Escrito por: Actualidad CULTURA Música

Concierto y exposición de la mítica banda alemana EINSTÜRZENDE NEUBAUTEN en Berlín

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«En mi generación hubo un ruido que despertó miedo, un ruido que podía atravesar el cielo». Blixa Bargeld, nacido en el Berlín occidental, define así el ambiente enrarecido en el que una de las mejores bandas de la música experimental internacional nacía en 1981, en la ciudad del Muro, con un nombre que significa algo así como “Los nuevos edificios colapso” o “colapsantes”, en alemán “Einstürzende Neubauten”.

Entre tocar con instrumentos fabricados de cualquier cosa, ser casi pioneros del sonido industrial y el ruido post-punk, dadaístas y anarco-líricos, los berlineses han hecho de todo, alterando seriamente esquemas y centenares de referencias artísticas, en sus once álbumes, o actuaciones y colaboraciones de más de treinta años, en conjunto y por separado.

VIDEO PERFORMANCE “AUTOBAHN” 1982

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Han cosechado seguidores desde Christina Rosenvinge a Óscar Mulero (en uno de sus recientes sets en Berghain, Mulero vestía una camiseta de la banda), y no digamos ya a nivel mundial: también han participado en la cita más importante del arte contemporáneo dOCUMENTA y hasta en varias exposiciones universales. Bargeld ha tocado con Nick Cave, Alva Noto y trabajado con un sinfín más de creadores.

Pero, a pesar de su reputación internacional como paradigma de lo experimental, nombrar a Einstürzende Neubauten es decir Berlín, porque ambos comparten juegos y versos asfálticos, y un dominio del negro como telón de lo inesperado. Aquí se inauguró una muestra, del 13 de noviembre hasta el 12 de diciembre (en raros horarios), en un cuartucho de una calle sin apenas comercios, en el barrio obrero de Moabit, de carteles antológicos y raros de la banda, y con la presencia del bajista Alander Hacke en el día previo al concierto berlinés de su gira Greatest Hits.

Hacke explica en la exposición a un colega canadiense (miembro de la banda Nihilism Spam) cómo en el cartel de la actuación Lament (un espectáculo concebido para conmemorar el centenario de la Primera Guerra Mundial), la banda hace el gesto de dedos triangular de Merkel, o que el póster Haus der Lüge de unos caballos eyaculando, realmente es de un artista alemán del siglo XVI (lo eligieron contra la creencia de que en el arte genial alemán solo existe Durero). Allí también estaba el primer y amarillento cartel de un concierto en el SO36 o el de la mítica actuación de 2004 en el Palast der Republik, antes de su demolición, para dar paso hoy a la reconstrucción burda del Palacio Real Prusiano.

La artista y autodefinida “superviviente de los ochentas” ASTA D. asevera que “si hay algo en la vida que permanece” son los Einstürzende Neubauten. “He tenido periodos de mi vida en los que no les presté atención y, al dirigir mi atención hacia ellos, siguen ahí, siempre interesantes”, comenta delante de un cartel muy especial por “representar una performance, en los inicios, cuando realmente las performances lo eran”, recalca.

«Somos estrellas frías, puedes vernos brillantes, después de nosotros no habrá nada». «Kalte Sterne (Estrellas frías)» es el título del primer single lanzado por Einstürzende Neubauten hace treinta y cinco años. Blixa Bargeld apareció ayer en el Columbia Halle de Berlín con un traje de chaqueta y chaqué negro pero brillante de purpurina, para ofrecer a una sala colapsada de público dos horas de éxitos como «1/2 Man», «The Garden» o «Youme» y, entre tuberías y xilófonos hechos de metales raros, parecer con sus agudos el único que resume el dolor de un mundo. Toda una leyenda aún en activo.

Lara Sánchez para BA © noviembre 2017
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