Escrito por: Actualidad Cine CULTURA OCIO

Entrevista: Icíar Bollaín presenta Maixabel en Berlín

Con motivo de la presentación de su última película, Maixabel, nos hemos reunido con Icíar Boallín a su paso por Berlín. La película, que fue galardonada con tres premios Goya en su última edición (2022), se estrena en cines de toda Alemania el 26 de mayo, después de una aclamada première en el Kino Passage, en el barrio de Neukölln.

La película, basada en hechos reales, cuenta el encuentro de Maixabel Lasa con uno de los asesinos de su marido, Juan María Jaúregui, militante de la banda terrorista ETA. A pesar de las dudas y del inmenso dolor, Maixabel accedió a encontrarse cara a cara con las personas que acabaron a sangre fría con la vida de quien había sido su compañero desde los dieciséis años.

Berlín Amateurs: Para comenzar, me gustaría que me hablaras sobre cómo nació la película de Maixabel

Icíar Bollaín: La propuesta viene de los productores, Koldo Zuazua y Juan Moreno. Llevaban tiempo queriendo hacer una historia así. Yo ya había leído, como hacía diez años, unas entrevistas con las víctimas que habían participado en los encuentros y me dejaron alucinada; me tocaron muchísimo. No pensé en ese momento hacer una película, pero sí que pensé que era una historia muy potente. Me lo propusieron junto con Isa Campo, que es una guionista excelente, y nos fuimos las dos a conocer a Maixabel Lasa. Me gustó también la idea de que fuera una historia real. La historia de Maixabel es increíble. Es un tema muy delicado, que no te puedes inventar. Todavía hay mucho dolor, y mucha prevención con hablar con etarras. Era importante que fuera una historia real porque esto sucedió.

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BA: ¿Ha sido importante tenerla a ella, a Maixabel Lasa, en el proceso para que la historia fuera lo más fiel posible a la realidad?

IB: Con ella sobre todo hablamos. La primera vez estuvimos con ella dos o tres horas, y luego ya, a lo largo de la escritura del guion, sobre todo, Isa la iba llamando para preguntarle cosas concretas. Ella nos los puso muy fácil para tener el contacto con el resto de personas implicadas. Fue ella quien nos puso en contacto con Ibon Etxezarreta –con quien aún sigue en contacto–, con su hija, también con otras víctimas que habían participado en los encuentros, con víctimas que no querían saber nada de los encuentros –que también era muy interesante–, y hablamos también con la mediadora. Toda la gente alrededor de Maixabel se abrió. Con una llamada suya, fue muy fácil entrevistarlos a todos.

BA: El film narra el cara a cara de uno de los etarras con la esposa de la víctima. Durante la película, también conocemos la historia y las razones de él para participar en los encuentros. No estamos acostumbrados a ver las dos caras, las dos realidades. Entendemos que esto también era algo importante que mostrar…

IB: Claro, es que al final, un diálogo es cosa de dos. Y, cuando empezamos a investigar, también nos dimos cuenta de que sabíamos muy poco de ellos. Todo ese mundo de la disidencia dentro de ETA ha estado muy oculto. Primero, porque no eran muchos; y segundo, porque parte de ese mundo no quería darle publicidad, ya que hablaba muy mal de ellos. Tampoco por nuestro lado se ha hablado suficiente porque hay una intención, lógica por otra parte, de no querer saber, y resulta que es muy interesante. Son los mayores deslegitimadores de la violencia. Tienen un discurso implacable con ETA y con la violencia. Me parecía que valía mucho la pena escucharles. Y no solo escucharles en la conversación, sino saber quiénes son, de dónde vienen, qué camino han hecho. Es un camino muy difícil también. Y contar eso era importante: cómo pasas de ser miembro de una banda terrorista a salirte y reconocer que has hecho mal. Es un viaje que valía la pena contar.

BA: ¿Tenías claro desde el primer momento el casting? Tanto Luis Tosar en el papel de Ibon Etxezarreta, como Blanca Portillo interpretando a Maixabel Lasa.

IB: Con Luis Tosar siempre lo tengo claro. Me parece un hombre que lo que hace es darle verdad a experiencias extremas, y lo que ha hecho este hombre es tan extremo que darle verdad a eso es muy difícil. Y Luis lo hace. Para el papel de Maixabel no había muchas actrices. Teníamos nada más que a cuatro o a cinco que yo pensaba que podrían hacer el papel. Blanca era una candidata todo el rato por la edad, por su capacidad y porque es una actriz enorme. Hizo una escena conmigo y me dejó alucinada. Es una mujer con una capacidad de comunicación increíble. Además, ella también se entregó, se lo trabajó muchísimo, hizo mucha investigación.

BA: ¿Ella también trabajó con Maixabel Lasa para construir el personaje?

IB: Sí, ellas hablaron también. Es cierto que el personaje estaba muy definido en el guion, y aunque este es muy fiel a la realidad, hay un punto, en el que se ficciona también. Hubo un momento en que le dije a Blanca: “Ahí está Maixabel, y ahí está la referencia, pero ahora tú dale de ti, porque tú eres una mujer muy rica también, puedes aportar tu corazón a esto”. No era tampoco hacer una cosa de mímica, de copiar exactamente, sino de quedarse con el espíritu y comunicarlo.

BA: El nombre que han dado a la película en alemán, es Maixabel. Una historia de amor, ira, y esperanza. Dejan a un lado la palabra “perdón”, que es lo que más se podría esperar de estos encuentros…

IB: Es que ella no habla tanto de perdón, y ellos tampoco. Para ellos sería echarle una mochila a la víctima de que tiene que perdonar. Ellos no manejan la palabra perdón. En total hubo como doce encuentros, y solamente una de las parejas que se encontraron manejaron el concepto de perdón, porque los dos eran religiosos. Pero, por la parte de Maixabel, que es agnóstica, ella lo que dice es que está dando una segunda oportunidad.

BA: Esta película tiene un contexto y una localización muy concreta. ¿Crees que es importante que se proyecte en otros sitios aunque no estén tan familiarizados con el conflicto de ETA?

IB: Yo espero que la película se entienda, que esté suficientemente explicado el cómo pasa lo que pasa. La película tiene una parte completamente universal que es que son encuentros restaurativos. Estos encuentros se hacen en todas partes. No sé si sucede en Alemania, pero conozco que en el sistema penitenciario de Reino Unido hay encuentros restaurativos entre víctimas y victimarios. Cuando tienes un lugar donde ha habido una violencia tan atroz como ha habido en el País Vasco, o en toda España, o en Colombia, o Sudáfrica, por ejemplo, donde también se están llevando a cabo estos encuentros, tienes que hacer algo con ese trauma, tienes que hacer algo con esa sociedad que se ha quedado rota. Hay gente que no es partidaria de los encuentros restaurativos; mucha gente sí. Pero es un instrumento más para curar todas esas consecuencias de la violencia.

Hoy he leído que un soldado ruso, que es al primero al que están haciendo un juicio por crímenes de guerra, pedía perdón a la víctima. Imagino que en el futuro, cuando acabe esta maldita guerra, algo tendrán que hacer con ello. Detrás de todo hay unos soldados, muchos de ellos jóvenes, que también van a quedar traumatizados con lo que les han obligado a hacer. Ahí tienes que gestionar todo lo que está pasando, habrá que ayudar, a las víctimas sobre todo y a esas personas a volver a la sociedad.

BA: También me parece importante destacar que haya una narrativa contada desde el punto de vista de una mujer protagonista, con una edad por encima de lo que estamos acostumbrados en el mundo cinematográfico. ¿Tienes la sensación de que falta aún más historias contadas por mujeres sobre mujeres?

IB: Hay más directoras, por lo menos en España. Directoras jóvenes que están saliendo, que están además recibiendo premios y viajando a festivales. Están haciendo un cine que a mí me interesa muchísimo. Pero sí que es verdad que todavía, si lo pones en la balanza, seguimos siendo menos del 25 % y no hay tantas historias con mujeres protagonistas y de esas edades, efectivamente. En las series se ve más variedad, pero en el cine parece que todavía cuesta más.

BA: Para concluir, hace diez años que no resides en España, aunque sigues trabajando allí, ¿nos puedes contar algo de tu experiencia como migrante en Edimburgo?

IB: Yo tengo una situación muy privilegiada. No me he ido a buscar la vida allí, sino que yo cuando me he ido ya tenía mi profesión en España y sigo trabajando en España. Pero aún tengo dificultades con los códigos sociales. Hablo perfectamente la lengua, pero día sí, día no, llego a casa pensando: «Esto no tendría que haberlo dicho»; o «esto no tendría que haberlo hecho». Es parte de la experiencia de estar fuera. Y, luego, cuando vuelves a casa, los códigos allí también resultan extraños. Esto es lo que se dice siempre, al final no eres del todo de ningún lado. Te fallan códigos en todas partes. Dicho eso, es muy rico estar en otro lugar. Para lo bueno y para lo malo, hay muchas cosas buenas que valoras cuando estás fuera.

Maixabel de Icíar Bollaín, en cines en Alemania desde el 26 de mayo de 2022

 

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