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Funkhaus Grünau: hacemos una llamada al cocodrilo

Funkhaus Grünau © Aida Bresolí

Cuando llegué a Funkhaus, cogiendo el S-Bahn hasta Grünau y el tranvía 68 hasta Regatter Str., me pareció que llegaba al día siguiente de una fiesta: botellas de cerveza agria a medias en un bar improvisado en el jardín, una taza de Glühwein, serpentinas colgando de los árboles, hula-hops y confeti al lado de la orilla del río Dahme. Me imaginé lo bonito que tendría que ser en verano y me prometí que volvería un día con sol y pondría los pies en el río, o me montaría mi propia barca y recordaría los tiempos que el edificio servía de club de vela.

Di la vuelta al edificio y acabé entrando por una de las ventanas del piso de arriba, y saltando del borde de la ventana encima de una mesa, una aventura que podría haberme ahorrado si hubiera sabido que la puerta principal del edificio estaba abierta. O sea que ya lo sabéis, no hace falta hacer acrobacias.

El sitio es enorme y está lleno de objetos que recuerdan las múltiples vidas de Funkhaus Grünau.

Ese edificio situado en el sur este de la ciudad empezó siendo un club de vela para los empleados del banco Dresdner, durante la guerra fue utilizado por los nazis como hospital militar y en 1946 los soviéticos lo conquistaron para convertirlo en la radio Berliner Rundfunk (BERU), emisora de carácter político que discutía los eventos más importantes en la Alemania del este. Si os apetece, podéis escuchar su sucesora en Berliner Rundfunk 91.4.

Cuando Berliner Rundfunk se trasladó a Nalepastr., donde la emisora se convirtió en Rundfunk der DDR, el edificio de Grünau siguió en funcionamiento transmitiendo Freiheitssender 904. El Freiheitssender 904 era una estación clandestina que difundía propaganda de la Alemania del este a la Alemania del oeste y que surgió en respuesta a la prohibición del partido KPD (Partido Comunista de Alemania).

Cada día empezaba con el Himno a la Alegría de Beethoven y con la entradilla: “Aquí está la Freiheitssender. La única estación de la República Federal que no está bajo el control del gobierno”.  La emisora fingía estar escondida en la República Federal, por ese motivo sus presentadores tenían acento de la Alemania del oeste y añadían ruido a las transmisiones para convencer a los oyentes de que estaban escondidos en un sótano.

En ella se podían oír mensajes codificados de los agentes secretos del KPD en la Alemania del oeste y música prohibida en la RDA. Algunos de los mensajes que se podían oír entre los programas son:

¡Atención! ¡Atención!
Hacemos una llamada al cocodrilo
Rechinar de dientes
Repito:
¡Atención! ¡Atención!
Hacemos una llamada al cocodrilo
Rechinar de  dientes
¡Atención! ¡Atención!
Llamamos a la cafetera
Los pasteles están quemados
Repito:
¡Atención! ¡Atención!
Llamamos a la cafetera
Los pasteles están quemados

Poesía pura. Si os interesa, podéis oír alguno de sus programas aquí.

Al concluir aquí la emisión de radio en 1971, el edifico sirvió como sala de ensayo para el Deutsches Fernsehballet (Ballet de la televisión alemana) hasta 1991. Funkhaus estuvo vacío y abandonado hasta 2012, año en el que un grupo de artistas lo ocuparon y organizaron fiestas y eventos culturales como el Schrottregatta, –algo así como la «Regata Chatarra»–, una competición basada en construir el mejor barco hecho de chatarra; yo me quedo con el barco hecho de burocracia, muy alemán. Si dais una vuelta por el patio quizás lo encontréis.

Pero los talleres, las fiestas y los proyectos artísticos no duraron demasiado, ya que en 2013 echaron a la comunidad artística que lo gestionaba a causa de las quejas de los vecinos. A partir de entonces está abandonado a la espera de vivir otra aventura.

Como precauciones:

– Hay gente que está viviendo en Funkhaus, uno de ellos tiene muchas similitudes con el asesino de True Detective (hace las mismas obras de arte que la serie, con ramitas); yo me mantendría alejado de esa zona.

– Ir de día

– Ser respetuoso y silencioso

EQUIPO NECESARIO:

Flotador

Remos

Guión para hacer el programa de radio

Un par de cervezas

Crema de protección solar

* Para que estos lugares perduren en el tiempo, se recomienda tener prudencia –algunos edificios abandonados están muy deteriorados– y discreción si en la zona hay vecinos, y por supuesto no causar daños al lugar, así más gente podrá disfrutar de ellos. Además en ocasiones hay personan viviendo en estos lugares, por lo que recomendamos igualmente prudencia y respeto para evitar problemas.

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