede exigir al empleador el pago de finiquito sino solo su reincorporación.
Dada la complejidad de la materia, es aconsejable consultar a un abogado laboralista o a una oficina de asesoramiento especializada (Beratungsstelle) como, por ejemplo, BEMA, para informarse adecuadamente de los pasos a seguir.
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