Escrito por: Actualidad Alemania Imprescindibles

Alemania legaliza el matrimonio homosexual

“Hoy es un gran día, me alegro enormemente por todos los gais y lesbianas. Llevamos 29 años debatiendo y luchando; por fin puede convertirse en realidad”, declaró el político y activista por los derechos LGBTQ Volker Beck, del partido Los Verdes, al saber que por fin se cumpliría su sueño de ver legalizado el matrimonio homosexual.

El Parlamento alemán ha aprobado hoy viernes 30 de junio con 393 votos a favor y 226 en contra la apertura del matrimonio civil a parejas del mismo sexo, una proposición legal de la cámara territorial alemana cuya votación en el Bundestag había sido pospuesta en hasta treinta ocasiones y que también permitirá la adopción de niños por parte de estas parejas. Angela Merkel votó en contra.

A escasos metros, frente a la cancillería federal, un gran número de manifestantes a los que acompañó el que suscribe esperaba con gran interés el resultado de la votación. Se había hablado de la posibilidad de que esta fuese bloqueada por un grupo de diputados de la Unión Cristianodemócrata, para lo que habrían sido necesarios 158 parlamentarios, lo que finalmente no se produjo. Los manifestantes estallaron en emocionado y sincero júbilo, con besos y abrazos por doquier. Y es que esta decisión afecta a un aspecto esencial en la vida sentimental de muchas personas, no pocos de los manifestantes desean poder al fin contraer matrimonio. Pero el camino hasta llegar a la aprobación de la ley no ha sido nada fácil.

Trasfondo: una lucha de muchos años

En 2001 se legalizaron las uniones civiles entre personas del mismo sexo, comparables a lo que en España se conoce como “parejas de hecho”. Los derechos de las personas que contraen este tipo de uniones se fueron ampliando paulatinamente tras diversas mejoras legales, muchas de ellas provocadas por decisiones del todopoderoso Tribunal Constitucional Federal. El tribunal ya estipuló en 2009 que no existen motivos para la discriminación legal de las parejas de hecho respecto del matrimonio, y en 2013 llegó a la conclusión de que dos personas del mismo sexo con hijos formaban una familia, digna de protección según el artículo sexto de la Constitución alemana.

El matrimonio homosexual ha contado, sin embargo, con la oposición frontal de la Iglesia católica, y durante muchos años de sectores conservadores de la sociedad y del partido cristianodemócrata (CDU) de la canciller Merkel. El partido hermano de la CDU, los socialcristianos bávaros de la CSU, se han opuesto sistemáticamente al cambio legal, mientras que en la CDU cada vez más diputados se iban mostrando a favor del mismo. Evidente es también la oposición frontal del partido ultraderechista “Alianza por Alemania” (AfD), cuya candidata a las elecciones —una empresaria lesbiana que convive con una mujer y comparte con ella dos hijos— se quejaba de que la política se ocupase de este tema mientras “Alemania se islamiza”.

Alemania es un país de reforma, no es de revolución —hasta Lutero fue comedido en muchos aspectos de su Reforma religiosa— y no quieren ser pioneros más que en la industria. En este contexto hay que entender la tardanza en abrir la institución matrimonial a las parejas del mismo sexo, algo que en España se hizo hace ya doce años. Por aquel entonces gobernaba en el país teutón una Gran Coalición con una CDU más conservadora que en la actualidad, pese a que en los siguientes años iría “abandonando” algunas de sus hasta entonces puntas de lanza, como la obligatoriedad del servicio militar o la energía nuclear. Así, el matrimonio igualitario ha quedado como el “último reducto del conservadurismo auténtico”, de acuerdo a diversos observadores. Esta postura contrasta con la adoptada por los partidos de centro derecha en las islas británicas, que defendieron la apertura del matrimonio como una idea conservadora.

En 2013 se firmaron los acuerdos de gobierno de la segunda Gran Coalición bajo la batuta de Merkel, en la que el SPD no consiguió incluir el matrimonio igualitario, aunque sí otros grandes temas progresistas como el sueldo mínimo o algunos tipos de jubilación complementaria. Sin embargo, ya existía una mayoría parlamentaria a favor de la legalización del matrimonio homosexual —socialdemócratas, verdes e izquierdistas— pero el SPD no quiso romper sus acuerdos de gobierno. Así, hasta tres proposiciones de cambio legal han estado aparcadas durante años sin que se produjese una votación en el pleno de la cámara.

¿Y por qué ahora?

La votación ha sido posible gracias a un cambio de opinión de Angela Merkel, anunciado en una acto informativo informal con la revista Brigitte este mismo lunes, en el que la canciller declaraba la decisión sobre el matrimonio igualitario como un “asunto de conciencia”, lo que venía a significar que daba libertad de voto a su fracción parlamentaria. Este “desliz”—Merkel nunca los tiene— fue aprovechado con gran rapidez por su oponente en las elecciones federales de septiembre, Martin Schulz, el cual se apresuró a pedir la introducción del voto el viernes 30 de junio, última sesión parlamentaria antes de las elecciones.

El miércoles se aprobó la introducción de la votación en la sesión plenaria de ese mismo viernes 30 de junio, un gran éxito para SPD, Izquierda y Verdes; y un éxito menor para Merkel, que, una vez más, les arrebata un tema clave antes de unas elecciones. La proximidad de los comicios del próximo septiembre ha sido, probablemente, el detonante de la rápida sucesión de hechos que ha permitido aprobar el cambio legal tras años de bloqueo. Volviendo a Beck y a Lutero, el político y activista citaba al reformador en varios tuits de forma brillante: “El matrimonio es un tema superficial, algo mundano (…) No es bueno que el ser humano esté solo”.

Texto y fotografías de Juanfran Álvarez para Berlín Amateurs © Junio de 2017
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