Escrito por: Alemania Artes Plásticas CULTURA

Leipziger Baumwollspinnerei, hilando fino

Galeria Maerzgalerie leipzig

Dicen que en Leipzig el frío calienta al arte. Baumwollspinnerei es hoy una factoría que aglutina cientos de estudios de artistas, 11 galerías de arte, espacio para arquitectos, fotógrafos, escultores, artistas mediáticos y conceptuales, diseñadores, joyeros o productores de moda, así como talleres, centro de coreografía y de danza internacional, la editorial Lubok, el cine LuRu, la propuesta no comercial del Halle 14 –reservado para el uso público en los próximos años–, o el Halle 7, todavía no reparado. Baumwollspinnerei aloja a su vez a varios comerciantes y proveedores de servicios y otros productores que en ocasiones realizan colaboraciones especiales con los artistas del recinto. Lámparas, litografías, porcelanas, pianos, ropa, encuadernación, bicicletas. Algunas de sus piezas se pueden comprar a través de la web. A principios del siglo XX, Baumwollspinnerei llegó a ser la fábrica de algodón más grande de Europa continental; a comienzos del siglo XXI es uno de los centros de producción y exhibición artística más interesantes de Europa. Un espacio para el arte y la cultura moderna.

A pesar de la actividad agitada de Baumwollspinnerei, la primera impresión es de desolación. ¿Hay alguien ahí?

LIA (Leipzig Internacional Art Programme) es otra de las iniciativas culturales destacadas de Spinnerei. Un programa de residencia sin ánimo de lucro para artistas locales e internacionales que provee a sus huéspedes de estudios, apoyo cultural para acceder al mundo del arte y posibilidades de exhibición. Una especie de beca esponsorizada por fundaciones nacionales e internacionales ligadas al arte, que dan la posibilidad –cada año desde 2008– a unos 14 artistas internacionales a participar en este subproyecto de Spinnerei.

Donde Leipzig crea escuela

Los primeros artistas asentaron aquí sus estudios a principios de los 90. Coraje y capacidad para la experimentación, además de apoyo financiero de un grupo de inversión, han contribuido en la extensión de este proyecto y en la conservación del edificio. Los precios varían en función del espacio y su uso. Desde los 3€ por cada metro cuadrado por mes si se trata de un atelier, a los 6€ por metro cuadrado cada mes si hablamos de una galería, según nos aclara Henriette Weber desde el Spinnerei Archiv Massiv. La gestión de Spinnerei es privada. ‘Spinnerei es una empresa privada que únicamente recibe subvenciones para la renovación y la protección de los edificios desde los presupuestos del Denkmalschutz (protección de monumentos) que podría cubrir hasta un 20% de la inversión total’, explica Henriette.

Durante 3 fines de semana al año Baumwollspinnerei organiza un tour especial en el que cada galería presenta nuevas exposiciones, ocasiones concretas en las que se celebran eventos especiales que no frenan la actividad diaria de las galerías, los talleres y los almacenes el resto del año. Las citas previstas para lo que queda todavía de 2010 serán el 19 de marzo (a propósito de la feria del libro de Leipzig), el 1 de mayo (Spring Gallery Tour) y el 11 de septiembre (Autumn Gallery Tour).

Pasado y presente

La desmantelación de esta fábrica de 70 mil metros cuadrados distribuidos en 23 edificios como módulos independientes se inició gradualmente en 1992, casi cien años después de su construcción. Sus orígenes están vinculados a la visión osada de unos industriales que en el siglo XIX, unida a la expansión de la demanda global de algodón, propiciaron el arranque de la Leipziger Baumwollspinnerei (21 junio 1884) en el distrito obrero Dr. Karl Heine de Leipzig, en el marco de un mercado alemán del algodón donde hasta entonces primaban las importaciones desde Reino Unido, Suiza, Estados Unidos o Egipto. Empezaron con la primera hilandería en lo que hoy es Halle 20, para continuar con la segunda (1888) en el actual Halle 18 y la tercera en el Halle 14 (1889). Contaban con unos 300 trabajadores al principio; 20 años después tenían 1.600. Vendrían más módulos de trabajo, una escuela, un jardín de infancia, suministro eléctrico, un Gymnasium para niños y adultos, nuevas viviendas para nuevos obreros a veces inmigrantes, lo que generó un clima multi-lengua, multi-cultural. Una pequeña ciudad dentro de la ciudad se gestaba al mismo ritmo que la prosperidad de la Baumwollspinnerei.

A principios de la Primera Guerra Mundial sumaba ya 2000 trabajadores. Después de la guerra se inició un periodo de inflación, un aumento de precios que desembocaron en huelgas. Las fluctuaciones en la producción y el panorama económico contribuyeron a una situación financiera incierta a finales de los años 20. En los años 30 la producción creció gracias a la demanda de uniformes que requería el Nacionalsocialismo. Aunque los trabajadores de la Baumwollspinnerei se opusieron en mayor grado a la inclusión de obreros-prisioneros, fue inútil sublevarse al régimen. Algunos fueron ejecutados por ello. La fábrica sufrió sólo leves daños durante la Segunda Guerra Mundial.

Con el influjo de la Unión Soviética, la Baumwollspinnerei fue socializada, convertida en empresa pública; una institución sociopolítica. En 1989 la Spinnerei contaba con 1.650 trabajadores. Luego cayó el muro y la producción se interrumpió hacia 1993, lo que significó liquidación y despidos. En 1993 fue cedida a un comprador de Alemania Occidental miembro del trust empresarial Treuhand. Hasta el año 2000 producía cordones para neumáticos. Cuando la producción terminó sólo contaba con 40 empleados. A principios de los 90 se inició una nueva fase guiada por la administradora de la época: Regina Lenk, antigua trabajadora de la Spinnerei abierta a nuevas propuestas y a las inquietudes de nuevos artistas. Los espacios vacíos eran usados de forma progresiva para nuevos proyectos, se instauró una academia de verano y empezaron a ocuparse algunos locales. Gradualmente, algunas empresas de arquitectura y talleres empezaron a trasladarse aquí.

Del algodón a la cultura

La importancia de la Spinnerei para la escena del arte internacional radica en la unión de producción, exhibición y comercio de arte en un mismo lugar y emplazamiento único que al mismo tiempo cuenta con otro tipo de instalaciones creativas relacionadas con el arte que aumenta la oferta cultural de Spinnerei, según palabras de Henriette. ‘Además, también ejerce como influencia en el mundo del arte global el alto grado profesional y éxito de artistas domiciliados aquí como Neo Rauch, Mathias Weischer o Tito Baumgärtel, así como galerías de renombre internacional como EIGEN+ART o la mexicana Galería Hilario Galguera’.

Los primeros en asentarse fueron Florian Busse (Heintz & Co), Tillmann Sauer-Morhard y Bertram Schultze (ambos de la empresa MIB AG). Otro socio sería a partir de 2002 Karsten Schmitz. En julio de 2001 adquirieron la propiedad. Digamos que han sido ellos los que han situado Leipzig en el mapa del arte contemporáneo, en el turismo global del arte. La compra se debió a un justo grado de equilibrio entre euforia y entusiasmo; experiencia e intuición, según los propietarios. Una decisión basada en la perspicacia que no recibió el apoyo económico inicial de bancos cuando oían las palabras ‘vieja factoría’, ‘artistas’ y ‘Alemania del este’. Se enfrentaban al riesgo de poner en marcha 10 hectáreas, 90 mil metros cuadrados aprovechables de los que 6 mil estaban arrendados.

Empezaron a alquilar partes de los edificios en términos favorables con el fin de atraer jóvenes individualistas creativos. En 2002 La Fundación Federkiel inició su apoyo desarrollando eventos en la Spinnerei. Reformas y nuevos soportes surgieron con el tiempo. En verano de 2004 realizaron el primer evento colectivo, Werkschau en Halle 12, para presentar las creaciones de los artistas del recinto en el marco del 120 aniversario de la Baumwollspinnerei. El 1 de mayo de 2005 las galerías abrieron conjuntamente sus nuevos espacios visitados en un fin de semana por más de 10 mil personas. Lo atractivo de la Spinnerei es que su actividad frenética se ofrece al público gratuitamente.

Galerías de arte en Baumwollspinnerei

Las galerías están ubicadas en plantas crudas, de aspecto industrial apenas depurado. ASPN abrió en 2005 y muestra arte contemporáneo en espacios abiertos. B2 lleva operando desde 1998; ahora tiene su nueva base en el Halle 20. Dogenhaus se asentó en Leipzig en 1992 con propuestas de artistas locales e internacionales gracias a la colaboración con otras galerías extranjeras; desde 2004 ocupa un espacio del Halle 4 con sus estructuras de paredes móviles. Filipp Rosbach Galerie inauguró espacio aquí en 2006 con su show Grand Ouvert. Galería Hilario Galguera –desde septiembre de 2008- es la única presencia latinoamericana en Spinnerei y apoya a jóvenes promesas con talento; su misión es la promoción, producción, diseminación y discusión del arte contemporáneo internacional en el contexto de la situación global actual.

EIGEN+ART existe como galería privada en Leipzig desde 1983, a modo de organización ilegal hasta 1989, presente en Spinnerei desde 2005: arte joven inadaptado en forma de fotografía, escultura, vídeo-instalaciones y pintura. Galerie Kleindienst muestra el arte joven de Leipzig desde 1995; sus artistas tienen representación en Europa, América y Asia. Laden für Nichts, presente aquí desde 2007 como galería comercial y creada en 1998 como un proyecto espacial cambiante que enseña el arte joven de Leipzig, da a los artistas la oportunidad de autoexpresarse a través de métodos experimentales. Maerzgalerie, destinada a jóvenes autores, fue fundada en Leipzig por Torsten Reiter en 1999. Spinnerei Archiv Massiv, creado por Bertram Schultze en 2004, es un espacio de exhibición, a la vez museo y al mismo tiempo galería de arte.

Más información sobre artistas, eventos y actividades en www.spinnerei.de

Redacción Berlín Amateurs © 2010
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