Escrito por: Alemania Gastronomía & Alimentación Historia

La historia detrás de las populares salchichas de Núremberg

Los reducidos siete a nueve centímetros de las famosas salchichas de Núremberg esconden detrás una antigua tradición de más de 700 años, tanto en el arte de su preparación como en lo humilde y curioso de su origen. Siete siglos después, ahora es una industria que produce y exporta cada año más de mil millones de salchichas.

Los historiadores se remontan al año 1313 como fecha de su origen gracias a un manuscrito de la Edad Media en el cual se comenta una estricta ley sobre la pureza de los embutidos para que estos solo se hagan con la pierna del cerdo.

Un siglo y medio después, aparece la receta tal y como la conocemos ahora y que consiste en carne molida de cerdo con especias que luego se introducen al intestino de la oveja. Con el paso del tiempo, se agregaron complementos como la cebolla, ensalada de patata y rábano picante, entre otros.

Lo cierto es que la patata y la verdura no son aditamentos al azar, sino que sirven de balance en la dieta del comensal para contrarrestar el impacto del golpe de calorías y evitar futuros problemas de sobrepeso por el consumo masivo de este delicioso aperitivo. Según Sundt, portal de nutrición, aunque las salchichas aportan vitaminas A, B3, B9, B12 y K, una porción de 100 gramos alcanza el 15 % de calorías necesarias en un día. Por lo tanto, su consumo debe ser comedido.

Respecto a su origen y lo reducido de su tamaño existen diferentes hipótesis. Siempre situados en la Edad Media, la leyenda cuenta que se elaboraban estas salchichas para que los trabajadores de las tabernas pudieran seguir vendiendo después del horario de prohibición o toque de queda.

Previo pago, el cliente recibía su salchicha a través del pequeño cerrojo de la cerradura. Incluso servía para alimentar a los viajeros que retornaban a casa, pero encontraban las puertas de la ciudad cerradas.

La siguiente teoría también gira en torno a pequeños agujeros, pero de los muros de la prisión, a través de los cuales se alimentaba a los reos con este fino bocadillo.

El prisionero más famoso fue Hans Stromer, quien purgó cadena perpetua y durante los 38 años de su encierro pidió que lo alimentaran con dos salchichas al día con lo cual mantiene un récord insuperable de haberse comido 28 000 salchichas de Núremberg.

Esta historia y la deliciosa receta son el tesoro de la Asociación de la Salchicha de la ciudad, gracias a la cual se creó un certificado internacional de calidad para que todas las salchichas que usen el nombre de la ciudad y se vendan al mundo se tengan que producir dentro de sus límites.

Solo de esta forma se puede garantizar la calidad en la producción y la continuidad de una tradición que cada día hace más famoso al país caracterizado por su consumo de carne.

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